Esta semana se desarrolló en los espacios del hotel La Hacienda de Abajo, en Tazacorte (La Palma), la edición de este año 2020 del Agrocanarias de Gofio que el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) se empeñó en organizar. “Empeñarse” es el término que acuña su director, Basilio Pérez, ya que las actuales circunstancias sanitarias complicaban, y mucho, la coordinación tanto del certamen dedicado al alimento vernáculo como el que anteriormente tuvo como protagonistas a las sales marinas de Canarias, éste celebrado en Lanzarote. En definitiva, medidas estrictas de seguridad y de lo más lucidos los entornos elegidos para que los catadores-as acometieran su labor en la valoración de 71 muestras, en la fase previa de Tenerife, y 31 en la final. La felicitación por llevar a término ambos certámenes es obvia. “Felicitación que recojo para trasladarla a un grupo humano inmenso que ha hecho lo indecible para facilitar que ambos concursos se desplegasen a pesar de las circunstancias adversas que conocemos”.“Estamos muy satisfechos de haberlo podido sacar adelante pues nos preguntábamos si era factible o no; finalmente las medidas sanitarias, sobre todo para la seguridad de los catadores y de todas las personas implicadas, pudieron extremarse y asegurarse para que mediante este formato se pudiera promocionar, una vez más, nuestros productos en el ámbito regional”, asevera Pérez.Vinos, quesos, sales, gofio,… “Con este tipo de concurso se intenta recordar, 'situar' en cada momento a lo largo del año esos géneros y elaboraciones del Archipiélago que están ahí, para todos nosotros. Con el Agrocanarias de Gofio, que en su marco palmero se puede afirmar que se desarrolló con todo lucimiento, se pone en valor el trabajo de muchas personas y moliendas. En definitiva, son como ‘píldoras recordatorias’ que a veces, cuando vamos acudimos al supermercado o una gran superficie, refresca el hecho de leer con más atención las etiquetas y situarnos en el origen de la materia prima; mejor que mejor si es Canarias”.Basilio Pérez pone de relieve que “este ejercicio propicia que conozcamos aquellas empresas agroalimentarias que transforman los géneros de nuestro sector primario y con origen en las Islas; eso es fundamental para que todos podamos convivir y procurar entre todos el funcionamiento de esa economía circular que tanto necesitamos últimamente y que toda esa riqueza se pueda quedar aquí tanto en su recorrido y con la conveniente trazabilidad”.El director del ICCA subraya que “en los últimos tiempos se ha conectado más con el producto de cercanía, los cultivadores, proveedores del campo y la pesca, los ganaderos-as… que estaban aquí, sí, y siguen trabajando y desarrollando su labor para darnos de comer y más aún, durante esta época tan fuerte. Como consumidores debemos estar atentos a nuestro producto: no solo ahora sino siempre”.71 muestras de gofio en las fases previas y en la final 31. Equipo del ICCA perfectamente sincronizado y catadores de todas las islas, incluso un representante de La Graciosa. “Claro; se busca de alguna manera la máxima representación y un dato es que el año pasado fueron 60 contendientes. Seguimos poniendo la atención en los molinos que se inscribieron, un total de 15. Tenemos más de una treintena y, en mi opinión totalmente costructiva, tenemos que seguir trabajando con ellos, mano a mano”.“Mantuve una reunión –comenta Pérez- con la Asociación de Productores de Gofio de Canarias y se abren caminos para analizar estudios sobre líneas de productos y encaminar los desafíos en estrategias de promoción, trabajando de la mano y que ese esfuerzo se vea cada vez más reflejado en los lineales de los supermercados”.Entre el muestrario de productores de gofios, que sabrán la designación de premios y medallas la próxima semana, hay variaciones también destinadas para segmentos de la población canaria cómo pueden ser los celíacos. “También es importante detalles como diversificación de formatos caso de los monodosis, siempre para facilitar el consumo del ese alimento, desde las tradicionales a otras más novedosas, desde el tazón de leche o una pella hasta el hummus, turrón o incluso licor. Todo es adaptarse y que la gente sepa que eso está ahí y no sólo pretendemos que se mantenga sino que se mejore, algo que puede ‘leerse’ como empleo y rentabilidad”.Por último, Basilio Pérez indica que desde el ICCA siempre se abrirán puertas para colaborar, empujar, asesorar a los productores y para que se incentive e incremente cada vez más lo nuestro entre el consumidor canario; y, por supuesto, entre los cocineros-as, que es una parte muy importante como embajadores-as de nuestra gastronomía y ante los que visitan”.