Un estudio revela patrones machistas en el control parental del uso del móvil

Se ha diseñado para conocer cuáles son las redes sociales que más usan los chicos de entre 10 y 15 años, con qué frecuencia lo hacen.

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Un estudio pionero en España sobre el uso de las redes sociales en el teléfono móvil por adolescentes de entre 10 y 15 años, promovido por el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria, refleja un patrón machista en el control parental de los hábitos digitales.  

Así lo ha destacado el autor de este proyecto didáctico, el experto en educación digital Armando Ojeda, quien ha informado de los resultados obtenidos en esta investigación, desarrollada a partir de encuestas completadas durante el presente curso por 964 estudiantes de quinto y sexto de Primaria y de primero a Tercero de la ESO de 30 centros de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote, en el transcurso de visitas al museo.

Este cuestionario, conformado por una decena de preguntas, se ha diseñado para conocer cuáles son las redes sociales que más usan los chicos de entre 10 y 15 años, con qué frecuencia lo hacen, cómo se presentan en esos espacios digitales, qué contactos establecen a través de ellos, el nivel de control que ejercen sus familias sobre esta actividad o cuánto tiempo dedican a los videojuegos.

El control parental
Además de constatar que a los adolescentes les gusta hablar sobre este asunto, la encuesta ha permitido corroborar que a pesar de que el control parental es mayor sobre las chicas que sobre los chicos (un 64 % frente a un 52 %), ellas tienen un uso más intensivo -diario- de las redes sociales a través del móvil que ellos.

También existen diferencias respecto al contenido digital que consumen ellas y ellos.

Frente a las redes sociales más visuales y efímeras, como Pinterest o Snapchat, que son las preferidas de las féminas, la cultura "gamer" se impone entre los varones, que llegan a establecer auténticas "pandillas digitales" a través del teléfono móvil, un dispositivo que maneja casi la totalidad de este grupo de edad.

Sobre el perfil generalizado de jugador que refleja el colectivo de adolescentes masculinos, Ojeda ha destacado que no solo se trata de jugar a través del móvil, sino de mirar cómo juegan otros, del mismo modo que un padre que no sólo juega al fútbol, sino que también lo ve por la televisión.

Molestias físicas y la personalidad
Otro asunto que ha preocupado a los promotores de esta investigación, además de las molestias físicas -dolor de espalda, cuello o problemas de visión- que aseguran tener por el uso abusivo del teléfono móvil casi la mitad de los encuestados, es el porcentaje de ellos, un 20 %, que dice que queda habitualmente o a veces con desconocidos a través de las redes sociales, lo que revela "una situación de riesgo manifiesta" que se acrecienta a medida que tienen más edad.

"Hay que educar, tanto a los chicos como a los padres, y hacer un esfuerzo por promover una cultura saludable en el uso de las tecnologías", en el que "no hay marcha atrás", ha recalcado Ojeda.

Otro aspecto en el que ha ahondado este estudio es en la personalidad que adoptan los adolescentes en los diferentes espacios digitales en los que están presentes, una cuestión que también se revela compleja, ya que, aunque prefieren tener cuentas privadas, en ellas congregan a miles de seguidores, lo que, a juicio del experto, refleja una noción difusa sobre la privacidad.

El director del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, José Gilberto Moreno, ha estimado que, tras alertar de lo que realmente ocurre, ahora toca intervenir para propiciar lo que Ojeda ha denominado una "educación general básica" entre padres e hijos adolescentes y contribuir a evitar así conductas que pueden acarrear problemas a este tipo de usuarios y sus familias