Aproximadamente seis de cada diez litros de agua potable de la red de abastecimiento de Icod de los Vinos (Tenerife) se "pierden" por el camino desde su producción al grifo del consumidor final. O, mejor dicho, se les pierde el rastro, porque no todos ellos se filtran al subsuelo por una avería: muchos sencillamente desaparecen.
Esto es así por un problema endémico en la zona, que es la combinación entre una red en mal estado y enganches ilegales, además de riegos sin contador que hacen que millones de litros de agua no queden registrados en ningún sitio.
Icod, una 'rara avis'
Así lo han explicado este lunes la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, y la consejera insular de Medio Natural, Blanca Pérez, que han presentado junto con Mari Brito (presidenta de la Federación Canaria de Municipios-Fecam) un convenio de dos millones de euros para sufragar los costes de detección de fugas en 12 municipios de menos de 20.000 habitantes de Tenerife.
Pero Icod de los Vinos es una rara avis, porque no es un municipio de menos de 20.000 habitantes y, sin embargo, tiene un problema extremadamente grave en esta materia -máxime en el contexto de crisis hídrica que atraviesa Tenerife-: entre el 50% y el 60% de su agua se pierde, no se contabiliza o se roba en enganches ilegales.
Un plan específico para el municipio
Para desarrollar este convenio, el Cabildo de Tenerife y la Fecam se han valido de una auditoría que ha sido capaz de identificar porcentualmente las pérdidas de cada municipio. Pero, dado que Icod no podía ser parte de esta actuación por superar el límite de 20.000 habitantes, se le ha dado un trato "singularizado" para poder atajar su problema, elaborando un plan específico para esa población.
Pero las cosas de palacio van despacio y Dávila ya ha avisado de que esta actuación no será rápida, máxime cuando hay tanto porcentaje afectado. "No se puede levantar un pueblo entero", ha dicho la presidenta, en referencia a las obras que serán necesarias en las canalizaciones subterráneas.
Otras islas están peor
En gran medida, ahí está el problema. No solo en Icod, no solo en Tenerife, sino en todo Canarias. Muchas de las canalizaciones, especialmente las de los municipios más pequeños, tienen décadas. En ese tiempo, algunas no han visto una reparación.
Con todo, Tenerife no es la isla que peor está. Así lo ha confirmado Blanca Pérez a preguntas de Atlántico Hoy, que sí ha señalado que la isla en su momento "dijo lo que tenía", generando una percepción errónea de que era de las más afectadas por las pérdidas.
En 2022, un estudio de la Universidad de La Laguna cifró en torno al 50% el agua que se perdía a lo largo de la red en el conjunto de todas las islas. Según aquel estudio, Tenerife perdía en cómputo total el 60% de su agua y Gran Canaria, el 30%.
Un abismo presupuestario corregido por el convenio
El mapeo realizado por el Cabildo de Tenerife ha reflejado una gran diferencia entre municipios grandes -especialmente los que cuentan con empresas que gestionan sus aguas- y pequeños, históricamente afectados por dificultades para ejecutar obras de envergadura por su poca capacidad presupuestaria.
Y para muestra un botón: La Laguna y Santa Cruz, por ejemplo, sólo pierden entre el 10% y el 12% del agua. De cada diez litros que salen de Teidagua o Emmasa, aproximadamente nueve llegan a los consumidores finales. Una cifra excelente en términos de esta industria, donde entregar el 100% es imposible siendo realistas y siempre se trabaja con un margen de pérdidas residuales.
Acabar con la brecha
El Cabildo de Tenerife pretende con esta actuación acercar a los municipios pequeños (y a Icod de los Vinos, probablemente el que más lo necesita) a estas cifras. Según el convenio, el objetivo es que en ningún caso se sobrepase el 20% de pérdidas en los municipios monitorizados.
La asistencia que se ofrece a los municipios implicará la implementación de tecnologías de telecontrol, para detectar con precisión las pérdidas de agua y la colocación de caudalímetros con el fin de optimizar el uso de agua y que se reduzcan las fugas.