Derby Motoreta’s Burrito Kachimba tienen una cita pendiente con Canarias. La pandemia arrebató mucho, y a este grupo sevillano le quitó la oportunidad de tocar en las islas en la edición de 2020 del LPA Beer & Music Festival. Este año esa espinita sale pa’fuera y los artistas podrán hacer brincar a todo el público canario con sus temas más antiguos y su nuevo disco, publicado este mismo año, Bolsa amarilla y Piedra potente.
“Tenemos muchas ganas de pisar las Islas”, asegura el guitarrista y productor de la banda, José Manuel Cabrera Scott ('Gringo') a Atlántico Hoy. Los Motoretas vienen con fuerza, tanta que hasta afirman que “vamos a perder siete u ocho kilos cada uno en el escenario”. Traerán así al Archipiélago su particular kinkidelia que no para de evolucionar, tras tres discos y una banda sonora a sus espaldas.
La kinkidelia
Sus comienzos se produjeron en 2017 cuando todos los miércoles quedaban para tocar estos seis músicos, que ya pertenecían a otros grupos. Esas tardes entre semana suponían un desahogue del resto de ensayos y la oportunidad perfecta para dejar fluir todo lo que se les ocurría. Nació así poco a poco su propio género, que denominaron kinkidelia, marcado por el rock, el flamenco y la psicodelia, y llegó “el momento” para que surgiera Derby Motoreta’s Burrito Kachimba - si se lo preguntan, el nombre fue fruto de un montón de ideas sobre la mesa que terminó siendo en un combo de todo, cuenta Gringo -.
Es así como seis personas conformaron una “cooperativa de ideas” en la que los gustos e influencias de todos y los de cada uno convergieron para así crear tres discos y la banda sonora de Las leyes de la frontera (dirigida por Daniel Monzón y basada en la novela homónima de Javier Cercas).
Un disco más maduro y con cariño
Bolsa amarilla y Piedra potente es su último disco. La evolución del grupo se nota en las 12 canciones que lo componen que dejan reflejadas durante 45 minutos la kinkidelia propia y única de los Motoretas. “El primer y segundo disco fueron atropellados”, cuenta Gringo. Todo fue un poco así de sopetón y el álbum Hilo Negro quedó marcado por una extensa gira de 160 conciertos. Tras ese tute, “nos dimos el chance de pensar y componer todo más tranquilamente”, indica el guitarrista, por lo que pudieron “darle más cariño (a este nuevo disco) que a los otros”.
El tiempo también ha sido un punto importante de esta evolución de los álbumes que conforman su trayectoria musical. “Ahora ya no somos solo conocidos. Nos conocemos más y sabemos cómo huelen los pedos del otro”, bromea Gringo. Y como es ley de vida, “se va creciendo tanto como ser humano que como músico” y eso “se va notando en los discos”, como le pasó también a un grupo que son referencia para ellos, los Beatles. Por ejemplo “el primer disco es más gritando un aquí estamos”. Se cultiva entonces desde lo aprendido hasta investigar nuevas formas, apunta el guitarrista, para dar lugar a temas que quizás sería impensable haber hecho en sus comienzos: “Los Motoretas del principio hubieran rechazado un tema como Tierra”.
Tierra es la doceava canción de este disco que recorre todo los estados anímicos posibles para cantar desde que nos gustaría un arroz con tomate hasta contar una historia de Mérida sobre una mujer encarcelada (el tema de Ef Laló). Se compagina la música y la energía de todos los ritmos sonoros que la banda se imagina y materializa junto a las letras del cantante, Dandy Piranha, que traen consigo “versos anónimos del flamenco”, entre otros mensajes, siempre adaptados a las melodías, por lo que la canción “El Chinche es más macabra y Tierra más amarga y emo”.
Una noche inolvidable
El éxito ha marcado su trayectoria debido a su “autenticidad”. Su estilo los ha definido al surgir en un momento en el que lo urbano y lo indie “se estaban comiendo todo el pastel” y han traído consigo otra forma de disfrutar del flamenco, asumiendo su agradecimiento, más allá de sus influencias, a Rosalía. La cantante “abrió un melón increíble y gente que no había escuchado flamenco, fueron abriendo la oreja”, expone Gringo, quien resalta que son “producto de la coyuntura”.
En septiembre será el momento de Canarias de bailar e incluso saltar y golpearse en los pogos al ritmo de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba que prometen “una noche inolvidable” en la que ellos mismos van a “perder unos siete u ocho kilos en el escenario” con toda esa energía almacenada tras no poder visitar las islas hace cuatro años y que por fin tienen su momento en la undécima edición del LPA Beer & Music Festival.