“Estar entero, sentirse agua | ya llovida, ventolina meciéndose | en la avenida, sangran | farolillos su oro al mar (...)”. Versos sueltos se entrelazan con la vida adolescente y poética de Félix Francisco Casanova en su diario Yo hubiera o hubiese amado (Demipage): “Durante varias noches duermo junto a papel y lápiz. Estos poemas los he hecho sobre las 2-3-4 de la madrugada, entre dormido y despierto, estos días”. Escritor y músico palmero, en su corta vida dejó un legado cuya huella es visible en los escritores canarios que le sucedieron. Tan hondo y delicado que este año el Día de las letras Canarias y todos sus actos rendirán homenaje a su enigmática figura.
El abismo entre la vida y la muerte es una línea que se cruza fácilmente en su obra, claramente visible en su novela más reconocida El don de Vorace, escrita en unos 50 días con tan solo 18 años, que dictaba en voz alta para que su padre escribiera. Es hijo del poeta y médico Félix Casanova de Ayala y de la pianista Concepción Martín, cuya muerte durante su adolescencia afectó al joven escritor. También es hermano de José Bernardo, autor de gran parte de las fotografías que se tienen de Félix Francisco.
Publicaciones
A principios de los años 70, a muy corta edad, ya se abría paso en las letras canarias publicando sus poemas en medios escritos como La Tarde o El Día. Con 17 años ganó el principal premio de poesía de Canarias, el Julio Tovar, con El Invernadero (1973), y un año después el premio Benito Pérez Armas con El don de Vorace. “Chicas me llaman por teléfono, me paran en la calle. ¡Qué coño les pasa!”, escribió en su diario en enero de 1974 tras escribir sobre sus premios y publicaciones en los medios anteriormente mencionados.
Dos años después de escribir estas líneas Félix Francisco Casanova falleció en su casa de Tenerife a causa de una fuga de gas mientras se bañaba, con tan solo 19 años. Por entonces estudiaba Filología Hispánica en la Universidad de La Laguna donde estableció contacto con otros filólogos y poetas de una época que empezaba a vivir la Transición.
Su huella
De él, el escritor tinerfeño Juan Cruz escribió en El País: “Era el escritor más alegre, prolífico y hondo del panorama que teníamos alrededor; para nosotros, los de la misma calle, los que le frecuentábamos y nos reíamos con él, con sus ideas, con sus versos y con sus ocurrencias, de Félix Francisco estaba surgiendo una mínima parte, todavía, del enorme talento que atesoraba”.
Y sobre la evolución de su obra en conjunto con su otra pasión, la música, escribió el poeta también tinerfeño Yeray Barroso: “Desde una poesía críptica y mucho más simbólica, a otra más nítida de imágenes impactantes, que evolucionaban según el conocimiento musical del joven también crecía”. Y es que Félix Francisco Casanova formó un grupo músico-literario junto con su amigo Ángel Mollá, llamado Equipo Hovno.
Celebración
Su intensa y característica forma de escribir, es decir, de ver el mundo, le ha llevado a que a lo largo de este año el Gobierno de Canarias reconozca su figura, evidenciando así la importancia de Félix Francisco Casanova en la construcción literaria canaria.
Desde el pasado martes 21 de febrero, Día de las Letras Canarias, quienes estén interesados en su obra pueden descargarse en la web de la Biblioteca de Canarias una breve cronobiografía del escritor, así como algunos de sus textos más conocidos. También habrá una selección de imágenes y una edición especial para este 2023 de la Editorial Demipage, con la antología De todo haz un misterio.
Además han preparado una nueva edición de los reportajes audiovisuales Deletrando Canarias, con testimonios de personalidades como Elsa López, Anelio Rodríguez Concepción y personas de entorno próximo del escritor como su hermano José Bernardo o su íntimo amigo Ángel Mollá.
