El ministro de Cultura del Gobierno de España, Ernest Urtasun, compareció el lunes en el Congreso para explicar las líneas de actuación de su departamento en la presente legislatura. En esa exposición, entre las diferentes materias que trató, planteó un "proceso de revisión de las colecciones que permitan superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico" y recordó que "existen compromisos internacionales asumidos por España que "se traducen en un proceso de revisión" de las colecciones de museos estatales.
Urtasun avanzó que este proceso de revisión ya forma parte, como eje transversal, en las programaciones temporales del Museo de América o del Museo Nacional de Antropología. En una de las galerías bajo control del Estado, el Museo Arqueológico Macional (MAN), se expone desde 2015 la momia guanche de Tenerife, localizada en el Barranco de Herques y que Canarias reclama desde 1976. "No vamos a renunciar a nuestros bienes patrimoniales", advierte este miércoles Miguel Ángel Clavijo, director general de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno regional desde el Barranco del Tendal (La Palma), donde realiza una visita a un yacimiento.
Sin demagogia
"Me gustaría escuchar las declaraciones del ministro con detenimiento", argumenta Clavijo antes de añadir que "nos alegramos de este cambio de paradigma. De todas formas, con estos asuntos hay que hablar sin demagogia, con tranquilidad, porque no es recomendable mezclar política y cultura". En ese sentido, detalla que "el próximo Congreso Nacional de Patrimonio Histórico se celebrará en La Palma los días 3, 4 y 5 de abril y si el ministro asiste sería una buena ocasión para tratar con él este tema".
El director general de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias reitera que "no vamos a renunciar a nuestro patrimonio" y subraya que "tenemos constacia de fondos arqueológicos y fondos fotagráficos en diferentes museos de Europa". "En el caso de la momia guanche de Tenerife habrá que ver en qué condiciones está y cómo llegó hasta allí", puntualiza Clavijo.
Regalo al rey Carlos III
En el Ministerio de Cultura, a preguntas de este medio sobre este nuevo escenario abierto por Urtasun, puntualizan que "el ministro no expuso ninguna novedad ni propuesta concreta al respecto" y recalcan algunas de sus declaraciones del lunes. "Se trabaja en visibilizar y reconocer la perspectiva de las comunidades y la memoria de los pueblos de los que proceden los bienes expuestos. El objetivo, por lo tanto, es seguir avanzando en la línea que han abierto otros museos españoles y europeos", apuntan.
La momia guanche fue encontrada en el Barranco de Herques, ubicado entre Fasnia y Güimar, y es la mejor conservada hasta la actualidad. Su hallazgo tuvo lugar en 1763 y posteriormente fue enviada como regalo al rey Carlos III. Desde entonces ha pasado por diferentes ubicaciones, como museos nacionales, galerías privadas o la Exposición de París de 1878. En diciembre de 2015 la momia fue trasladada de manera definitiva al Museo Arqueológico Nacional. Allí es la pieza principal del espacio dedicado a la prehistoria canaria de la galería de la capital.
Varias negativas
La Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados —en 2010— aprobó el traslado de la momia a Tenerife. Dos años después, sin embargo, la propia Cámara Baja paralizó su devolución. El argumento utilizado para que el cuerpo embalsamado continuara en la capital de España fue el riesgo que se debería asumir para proteger a la momia. El año pasado, el MAN también reiteró —tras seis peticiones del Cabildo de Tenerife— su negativa a devolver el cuerpo del aborigen a las Islas.
Un documental, filmado en 2019, reproduce la historia de este individuo. Tras las pruebas a las que se sometió el cuerpo, con TAC incluido, Teresa Gómez Espinosa —jefa del Departamento de Conservación del MAN— describió que era un varón nacido en la segunda mitad del siglo XII, alrededor del año 1160. El individuo posee toda su dentadura, sin ningún desgaste ni caries, y sus manos no delatan que hubiera realizado trabajos físicos duros —por lo que pudo pertenecer a alguna familia de la nobleza indígena—. En cuanto a su muerte, se fecha en la primera mitad del siglo XIII —dos siglos antes de que las tropas de Castilla arribaran en las costas canarias y más de cinco para que fuera descubierta en el Barranco de Herques—.