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Hacer un balance del año que finaliza, donde ha habido tantos cambios, no es realmente sencillo, pero he llegado a la conclusión de que ha sido realmente positivo.

Los cambios producidos en todas las esferas de mi vida me han hecho darme cuenta de todo lo que me estaba sobrando y todo lo que no estaba percibiendo y me estaba perdiendo.

Ha sido un año de grandes reencuentros, sobre todo con personas que nos hemos querido mucho y que por muchos motivos casi no nos veíamos. Reencuentros con personas cercanas a las que realmente amo dedicándole más espacio vital, y, sobre todo, reencuentro conmigo mismo y poder disfrutar cosas tan sencillas como ver cómo crecen las plantas de mi casa, como huele el café recién hecho o tener una sobremesa después del almuerzo, entre cientos de cosas más.

También he podido ver el lado oscuro de la deslealtad de algunas personas. Teléfonos que dejaron de sonar porque ya no necesitaban nada. Eso tiene la vida; gente que estará contigo por cualquier tipo de interés hasta que dejan de necesitarte. Aquí aplico esa frase tan cierta que dice “tanta paz lleves como descanso dejas” …. A todas esas personas les deseo mucha paz y les agradezco el enorme descanso que significa que no signifique. Es una delicia vivirlo.

Mención especial me merecen en este año, todas aquellas personas que hicieron que mi regreso a Candelaria y a mi antiguo puesto de trabajo fuese tan extraordinario. Mucha gente que creía cercana no comprende este agradecimiento mío y confunden términos y situaciones,pero nada ni nadie podrá detener mi gratitud jamás. 

El año que termina, me permitió ver integridad en mis compañeros y compañeras del Cabildo y, por supuesto, toda la comprensión por parte de ellos. Han sido muchos años de unión y de amistad que seguirá existiendo siempre.

La salud está mucho mejor gracias a amigos que me han ayudado con el ejercicio físico y mental. La ilusión sigue intacta.

El año 2019 ha sido el año del cambio, del redescubrimiento y de la consecución una mayor tranquilidad disfrutando todos los momentos y sabiendo que todo sucede por alguna circunstancia.

El próximo año será creativo, de mas reencuentros, de solidaridad, de vivencias, de seguir teniendo la capacidad de ilusionarme y de emocionarme, de desear lo mejor, de avanzar en mi ciclo vital, y, en definitiva…. de vivir y de estar cerca de las personas que me aprecian, me quieren y me respetan.

Todos los cambios son buenos y de repente te das cuenta que te sobra casi todo. El mío ha sido perfecto. En el 2020 habrá mas cambios.

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

P.D. He evitado personalizar este escrito nombrando personas, pero estoy seguro que, si lo leen, se sentirán identificadas en algún párrafo . Como dice una amiga mía: “Somos lo que damos”.