El desastre del 98, certificado en el Tratado de París con la independencia de Cuba y la cesión a Estados Unidos de Puerto Rico, Filipinas y Guam, alteró el ánimo de España en el cambio de siglo —del XIX al XX—. El país pasó de la exaltación patriótica del nacionalismo español a un sentimiento de profunda frustración por la definitiva caída del Imperio. En medio de ese carrusel de ciclos emocionales, a los gobiernos de Sagasta, Silvela y Azcárraga en Madrid la situación de Canarias en medio del Atlántico —y lejos de la Metrópoli— les hizo desarrollar un ataque de pánico: un posible ataque de la marina norteamericana sobre el Archipiélago.
Ese miedo por perder la última colonia de ultramar derivó en un proyecto de defensa para las Islas que, entre otros planes, contenía la construcción de un destacamento militar en el punto más alto del Risco de San Juan. Desde esa posición, rematada con cuatro obuses de 210 milímetros de la marca Ordóñez, se podía proteger a cañonazos la bahía de Las Palmas de Gran Canaria ante cualquier irrupción por mar de una potencia extranjera. La base castrense permaneció operativa hasta mitad del siglo pasado y, desde entonces, ha resistido de mala manera al abandono, el paso del tiempo y el vandalismo pese a estar reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2018.
Acuerdo
125 años después del inicio de su construcción —con el recuerdo de la derrota de la flota española del almirante Cervera en Santiago de Cuba aún reciente—, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias han acordado darle sentido a la publicación del Boletín Oficial de Canarias (BOC), del 19 de julio de 2018, en la que se especificaba que las instalaciones militares de la Batería de San Juan "merecen ser vistos como recursos culturales" para convertirlo en un centro de interpretación sobre la defensa de la ciudad a lo largo de los últimos seis siglos.
El trato entre las dos administraciones públicas, sellado entre Adrián Santana —concejal de Cultura de la capital grancanaria— y Miguel Ángel Clavijo —director general de Patrimonio Cultural del Ejecutivo autonómico— establece una colaboración en la recuperación de los castillos y fortalezas que tiene Las Palmas de Gran Canaria, cooperación que arrancará con la Batería de San Juan "para evitar que se vandalice", explican desde el Gobierno canario antes de añadir que "vamos a consolidarla y, como objetivo final, darle el uso que ha establecido el ayuntamiento, que será convertirlo en un centro de interpretación que hable de la historia de la ciudad".
Red de Museos de Canarias
Las dos administraciones públicas, además de proyectar un centro de interpretación en San Juan, también acordaron la incorporación de los museos municipales a la Red de Museos de Canarias, “lo que nos va a permitir ayudar a financiarlos y a realizar proyectos conjuntos que permitan un mayor conocimiento de los mismos”, subrayó Clavijo.
Adrián Santana se mostró satisfecho con los acuerdos alcanzados ya que van a suponer importantes mejoras para el Patrimonio Cultural de la ciudad “dando respuesta conjunta e interinstitucional a una tarea pendiente con nuestras infraestructuras y conjuntos patrimoniales, conformando, además, un activo en nuestra tarea colectiva de conseguir ser Capital Europea de la Cultura en 2031. Cumple el propósito determinante de la transformación y modernización de la planificación estratégica en materia de Cultura en Las Palmas de Gran Canaria”.