Aprender a desaprender o el riesgo de no arriesgar

¿Te acuerdas de cuando había un videoclub en cada esquina? los gustos, la tecnología… está cambiando a pasos agigantados. Lo que hasta ahora funcionaba, igual mañana ya no.

Guardar

Featured Image 16893
Featured Image 16893

¿Te acuerdas de cuando había un videoclub en cada esquina? ¿De las páginas amarillas? ¿De las tiendas de discos o de revelado de fotos? Si tienes cierta edad, te acordarás de todos estos negocios que estaban muy presentes en nuestras ciudades. Si eres algo más joven, igual ni los conociste. 

Lo que hasta ahora funcionaba, igual mañana ya no

Pero, ¿qué está pasando? ¿Cómo es posible que grandes empresas como Galerías Preciados, Banco Popular, Kodak, Toys”R”Us estén desaparecidas, o casi,o sean una sombra de lo que llegaron a ser? Pues que el mercado, los gustos, la tecnología… está cambiando a pasos agigantados. Lo que hasta ahora funcionaba, igual mañana ya no.

En muchos casos, esos fracasos de esas grandes empresas están provocados, o son consecuencia, de seguir haciendo las cosas “como siempre las hemos hecho”. Creerse invencible por el tamaño, por la fortaleza económica o por la predominancia de la marca en el mercado, no conseguirá, por sí solo, que nuestro proyecto permanezca en el mercado. Si perdemos clientes, muchos clientes, nuestro negocio terminará muriendo.

Visto en perspectiva, es fácil preguntarnos, ¿cómo es posible que Toys”R”Us no reaccionara a la fuerte competencia de Amazón, Ebay, Alibaba…? A toro pasado, es más sencillo sacar conclusiones y aprender de los errores. Pero el problema es el “durante”, esos momentos en los que se hacía necesario tomar las decisiones adecuadas y que no se tomaron.

En cualquier proyecto empresarial, grande o pequeño, el tomar decisiones que conlleven el hacer un cambio importante en la organización, no es algo que se haga con frecuencia

En cualquier proyecto empresarial, grande o pequeño, el tomar decisiones que conlleven el hacer un cambio importante en la organización, no es algo que se haga con frecuencia. El empezar a hacer las cosas de otra forma a como las venimos haciendo es muy complicado. ¿Por qué? Los cambios profundos significan: salir de la zona de confort, no saber si esos cambios van a dar resultados, dedicar tiempo y esfuerzo a volver a aprender, funcionar de otra forma y, sobre todo, los cambios profundos nos obligan a desaprender. Y esto, cuanto más grande sea la empresa, más complicado resulta.

Pero ¿qué entendemos por desaprender? Podríamos compararlo a cuando tenemos que hacer limpieza en el disco duro, o en el teléfono móvil, porque ya no nos cabe nada más. Pero, ¿qué borramos? ¿y si lo que borro lo necesito luego? ¡Con lo que me costó conseguirlo! Y esto, aunque haga meses o años que no usamos esa información o esa aplicación. En las personas, sería el dejar de lado toda esa formación que hemos recibido, todo aquello que hemos aprendido con tanto esfuerzo. 

Desaprender, cambiar, olvidarnos de hacer lo que hacemos o como lo hacemos, también es muy complicado

Aprender es muy complicado, requiere mucho esfuerzo, dedicación y perseverancia. Desaprender, cambiar, olvidarnos de hacer lo que hacemos o como lo hacemos, también es muy complicado. Sería como sacar algo del congelador, esperar a que se descongele, quitarlo de la bandeja, poner otra cosa en la bandeja, ponerla en el congelador y esperar a que se congele. Y esto, sin saber si mañana, eso que acabamos de poner a congelar, lo vamos a necesitar para hacer la comida. 

Llegados hasta aquí, la pregunta sería, si aprender es tan complicado, y si desaprender también es muy complicado, ¿por qué tenemos que desaprender? ¿por qué tenemos que olvidarnos de lo aprendido, o dejar de ponerlo en práctica?

La respuesta está en el primer párrafo, “¿Te acuerdas de cuando había un videoclub en cada esquina? ¿De las páginas amarillas?...” Si no estamos dispuestos a desaprender, tenemos una alta probabilidad de que nuestro proyecto empresarial termine fracasando. 

Una de las características de las startups, es su capacidad para pivotar si entienden que su producto o servicio no es el que necesita el mercado, si no tienen clientes o si no tienen los clientes suficientes para poder seguir con su proyecto. Esta flexibilidad, esta capacidad de desaprender, es uno de los factores que ayudan al desarrollo de esos proyectos que empiezan. Las grandes empresas probablemente no tengan esta flexibilidad, ni esta capacidad de adaptarse al nuevo escenario que tiene la pequeña empresa, pero, si quieren sobrevivir, necesitarán aprender a desaprender. Y esto es válido para cualquier empresa, de cualquier tamaño y de cualquier sector. 

Esta flexibilidad, esta capacidad de desaprender, es uno de los factores que ayudan al desarrollo de esos proyectos que empiezan.

Las empresas necesitan aprender a desaprender si quieren adaptarse a los nuevos tiempos, a los nuevos escenarios que se van produciendo durante su vida. O, para ser más exactos, los cambios en las empresas se tienen que hacer a través de los cambios que se produzcan en las personas que forman parte de ellas. 

 Y tú, ¿estás preparado para desaprender?