Las lesiones no abandonan a Juan Villar. El jugador más desequilibrante del Tenerife sigue gafado. El domingo en Tarragona sufrió su sexta lesión de la temporada y la quinta de carácter muscular, todas ellas relacionadas con el bíceps femoral de la pierna derecha. Un salto en el aire para tratar de domar un balón largo acabó con el jugador dolido sobre el césped, echándose mano a su muslo derecho y obligado a salir en camilla.
El extremo del Tenerife marca un tanto cada 101 minutos, pero ha sufrido seis 'parones' en lo que va de cursoReservado en la Copa del Rey, torneo en el que no llegó a debutar, Villar apenas acumula 808 minutos sobre el césped en lo que va de campeonato y no ha podido jugar un partido completo. Y hasta ahora, cuando sumaba cuatro partidos seguidos como titular, no había encadenado más de dos encuentros en el once inicial. Sin embargo, ha provocado dos penaltis, ha repartido tres asistencias y promedia un tanto cada 101 minutos.
Villar sufrió su primera lesión en pretemporada, durante el partido de vuelta de la Copa Mahou ante Las Palmas, lo que le obligó a retirarse en la primera mitad. Jugó unos minutos en el debut liguero ante el Zaragoza y ya fue titular en la segunda jornada ante el Barcelona B, pero sólo duró 52 minutos, al resentirse de su lesión en el bíceps femoral del muslo derecho. Y se vio obligado a parar en siete partidos, cinco de Liga y dos de Copa.
De vuelta ante el Nástic, jugó la segunda parte contra el Oviedo –marcando un gol– y ya fue fue titular frente al Numancia, cayendo lesionado a los 47 minutos tras recibir un golpe en el tobillo. En esta ocasión se perdió sólo dos choques y en su segundo partido como titular, ante el Rayo, apenas duró veinte minutos: se echó mano al muslo y se fue entre lágrimas. Regresó al mes, con tiempo de marcar el gol del empate ante el Cádiz en la despedida del año 2017.
En 2018 ha demostrado un nivel superlativo sobre el césped, pero no le ha abandonado la mala suerte. Así, en su segundo partido seguido como titular, duró media hora ante el Zaragoza. De vuelta a la actividad, marcó en Granada saliendo desde el banquillo y, ya con Etxeberria como técnico, encadenó cuatro titularidades consecutivas en las que sumó cinco goles... y una nueva lesión muscular. El Tenerife debe sobrevivir sin su jugador más desequilibrante.