El Cabildo de La Palma ha informado este miércoles de que los aguacates, plátanos, viñas, hortalizas y plantas ornamentales son los cultivos más afectados por el incendio que tuvo lugar en agosto en la isla, también afectada por una ola de calor.La corporación insular ha precisado en un comunicado que los técnicos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo han realizado un informe sobre la afección de las altas temperaturas y el incendio de El Paso y Los Llanos de Aridane, que se ha trasladado al Gobierno de Canarias para la gestión de las ayudas a los damnificados.
Daños en cultivos
El
consejero del área y
vicepresidente del Cabildo,
José Adrián Hernández, ha señalado que la afección ha sido muy importante en el agro palmero, ocasionando daños en cultivos, especialmente de aguacates, plátanos, viñas, hortalizas y plantas ornamentales, además de en
infraestructuras, tanto en la zona afectada por el
fuego, como las comarcas con mayor incidencia de la ola de calor que azotó a la isla.El documento, realizado desde los informes elaborados por las
Agencias de Extensión Agraria de Puntagorda, Los Llanos de Aridane y Breña Alta, tras la visita de los técnicos a las zonas afectadas durante los días siguientes a los que ocurrieron los
acontecimientos, así como de aportaciones de otros técnicos de los
Servicios Centrales de Agricultura del Cabildo, el CRDO Vinos La Palma y de algunas OPP y OPFH, analiza por comarcas y cultivos las principales afecciones.
Intensa deshidratación
En la
comarca noroeste se ha detectado un desflecado intenso en las plataneras localizadas entre la zona de Amagar y el barranco de
El Jurado (Tijarafe), así como una intensa
deshidratación en las hojas por efecto de la baja humedad y los vientos calientes, en toda la franja costera.El aguacate es el cultivo más afectado en esta comarca, y según el Cabildo, prácticamente en toda la franja situada a una cota inferior a 500 metros, y desde la zona de
Santo Domingo (Garafía) hasta el barranco de
Las Angustias (Tijarafe), los vientos cálidos y secos provocaron una intensa deshidratación de la masa foliar superior de los árboles.