Las fronteras en los mapas son una fina línea que separa un país de otro, similar a una cuerda que no permite el paso y marca las distinciones. Más de 600 personas, entre ellas niños y niñas de entre 4 y 18 años, se han embarcado en un proyecto para que estas cuerdas que forman parte de la vida desde el nacimiento se desvanezcan a través, sobre todo, de la música.
Barrios Orquestados presenta su nuevo espectáculo, Cuerdas, con un fin, sensibilizar sobre las fronteras políticas y culturales. Después de Casamundo, el proyecto músico-social se aventura en una representación multidisciplinar esta vez haciendo partícipe también al público con la rotura de la cuarta pared para junto a los jóvenes reivindicar “aquellos espacios que nos unen o nos separan”, manifiesta José Brito, director de Barrios Orquestados.
Los dramas de la humanidad
En Cuerdas, la música, la danza y la interpretación se unen para contar diferentes micro historias que sintetizan las fronteras del mundo y la protesta de su existencia, así como de los límites del pensamiento. Abarcan “los dramas más acuciantes de la humanidad, que han sucedido y siguen ocurriendo”, explica Brito, por lo que “en cada secuencia están contando una historia con un drama brutal que puede estar sucediendo hoy en Gaza, Ucrania o la frontera de México”.
Para el director de Barrios Orquestados, este espectáculo es uno de los “más poéticos” que han hecho y “exige un esfuerzo de pensamiento para quien lo ve y lo escucha”, pues no quisieron “contar explícitamente un relato”, sino jugar con las imágenes, que “cuentan mucho”. Es así como en dos partes, primero un pasacalle y después el espectáculo en la sala, se recorre el camino de la vida, todo ello con un trasfondo social.
El poder de la música
Polo Vallejo, músico, pedagogo e investigador musical sobre todo en África, ha participado junto a Brito en el desarrollo de este espectáculo que demuestra “el poder que tiene la música como herramienta de transmisión”, como se ve en el continente vecino, en el que “la música es el vehículo a través del que se transmiten valores históricos y morales” sin necesidad de decirlos en forma de discurso, apunta, y en este caso se traslada “un mensaje de paz”.
Los propios jóvenes que participan en el espectáculo han comprendido este mensaje y ha ido calando en ellos, más allá de la parte musical, destaca Brito, quien considera que ha sido lo más bonito e interesante de la nueva aventura. Los niños y niñas han aprendido cómo las cuerdas representan una línea “que puede ser imaginaria, manipulada o artificiosa que nosotros rompemos y la transformamos a través de la música, la danza y la interpretación”, indica Vallejo.
Cuatro espectáculos
Como cuenta Brito, el añadido de este proyecto es la participación del público, que con palmadas, golpes en el suelo, pasos de baile e incluso aullidos formarán parte de este viaje reivindicativo que podrá disfrutarse en cuatro islas del Archipiélago.
Con un formato "elástico y dúctil", se adapta para que pueda ser replicado durante este mes en Gran Canaria (9 de junio en el Auditorio de Agüimes), Fuerteventura (el día 16 en el Auditorio Insular), Lanzarote (el día 23 en el Teatro Municipal de Tías) y en Tenerife (el día 29 en el Auditorio Municipal de la Matanza de Acentejo).
Las entradas tienen un precio-donativo de cinco y siete euros, y podrán adquirirse en diferentes plataformas de venta que Barrios Orquestados publicará en sus redes sociales. El dinero recaudado se destinará a la ejecución y producción de la propia obra para cubrir los costes materiales y profesionales desde la iluminación hasta la producción audiovisual. ‘Cuerdas’ quedará plasmado en una película que recopilará los cuatro estrenos bajo la dirección cinematográfica de Amaury Santana.
Mayor estabilidad para Barrios Orquestados
Barrios Orquestados ya cuenta con doce años de andadura a sus espaldas. Tras este tiempo, el director ha admitido que el proyecto precisa de "una estabilidad que permita no estar continuamente en un equilibrio muy frágil", aunque a lo mejor no se aprecie así a primera vista, pero "cualquiera que pueda estar dentro y puede apreciar como subsiste un proyecto músico-social como este que tiene la pata de la infancia, de la equidad social, de la de la música y, por supuesto, de la cultura".
Por ello, ha hecho un llamamiento para que las administraciones canarias garanticen "por ley" la viabilidad de este proyecto de desarrollo comunitario y cultural, "cuyo beneficio es exponencial, año a año".