La Academia del Cine de Hollywood es un ente indescifrable. Se presumían muchas cosas antes del comienzo de la entrega de premios. La única que no debía ser, fue. Lamentable, sin ningún lugar a la duda, que se haya premiado a una película, CODA, que no llega ni de lejos al poder que emanaba su predecesora, La familia Bélier. Es cuanto menos discutible. ¿Es esto la inclusión? Desde aquí se invita a disfrutar de una versión original que no deja lugar a la comparación, por mucho que se permuten parajes belgas por lo más profundo de la sociedad norteamericana. Marlee Matlin es ya un icono para siempre.
El poder del perro... ¿qué ha pasado? No pudo hacer historia para Netflix, pero sí para el concepto de cine en plataformas. No deja de ser curioso que sea Apple TV, los de Cupernico, quienes sean merecedores de ser la primera producción de streaming en alzarse con el más preciado galardón de la industria cinematográfica.
No se puede obviar lo acontecido con Will Smith y su cinematográfico puñetazo a Chris Rock después de la "inoportuna" broma de este último sobre su mujer Jada Pinkett. Traerá cola. ¿Ganó realmente el Oscar Marisa Tomei? Este momento ha estado a la altura.
Las lágrimas de Will fueron verdaderas. Lo acontecido es parte de la historia. Lo deseaba tanto que lo deseábamos todos. Nadie como él ha luchado esta consideración, Leo DiCaprio mediante. "This is a beautiful moment", dijo. Lo es para todos aquellos que nos criamos con él en España y nos familiarizó con tantas vicisitudes que la población de raza negra ha tenido que vivir en ese planeta contradictorio que es los Estados Unidos de América.
La cuota española (cuatro eran los nominados) se cubrió con la victoria de El limpiaparabrisas, de Alberto Mielgo, como mejor cortometraje de animación, aunque, debido al nuevo formato de entregar ciertos premios en una gala previa, nos perdimos ver en directo una reacción para la historia cinematográfica de nuestro país. Aún así se le permitió subir al estrado para agradecer el reconocimiento. Un movimiento que puede no haber gustado a todos pero que indudablemente agilizó la ceremonia.
En la gala celebrada esta madrugada (en España) desde Los Angeles todo apuntaba a la victoria de la película de Jane Campion, quien a la postre grabó su nombre con letras de oro en los anales al convertirse en la primera mujer en conseguir el Oscar a mejor guion y mejor dirección.
La campaña de Netflix, tremendamente agresiva, iba a por todas a por este trofeo que pretendía confirmar que la nueva forma de entender el cine ya está aquí, y que desde ahora los estudios tradicionales deberán mirar de tú a tú a las nuevas plataformas de entretenimiento. Pobre Netflix, fue Apple quien tiró de músculo.
Premio merecido
Justa vencedora hubiese sido la película de la australiana, al igual que su premio a la mejor dirección por una película sin concesiones, profunda, sublimemente interpretada, una hermosa fotografía y una sobria realización, marca de la casa de la creadora de El Piano, su primer gran éxito allá por 1994. Campion agradeció al creador de la historia, Thomas Savage, a quien nunca conoció pero le ha reportado, en forma de relato, un reconocimiento tan justo como necesario. Tras Kathryn Bigelow y Chloé Zhao, es la tercera mujer, la segunda seguida, en conseguir el Oscar de realización.
Por muy bien que caiga al mundo entero Will Smith, clama al cielo que Benedict Cumberbatch no tenga a estas horas el Oscar en sus manos. Su interpretación del latifundista Phil Burbank es de las que marcan a toda una generación de actores como sucediese con la de Brando en Un tranvía llamado deseo o la de De Niro en Taxi Driver. Ninguno de los dos ganó el premio en su año. Mención aparte necesita Kristen Dunst, de quien se podría rodar horas de metraje solo con la expresión de su rostro.
No cabe duda de que El poder del perro es la mejor película del año, si lo circunscribimos al habla inglesa. De nada ha servido el virtuosismo técnico del remake de Dune, capitaneada por un inexplicablemente ignorado Denis Villeneuve en el apartado de dirección. Si la segunda parte de la obra proyectada por el canadiense mantiene el pulso narrativo de su predecesora será difícil que haya una cinta que pueda eclipsar todo lo que está ofreciendo la nueva versión de la novela de Frank Herbert. El precedente más allá de evidente, único, es El señor de los anillos: El retorno del rey, la tercera entrega de la saga que arrasó en los premios de 2004. Seis merecidos Oscar técnicos se lleva a casa. No serán los últimos.
Remakes
Como este año ha ido de remakes el nivel de maestría alcanzado por Steven Spielberg en West Side Story no podía faltar a su cita con la temporada de premios, y de paso dar lustre a las nominaciones. Con el formato de diez películas seleccionadas a mejor película del año, parece difícil que tótems como el director de La lista de Schindler o Martin Scorsese no estén presentes cada vez que presenten sus proyectos.
Otro remake que cobró fuerza según se acercaba la ceremonia y sonó hasta el final como posible sorpresa fue CODA, y vaya que si lo fue. Sin embargo, que se piense que este tipo de cintas, entrañables pero poco más que correctas, como Green Book, son contendientes al reconocimiento de mejor película del año demuestra el nivel en el que se mueven los Oscar en los últimos años. CODA es poca COSA en general.
Belfast
El solitario Oscar al mejor guion de Belfast podría parecer un fracaso habida cuenta de sus sietes nominaciones. No obstante sitúa a Kenneth Branagh en ese buscado estatus de estrella que se ha ido labrando, a base de star system, en películas de estudio como Cenicienta, Thor o las dos versiones de obras de Agatha Christie.
Tras un primer periodo en el que presentó las mejores películas de su carrera (dígase Enrique V, Los amigos de Peter, Mucho ruido y pocas nueces o su incomparable y definitiva versión de Hamlet) hasta ahora, su reivindicación como artista total llega con Belfast, una película en la que da rienda suelta a sus excelsas capacidades como realizador. Branagh ejecuta con perfección un juego de planos cuya principal merma es precisamente esa, la percepción de que busca ser premiado en cada secuencia.
Dicho lo cual, demostrada por este redactor su admiración por el personaje, este reconocimiento a mejor guion no deja de ser controvertido, puesto que cualquiera que haya leído la autobiografía de Branagh, escrita en 1989 para sufragar los gastos de Enrique V (su primera película que le granjeó nominaciones al mejor actor y director, además de hacerle merecedor de la comparación, un tanto temprana quizás, con Lawrence Olivier), sabría de primera mano que, en cualquier caso, la nominación, y por ende el premio, debería haber sido concedido por el guion adaptado. En Beginning (1989) da casi todas las claves de lo que terminó siendo la película interpretada por Jamie Dornan y Caitriona Balfe.
No es cuestión menor que el actor y director norirlandés haya dejado para siempre el británico club de Richard Burton y Peter O´Toole, el de los actores que más veces han sido nominados al Oscar sin conseguirlo, aunque las siete nominaciones que todos comparten Branagh las ha dividido en siete categorías distintas, lo que por otra parte es un hito en la historia del cine. Nadie ha sido nominado en tantas categorías diferentes.
Intérpretes
El resto de los premios estuvo muy repartido. Will Smith se hizo al fin con su ansiado Oscar al mejor actor, un merecimiento que le era más correspondido en cintas como Ali o En busca de la felicidad que en El método Williams parece más bien un reconocimiento a su carrera (como le pasara a Al Pacino con su Oscar por Esencia de mujer). Su mujer en la ficción -una estupenda Aunjanue Ellis- le recuerda en una secuencia al hijo que dejó atrás y uno no puede dejar de pensar que Chris Gardner medró y dejó la venta de equipos médicos para entrenar a sus hijas tenistas.
No pudo hacer nada Benedict Cumberbatch, el ganador moral de la categoría, igual que no lo hicieron Javier Bardem y Penélope Cruz, nominada como mejor actriz en una sección donde se premió a una ligeramente sobreactuada Jessica Chastain (Los ojos de Tammy Faye), que, con una de esas transformaciones físicas que tanto gustan en Hollywood, ganó un premio que espera sea el preludio de grandes interpretaciones que está por regalarnos. Mucho debe hacer Pe (y en Estados Unidos, a poder ser) para volver a subir al estrado a recoger al tío Oscar. Su interpretación en Madres paralelas es de una actriz en la plenitud de su carrera, innegablemente merecedora de la estatuilla.
Los papales de reparto fueron para Ariana DeBose, gran favorita en las apuestas por comerse la pantalla en cada fotograma de West Side Story y Troy Kotsur, inconmensurable en CODA y primer intérprete masculino sordomudo en ganar el preciado galardón. Su reivindicación fue tremendamente emotiva.
Pocas sorpresas
El premio al mejor guion original se presentaba, junto a mejor actriz, como uno de los más reñidos de la noche, con Paul Thomas Anderson y su Licorice Pizza habiendo ganando el Bafta, Branagh el Globo de Oro y No mires arriba, la desenfadada sátira ideada por Adam McKay y David Sirota, el galardón del Sindicato de Guionistas. La victoria de Branagh demuestra lo importante de ser parte de eso... Hollywood on my mind!
El guion adaptado fue para CODA, su segundo galardón de la noche, imponiéndose a La hija oscura, que dio la sorpresa en los Spirit Awards.
El músculo artístico y promocional de Disney le granjeó el premio a Encanto como mejor película de animación. Billie Eilish se llevó la mejor canción por No time to die, de lo último de la franquicia de James Bond, arrebatándole el trofeo a Lin-Manuel Miranda, candidato por la película de Disney. Hans Zimmer, por su parte, se llevó su segundo Oscar por la ecléctica e imponente partitura de Dune.
Pocas dudas había de que la japonesa Drive my car se haría merecedora de ser la mejor película de habla no inglesa, al igual de que Dune se haría con un puñado de estatuillas por su impecable factura técnica.
La gala
La gala del pasado año, en remoto y lastrada por la pandemia, solo pudo concitar a 10 millones de espectadores en directo. Fue su mínimo histórico, una caída de casi el 60% respecto al año anterior. Por ello los organizadores necesitaban un revulsivo y que mejor que acudir a tres cómicas como presentadoras, algo inédito en la historia, para revertir la situación. Las encargadas para ello fueron Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Skyes, una apuesta que ha resultado ser irrelevante en términos de innovación. Su presencia fue poco más que testimonial.
La gala empezó poderosa con la siempre efectista Beyoncé interpretando el tema de la banda sonora de El método Williams. El discurso inicial a tres bandas comenzó sacándole punta a las polémicas de los Globos de Oro, a los ocho premios entregados una hora antes de empezar la gala que hicieron que Jessica Chastain no estuviera en la alfombra roja, y a la ausencia de intérpretes como Jennifer Hudson, injustamente apartada de la terna de nominados tras su mimética recreación de Aretha Franklin. La conversación entre ellas resultó ágil y bien hilada, quizás un tanto corta, pero lejos de los espectáculos montados por Billy Crystal en los 90.
Remontó Schumer con su monólogo con su humor incisivo que tuvo su culmen en su socarrona pulla a Leonardo DiCaprio y el mundo que le legará a sus exnovias. Ariana DeBose subió al escenario como la primera mujer de color abiertamente lesbiana en recibir el Oscar, la tercera en repetir premio por un papel ya interpretado por otro actor, nada menos que junto a Brando/De Niro como Vito Corleone y Ledger/Phoenix como el Joker. En este caso, además, por un mismo papel, algo que no ocurrñia en los dos casos anteriores.
La ceremonia transcurrió entre homenajes a los 60 años de James Bond, Schumer disfrada como Spiderman, actuaciones musicales de estrellas de ayer y de hoy como Van Morrison, Luis Fonsi o Sebastian Yatra, sketches de transición con poco que aportar, un momento para recordar a Ucrania o el tradicional y emotivo In memoriam, este año mucho más alegre y positivo que nunca.
Los premios honoríficos también tuvieron su momento de emoción, con estrellas que ya son reconocibles para las nuevas generaciones como Samuel L. Jackson (maravilloso el recuerdo de Pulp Fiction junto a Uma Thurman y John Travolta) o mujeres que han hecho historia en la industria como la directora Elaine May (responsable del épico flop Ishtar, con Dustin Hoffman y Warren Beatty) y Liv Ullman.
Decía Churchill que le gustaba planificar muy bien sus improvisaciones. Esa máxima escenificaron Chris Rock y Will Smith, quien simuló dar un piñazo a su colega y después le profirió insultos, bien estudiados, desde la zona de butacas. Para aquellos que vieron un momento de espontánea tensión en la gala no conocen bien al bueno de Will, puro espectáculo previa recepción del Oscar. Correrán ríos de tinta a este respecto, mas parece harto improbable que un actor como Smith, exquisito en sus formas desde sus inicios, regalase un momento al mundo el día en el que se introducía en ese selecto club de los ganadores del mayor premio a la interpretación del mundo. ¿Tanta brega para ser desposeído del galardón que ha buscado durante toda su vida... por violento? Si es así habrá una película que recoja los vericuetos del momento. Y ganará el Oscar.
Así terminó una gala de nuevo cuño, coronada por una película "de buen rollo" pero difícil de recordar como mejor cinta del año, precursora sin duda de lo que está por venir en los próximos años.
Lista de premiados
Mejor Película: CODA
Mejor Dirección: Jane Campion, El poder del perro
Mejor Actriz: Jessica Chastain, Los ojos de Tammy Faye
Mejor Actor: Will Smith, El método Williams
Mejor Actriz de Reparto: Ariana DeBose, West Side Story
Mejor Actor de Reparto: Troy Kotsur, CODA
Mejor Guion Original: Kenneth Branagh, Belfast
Mejor Guion Adaptado: Siân Heder, CODA
Mejor Película Internacional: Drive My Car
Mejor Película de Animación: Encanto
Mejor Fotografía: Dune
Mejor Edición: Dune
Mejor Banda Sonora Original: Hans Zimmer, Dune
Mejor Canción Original: Billie Eilish y Finneas O'Connell, No time to die
Mejor Diseño de Producción: Dune
Mejor Maquillaje y Peluquería: Los ojos de Tammy Faye
Mejor Sonido: Dune
Mejor Diseño de Vestuario: Cruella
Mejores Efectos Visuales: Dune
Mejor Documental: Summer of Soul
Mejor Cortometraje Documental: The Queen of Basketball
Mejor Cortometraje Animado: El limpiaparabrisas
Mejor Cortometraje de Acción en Vivo: The Long Goodbye