La investigación comenzó el pasado mes de abril, cuando la empresa para la que trabajaba el investigado denunció en la Guardia Civil que uno de los trabajadores en el municipio de Antigua, con el que colaboraban ocasionalmente, presuntamente estafaba a sus clientes realizando cobros con su TPV (terminal o punto de venta) particular, ya que habían recibido varias quejas de clientes reclamándoles dichos cobros.
Los agentes observaron que O.E.K., de 32 años, cobraba los servicios que vendía con la TPV -que era suya ya que trabajaba de autónomo para varias empresas de ocio y entretenimiento- y al pasar la tarjeta para cobrar el servicio solicitado por el cliente, cogía su teléfono móvil en modo cámara de vídeo y grababa los datos de las tarjetas en ambas caras.
Posteriormente en horario nocturno ya una vez finalizada su jornada laboral, hacía cobros a dichas tarjetas manualmente con la numeración de las mismas, con lo que logró sustraer unos 4.000 euros en total en el período de un mes.
Asimismo, se ha podido localizar a varios clientes (turistas extranjeros en su mayoría) que fueron víctimas de estas estafas y denunciaron los hechos.