"El desafío de la arquitectura es el desarrollo de una mejor sociedad"

Entrevista AtlánticoHoy al arquitecto y pintor tinerfeño Bernardo García Morales, ganador del concurso internacional para la ampliación del Centro de Congresos de Praga

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El joven arquitecto tinerfeño Bernardo García Morales ha ganado recientemente el concurso internacional de arquitectura para ampliar el Centro de Congresos de Praga (KCP), en la República Checa, junto a Biel Susanna, Hernán Lleida y Marc Subirana, miembros del estudio OCA Architects de Barcelona.  Su diseño resultó elegido entre 76 propuestas, superando a muchos estudios consolidados.

Con tan solo 26 años ha trabajado ya para algunos de los estudios arquitectónicos más relevantes actualmente del país. Tras mudarse a Barcelona, donde culminó su carrera universitaria y realizó un Máster Internacional en Proyectos Contemporáneos de Arquitectura, conoció a Josep Miàs, de Miàs Arquitectos,  una gran influencia en su carrera profesional y donde continúa colaborando al tiempo que trabaja en su propio estudio, OCA Architects.

Nacido en  Santa Cruz de Tenerife en 1991, Bernardo García ama el arte por encima de todo, lo que le ha llevado también a adentrarse en la pintura de paisaje, retratos, caricaturas y esculturas. Poco a poco ha logrado reunir una producción que ha sido expuesta tanto en Tenerife como en Barcelona. El Circulo de Bellas Artes de Tenerife, el Real Club Náutico de Tenerife,  el Centro Cívico Sarria, Centro Cívico Orlandai, son algunos de los espacios que han acogido su obra.

En esta entrevista a AtlánticoHoy nos explica su visión de la arquitectura y su importancia para la sociedad, además de permitir adentrarnos en su faceta como pintor, con más de cien obras expuestas.


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De izquierda a derecha: Hernán Lleida, Marc Subirana, Biel Susanna y Bernardo García Morales, integrantes de OCA Architects | CEDIDA

- ¿Qué significa para ustedes ganar el concurso internacional de arquitectura convocado para ampliar el Centro de Congresos de Praga (KCP)?


"Para nosotros es una noticia fantástica. Somos un estudio joven y un proyecto como este nos da mucha seguridad. La república checa está inmersa en un compromiso con los concursos de arquitectura que permite a los jóvenes como nosotros competir en igualdad de condiciones con estudios consolidados. Estamos encantados con el resultado y emocionados con iniciar el proceso y tirar el proyecto para adelante en una ciudad tan maravillosa como es Praga".


- ¿Qué le resulta más interesante, proyectar la construcción de un edificio o su rehabilitación?


"En realidad es lo mismo. A la hora de construir un edificio nunca hay tabula rasa. El proyecto siempre parte de muchas constricciones, no solo físicas, sino económicas, sociales, conceptuales, entre otras. Que exista o no un edificio es sólo una pieza más del puzle. Otra condición más de partida. En nuestro caso, el edificio del congreso es un gran edificio funcionalista que se inserta como un objeto en la trama urbana. Por su presencia y singularidad, decidimos intervenir lo mínimo en él y dotar al espacio público circundante de la infraestructura necesaria para conectarlo con el barrio".





- ¿En qué aspectos han centrado su diseño?


"Digamos que la solución que nosotros adoptamos surgió de una idea muy básica. Respetamos al máximo el vacío histórico del barrio y el edificio existente. Nuestra propuesta se coloca entonces como un nuevo elemento en equilibrio con las infraestructuras existentes, como una línea más de una composición de Kandinsky, Malevich o El Lissitzky.  El nuevo hall de congresos, de 250 metros de largo por 25 de ancho, se eleva unos nueve metros sobre el terreno de manera que todo el espacio público discurre por debajo sin obstáculos. La estructura se convierte por ello en el elemento más importante del edificio, que se concibe como un puente o una gran máquina conectada al KCP y que da fachada a todo el vacío del nuevo parque".    


- En sus trabajos pictóricos incluye materiales naturales. ¿Piensa utilizar materiales de origen natural en su obra arquitectónica?


"Cuando el proyecto lo requiera, sí. Utilizo ramas y cortezas en la pintura por convicción. Veo en ellas una belleza que no puede expresarse de otra manera que exponiéndose a sí mismas. Es como si yo no tuviera que ver con el cuadro, sino que las ramas mismas, o el árbol que las formó fueran el verdadero autor. Yo tuve la suerte de encontrarlas. En la obra arquitectónica es diferente. No se trata de imponer un material a la obra, sino esperar a que el desarrollo del proyecto decida que material la viste mejor. No es una condición de partida, sino que aparece durante el proceso".


"Todos conocemos las posibilidades únicas que tienen nuestra tierra y espero que poco a poco vayamos construyendo la Canarias que soñamos, la que soñó César Manrique con Lanzarote y durante un tiempo funcionó"


- ¿La tecnología y la innovación están muy presentes en su trabajo?


"Hay ciertos conceptos como estos que nombras que parecen estar de moda. Un trabajo arquitectónico siempre ha tenido ciertas responsabilidades o compromisos que, dependiendo de cada situación, se constituyen en mayor o menor medida. Digamos que desde OCA no tenemos predilección especial por ninguno. El arquitecto es como un espectador en primera fila que va haciendo comentarios de la obra. Es el proyecto el que se desarrolla a sí mismo. La oportunidad de ser de una manera u otra es cuestión del momento. A partir de aquí, pensar en ir más allá o aportar nuevas soluciones siempre es estimulante. Al final creemos que cada proyecto es también una oportunidad de crecer y desarrollarse. Nos gusta el reto intelectual de buscar las fronteras".


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Plano del diseño ganador | CEDIDA


- ¿Por qué suelen generar tanta polémica los grandes proyectos arquitectónicos? ¿Le preocupa?  


"La ciudad es el mejor invento del hombre y todos formamos parte de ella. Modificar la ciudad es transformarnos a nosotros mismos, nuestras instituciones, nuestras relaciones. Todos tenemos una postura y en los grandes proyectos arquitectónicos se dan los encuentros de estas opiniones. Cada vez más los proyectos tratan de ser solo los escenarios para que estos encuentros ocurran y no imponerse a ellos. En el caso de Praga, a pesar de no tener una gran superficie, el proyecto ha cobrado especial relevancia porque trata de resolver un problema urbano histórico de un lugar en deuda con la ciudad. Al final debemos tener confianza en los arquitectos y  sus equipos, que son los profesionales encargados de resolver la materia urbana".


- ¿Qué desafíos tiene la arquitectura a nivel global? ¿Y en Canarias?


"El mundo se mueve a una velocidad pasmosa. En las últimas décadas el valor del arquitecto se ha puesto en entredicho en parte debido a la burbuja y la subsiguiente crisis. Últimamente esto está cambiando y nuestro rol se ha modificado desde ‘genio caprichoso encerrado en su estudio’ hacia ‘red de equipos multidisciplinares’, donde el arquitecto juega el importante papel de mediador. En definitiva, el desafío de la arquitectura es el desarrollo de una mejor sociedad. Encontramos arquitectos formando equipos que estudian la química de los materiales para una construcción más sostenible y otros trabajando para posibles colonizaciones en la Luna o Marte. Al final, el arquitecto da un servicio a la sociedad y en este mundo cambiante nos adaptarnos a los nuevos problemas. Es emocionante pensar en las nuevas maneras de vivir. Canarias es un poco nuestro rincón. Todos conocemos las posibilidades únicas que tienen nuestra tierra y espero que poco a poco vayamos construyendo la Canarias que soñamos, la que soñó César Manrique con Lanzarote y durante un tiempo funcionó".





- ¿Se olvida con facilidad que la arquitectura también es arte?


"Hay que tener cuidado con esta definición. Yo no sabría responderte. Imagino que es válido calificar a la arquitectura como arte. Una vez leí que la arquitectura era el único arte realmente público. Quizás sea verdad. Es cierto que nos incumbe a todos y que se han hecho cosas mal en las ciudades. Los arquitectos también se equivocan, pero al final es el tiempo quien termina de construir la arquitectura. La buena arquitectura tiene una característica muy específica: nunca sabes dónde empieza o cuando acaba, física ni temporalmente. Se terminan diluyendo entre los pensamientos y cuando vuelves a ella lo haces como cuando vuelves a un recuerdo emocionante, que siempre te asombra y a la vez es familiar. Quizás esta sea la cualidad más cercana al arte".


- ¿Le influye la pintura en su trabajo como arquitecto? 


"La pintura es algo muy difícil. Si te fijas, la mayoría de mis cuadros son blancos para evitarme tener que elegir un color. ¡Pintura y arquitectura son cosas muy distintas en cuanto las intentas conocer! Pero por supuesto que intento copiar lo que pueda de la pintura. Intento que sea de la buena pintura. Pero no solo de la pintura, sino también de la música u otras disciplinas. A pesar de que es difícil comprenderlas, muchas veces logras captar cosas como por intuición. La combinación de ciertos sonidos, la composición de unos trazos, el recuerdo de una lectura... La arquitectura también se nutre de estas distracciones".


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Diseño ganador | CEDIDA

- Como pintor y como arquitecto, ¿qué importancia le da a la luz?


"¡Nunca he entendido la luz! Es un tema recurrente pero yo nunca le consigo encontrar la lógica. Es muy escurridiza. Es más fácil pensar en la luz por ejemplo en relación a la literatura. No hablo del simbolismo, sino las sensaciones de iluminación que producen ciertas lecturas. Allí la luz es inmóvil, más fácil de agarrar. En el tipo de pintura que hago o en la arquitectura es más difícil porque sencillamente la luz es la arquitectura. Si no hay objeto, la luz no existe. Entonces, ¿cómo logras explicar esto? Hay artistas que lo han comprendido bien como Noguchi o Eliasson, pero yo aún estoy aprendiendo". 


"Utilizo ramas y cortezas en la pintura por convicción. Veo en ellas una belleza que no puede expresarse de otra manera que exponiéndose a sí mismas. Es como si yo no tuviera que ver con el cuadro, sino que las ramas mismas, o el árbol que las formó fueran el verdadero autor. Yo tuve la suerte de encontrarlas"

- Cuenta con más de 100 piezas que ya ha expuesto en Tenerife y Barcelona. ¿Acabará volviéndose su actividad profesional principal?


"Le Corbusier pintó y trabajó como arquitecto continuadamente durante 47 años. No veo la pintura y la arquitectura como disciplinas complementarias y, por tanto, tampoco como opuestas. Cada una acarrea sus propios tiempos e intereses, que se solapan a lo largo del tiempo. Comencé a hacer ambas cosas de manera natural y sigo haciéndolas porque me fascina explorar las posibilidades en distintas materias. Son trabajos distintos desde el nivel conceptual así que por ahora tirare para adelante, y a ver qué pasa".


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Obra de Bernardo García | CEDIDA

- ¿Cuáles son sus principales influencias?


"Si me preguntas dentro de un mes seguramente la respuesta será diferente. Intento estar siempre en constante proceso de aprendizaje, de manera que las influencias varían respecto a cada lugar y a cada momento. Intento leer mucho pero lo hago muy mal.Ahora mismo estoy envuelto en comprender a los poetas franceses de mediados del XIX. Intento apropiarme de su manera de pensar. Desde Gerard Nerval y Théophile Gauthier hasta Mallarmé y Alfred Jarry. Por otra parte, la pared de mi habitación está llena de chips de ordenador, procesadores, placas… Como arquitecto tratas de buscar procesos creativos estimulantes fuera de la arquitectura, de esta manera nuestro trabajo se enriquece y echa raíces".