Etnografía Canaria es un proyecto de actividades culturales para la divulgación, recuperación y conservación, desde el análisis histórico y la investigación, de los aspectos más significativos de la organología de Canarias a través de las nuevas tecnologías.
Una serie de actividades diseñadas para facilitar el acercamiento del público general a la inmensa riqueza de la cultura y la tradición popular de las islas canarias, concluyendo con la generación de un archivo documental interactivo de acceso universal.
Atlántico hoy ha conversado con Félix Morales, musicólogo y y multinstrumentista de Tacoronte encargado del contenido del proyecto. "Yo vengo de la mata, como decimos en el mundillo, porque aprendí a cantar y a coger instrumentos antes que a hablar". Su proyecto Piélago, muy cercano a Etnografía Canaria, pretende mirar a la geografía, poner a Canarias en el centro y hacer una reflexión sobre lo que tiene en común con otras culturas
Pregunta: ¿Cómo nace el proyecto Etnografía canaria?
Respuesta: Es un proyecto que surge en 2019. Nació como un portal web para responder a una necesidad de bibliografía de corte generalista que ataca puntos muy concretos de la etnografía, más concretamente en organología, porque hay muy poco de estos conocimientos. Así surge el portal que hacen los compañeros Jonás García y Jonathan Rodríguez.
Una plataforma que pueda manipular un escolar, pero que los textos tengan un contraste y un fondo que pueda convertir a la página en un contenido susceptible de entrar también en una webografía de un trabajo de fin de carrera.
P: ¿Hay realmente información sobre la música que tocaban los aborígenes?
R: Sobre la órgano logía de los antiguos pobladores de Canarias hay muy pocos datos. Alguna descripción o testimonio, muchas veces de manera accidental, como es el caso de Le Canarien, en un contexto en el que los antiguos normandos documentaban todos sus viajes, y gracias a eso se quedaron algunos datos sobre la manera de pasar el tiempo de los primeros pobladores de Canarias.
Juan Bethencourt Alfonso hablaba de diferentes tambores y panderos, pero ya estamos hablando de finales del siglo XVIII, principios del XIX. Todo lo que tiene que ver con el periodo aborigen hay que cogerlo con pinzas y hablar desde que lo conjetural.
P: ¿Podría decirse que hay instrumentos que se han adaptado a Canarias?
R: Sin duda todos los instrumentos sufren cambios cuando se asimilan en cualquier lugar, sobre todo en el plano popular. Como ejemplo: llega un instrumento hecho por un artesano de León, aquí lo trabaja un carpintero y decide copiarlo haciendo uso de diferentes elementos que lo cambian. Al final las cosas van hacia la diferenciación y la especialización.
En Canarias tenemos el timple, que no existe en ningún otro lado tal y como existe aquí, aunque pertenece a la familia de los pequeños guitarros, emparentado con el guitarrón valenciano o el guitarrista aragonés.
P: ¿Se observan diferencias entre islas en el uso de ciertos instrumentos?
R: Más que de familias instrumentales hablaría de corpus musicales. Si hablamos del ambiente paralitúrgico y de las músicas que acompañan a una festividad hay una gran predilección por los membrófonos y los idiófonos, como las chácaras o los tambores. Sin embargo su hablamos del folclore festivo veremos una gran predilección por los cordófonos, las parrandas a las que todos estamos acostumbrados.
Pero, aunque tendemos a separar las cosas desde una visión toponímica, la realidad es que la cultura rara vez sucede de una manera delimitada y con unas fronteras marcadas, sino todo lo contrario. Creo que en Canarias la organología es bastante homogénea.
P: Desde su experiencia, ¿cómo se percibe folclore canario en el exterior?
R: Es un folclore que llama muchísimo la atención, causa sensación en todo el mundo, porque, incluyendo la vestimenta, se amalgaman una serie de factores que rara vez conviven. Hay pocos ejemplos de un folclore en el que encuentras un discurso de música tonal europea como puede ser una folía y automáticamente después un romance de camino gomero con un discurso modal con una serie microtonal. La variedad es impresionante, una amalgama bastante extraña para los occidentales.
P: ¿Son Los Sabandeños o Los Gofiones representantes del folclores canario?
R: Creo que ningún son grupos folclóricos. Ni siquiera creo que ellos se autodefinan así. Cantan música popular que bebe mucho del folclore, pero están en un paradigma que va más allá de lo folclórico, con una gran creatividad.
Para escuchar folclore canario como tal habría que dirigirse a un grupo que es tanto lo que se denomina el folclore de proyección sino del folclore genérico. En el caso de Tenerife pienso en Los Alzados de Icod el Alto, que no es tanto para ser enseñado sino para cumplir su función inicial, como ocurriría en Gran Canaria con Los Cebolleros de Gáldar o en Fuerteventura con la Agrupación Folclórica de Tetir.
P: ¿Asocia la falta de conocimiento del folclore musical con la falta de cultura?
R: Sin duda. España tiene un problema cultural y en Canarias tenemos el hándicap de que la mayor parte de la población vive en las capitales y de alguna manera, en la segunda mitad del siglo XX se perdió esa conexión con el folclore. Tampoco creo que haya que ser excesivamente nostálgico. Cambió de paradigma la manera de concebir el folclore, pero paradójicamente ese reciclaje es lo que hace que no se pierda. Es cultura que se renueva. Y en Canarias, si nos comparamos con el resto del territorio nacional, no estamos mal.
P: ¿Qué papel juegan los artesanos en todo este proceso?
R: Si no existen los objetos con los que se genera la cultura la cultura no se genera. Sin duda, el tema de la artesanía es un problema grave en toda Europa. Un compañero alemán me contaba que ellos están comprando sus instrumentos tradicionales en Ali Express porque son las que más se parecen a sus flautas originales. No hubo relevo generacional y no tienen quien fabrique sus instrumentos.
En Canarias, por suerte, tenemos grandes artesanos, aunque hay islas que tienen más que otras. Pero se puede decir que, en general, la artesanía Canarias está viva, muchas veces a costa del esfuerzo y de la salud de los propios artesanos, que compaginan su actividad con otras trabajos y hacen mil trucos de magia para salir adelante.
P: ¿Cuál diría que es el instrumento más raro que se ha encontrado?
R: Tenemos varias cosas raras, por ejemplo las espadas que se utilizan en los ranchos de ánimas y de pascua en las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Son idiófonos bastante extraños, completamente hechos de metal. La tradición oral comenta que el primer reflejo que tuvieron los aborígenes de esas islas al ver el metal fue hacer sonar aquel material tan extraño.
También podría hablar de las lapas, el pito herreño o la chácara de La Gomera, que son las más graves y las más grandes que yo conozco en todo el mundo. Pero lo cierto es que correctamente presentados todos los instrumentos tienen su interés.