Ahora que hay tiempo, que nos podemos dedicar a los detalles, a ir al origen, ¿por qué no dar a conocer a los más pequeños cómo nació esa industria que en estos días tanto nos está acompañando?. Pues "Cinematográfico" lo hace, y de la mano de la primera directora de cine de la historia, Alice Guy-Blanché.
Con ella y con un simpático animal parecido a un león y a una pantera, porque ellos son el hilo conductor, los guías que nos llevarán por este recorrido por una historia "inacabada", la del cine y de los que participaron en sus comienzos.
Así nos lo anuncian estos dos protagonistas en la primera página de este libro apaisado escrito por Gema Sirvent e ilustrado por Ana Pez en el que, según cuenta a Efe la autora de las imágenes, han intentado "abarcar una visión muy completa" del mundo del celuloide para rescatar "por completo" a Alice Guy-Blanché, "la primera persona en hacer lo que conocemos en hacer cine, una tía muy cañera".
Lo era, añade Pez, porque no solo inventó un "montón de cosas" como ser la primera en "montar una historia y crear ficción con cine", sino que en sus producciones incluía a actores y actrices de "todas las clases sociales" y llegó a hacer documentales donde hablaba sobre cómo "se destruía a las mujeres".
Pero en "Cinematográfico" (editorial Libre Albedrío) está casi todo sobre el celuloide y sus protagonistas, porque en palabras de Pez hacerlo ha sido una "labor napoleónica", pese a que hayan tenido que "renunciar" a algunos contenidos como referencias "emocionales" que están ligadas a algunos temas que abordan.
En concreto, el libro empieza dando a conocer el origen del cine, el kinetoscopio, que viene de las palabras griegas "kineto", movimiento, y "scopos", ver. Una máquina que Thomas Edison patentó en Estados Unidos en 1893, dos años antes de que los hermanos Lumiére patentaran en Francia el cinematógrafo.
Un aparato con el que en hicieron "La salida de los obreros de la fábrica Lumiére", proyectada en 1895, el mismo año en el que en otra parte del mundo, en Alemania, los hermanos Skladanowsky inventaron el "bioscope", que proyectaba imágenes en movimiento utilizando la llamada "linterna mágica".
El libro explica que la industria del cine no fue justa con las mujeres
Y fue en estos años cuando Guy-Blanché rodó su primer cortometraje "El hada de los repollos", una adaptación de un cuento francés muy popular en la época. Pero también cuando creó su propio estudio: Solax Studios. Aunque la historia del cine, como cuenta el libro, "no fue justa" con ella y la excluyó por ser mujer hasta la década de los 90 del siglo XX, cuando se la empezó a reivindicar como la primera persona que dirigió una película.
No sucedió así con otros grandes nombres del celuloide como George Méliés, el encargado de introducir uno de los elementos fundamentales en el cine, el "deseo del espectador", nos cuentan Sirvent y Pez en las páginas de este libro en el que se van sucediendo diferentes estilos gráficos para contar así las "diferentes formas de narrar" del octavo arte, afirma la ilustradora.
A lo largo de la obra sus autoras nos indican cuáles son también las películas claves de cada época, como "La quimera de oro" en el cine mudo; "Metrópolis" en el cine expresionista o "Ciudadano Kane" en el cine moderno y "Los cuatrocientos golpes" en la Nouvelle Vague o "Avatar" en la tecnología 3D.
Y también nos muestran los secretos que se esconden en los planos y las angulaciones o los principios del lenguaje cinematográfico, como la profundidad de campo; así como datos curiosos como el de que "La soga" de Alfred Hitchcock se compone de un único plano secuencia.
Toda una experiencia cinematográfica por la que se pasean también Pedro Almodovar o Jean-Luc Godard.
"Lo ideal -explica Pez- es que sirva para abrir la curiosidad y para que el niño o adulto se ponga a investigar, por eso damos muchos hilos de lo que tirar".
Por eso recomienda que "un adulto le regale este libro a un niño que tenga interés por el cine" o que se lo regale porque le "quiera abrir este mundo y pueda compartirlo con él".