El eterno arrepentimiento de Ignatius Farray

Pese alcanzar la cima del éxito en el mundo del humor, el cómico tinerfeño manifiesta que le encantaría empezar de cero.

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Erick Canino

El Festival de Cortos Villa de La Orotava recibe este próximo viernes al humorista Ignatius Farray como parte de la actividad paralela de la muestra que se completará también en la noche del 10 de noviembre con la actuación del grupo musical Marlango. Así, en medio y como excusa de esta consolidada fiesta del cortometraje, el cómico tinerfeño regresa a casa, a Tenerife, a su Isla. La cita, que dará comienzo a las 21:00 horas, tendrá lugar en el Liceo de Taoro de La Orotava. Las entradas se pueden adquirir a través de le web www.tickety.es/

Ignatuis es, hoy por hoy, una de las grandes figuras del mundo de la comedia en España. Acumula reconocimientos, como su reciente nominación a los premios EMI por su serie 'El fin de la comedia', y vive con éxito casi cada proyecto en el participe: monólogos, programas radios fónicos... Él, de una manera quizás poco ortodoxa, se ha instalado en la primera línea de lo que desde hace muchos se ha convertido en fenómeno social: el indiscutible triunfo de la industria del humor en la sociedad española.

"Mi imagen de histeria ha surgido a base de supervivencia, como el que nada en una piscina y tiene que mantenerse flote”

"Todos los humoristas –señala Ignatius- que empezamos de aquella manera tan alocada en el inicio de los 2000 ahora somos muy compañeros, nos conocemos todos. La verdad es que, pasado todo este tiempo, nos llega la sensación de que estamos alcanzando los primeros puestos de la industria del entretenimiento”.

Como todo, pese a que la historia pudiera ser bien distinta, este camino de éxito y realización profesional le ha dado para mucho a Ignatius Farray, entre otras cosas para un continuo arrepentimiento: “Creo que cambiaría todo lo que he hecho hasta ahora. Los nudos en el estómago, las noches sin poder dormir, la angustia, es casi continua. La verdad es que me encantaría tener la oportunidad de empezar de cero”.

Ignatius, en parte, hace referencia a esa manera casi única con la que afronta sus espectáculos cómicos muchas veces generando situaciones de tensión, con gritos e insultos y situaciones en bastantes ocasiones extremas. Él habla de una reacción natural frente a limitaciones personales que le convierten en el personaje que finalmente le ha terminado por hacer grande: “Tengo una imagen como humorista que no es ni mucho menos premeditada. Diría que responde a mis carencias como cómico y una manera instintiva de hacerle frente a la ansiedad y a la histeria que surgen cuando actúo”.


E insiste: “Dado que no soy un cómico con los recursos suficientes para mantener cierta calma, me he tenido que refugiar en esta actitud. Mi imagen de histeria ha surgido a base de supervivencia, como el que nada en una piscina y tiene que mantenerse flote”.

Con todo, Ignatuis Farray es un humorista querido: “Creo también que cada vez más el público es receptivo a lo que hago; esperan de mí esa actitud y hay complicidad”. Y este viernes regresa a Tenerife, con toda su histeria, con todo su humor loco, con toda su genialidad…