Acabada la guerra civil, el fútbol competitivo volvió a Tenerife en noviembre de 1939 con el inicio del Campeonato Insular 39-40, que contó con la presencia de los 'cinco grandes' del fútbol insular: Tenerife, Iberia, Price, Hespérides y Real Unión. Con Andrés Llombet como técnico, el equipo blanquiazul no pudo contar con 'emigrantes' como Arencibia, Rancel, Gabriel Jorge o Quique, pero recuperó a Domingo 'el palmero', retenido durante varios meses en la Península “para cumplir con sus obligaciones militares”.
En plena reconstrucción, el Tenerife tuvo un inicio titubeante que le llevó a ser goleado (3-0) por el Price del 'genio' Paco Roig y ceder un empate con el Iberia de los hermanos Núñez. Eso sí, un espectacular triunfo (5-4) ante el Price en la segunda vuelta –con goles de Martinica, Chicote (2), Luis y Manolo Jorge– le permitió llegar con opciones a la última jornada, en la que estaba obligado a ganar al Real Unión en el Stadium, al quedar inutilizado el campo de La Avenida, que no soportó el 'crecimiento' de Santa Cruz.
El Tenerife no falló y se impuso (0-2) con tantos de Domingo y Luis, una tarde en la que Llombet alineó a su 'once de gala': Abel; Morera, Delgado; Conrado, Nieto, Victoriano; Martinica, Domingo, Chicote, Manolo Jorge y Luis. Ellos fueron junto a Cayol, Oche, Mota y Peregrino la base de un equipo que se ganó el derecho a participar en la Copa del Generalísimo. Aunque el sorteo no fue benévolo con los blanquiazules: tocó el Sevilla de 'la delantera stuka', campeón de la Copa del Generalísimo y subcampeón de Liga.
Un gol ilegal del Hércules en el partido que cerraba la Liga 39-40 había dejado sin título a los andaluces en favor del Atlético Aviación (nombre del Atlético Madrid en la posguerra), por lo que afrontó la Copa con ánimos de revancha. Y dos semanas después lo pagó el Tenerife: cayó 6-1 en el partido de ida, lastrado por el viaje en barco y las bajas de Cayol, Delgado, Santacruz y Martinica. Una semana más tarde, jugando como 'local' en Cádiz, un Tenerife más descansado se impuso (1-0) con un histórico gol de Chicote.
¿No había amistosos en la posguerra? Pues sí, los hubo. Y la vuelta de José Díaz Prieto a la secretaría general del Tenerife se tradujo en la presencia en la Isla del mejor rival posible: el Atlético Aviación, reciente campeón de liga con Pancho Arencibia, ídolo del tinerfeñismo como principal reclamo. Y con otros tres canarios en su 'once' titular: Mesa, Machín y Campos. Un triunfo para cada equipo por idéntico resultado (2-1) exigió un tercer choque que volvió a llenar el Stadium y acabó con victoria (4-2) del Atleti.
Alineación del CD Tenerife en Sevilla
Ese día, el Tenerife no sólo pasó a ser dueño de su terreno de juego, sino también de su destino. Y empezó a edificar su supremacía en el fútbol insular al exigirse años después que el representante de Tenerife en las competiciones nacionales “fuese aquel que tuviera un estadio propio”. Lo tenía gracias a don Heliodoro. Es justo que el viejo Stadium lleve ahora su nombre.