8-M | El sueño americano cumplido por una chicharrera de Tío Pino

Entrevista AtlánticoHoy a la directora de noticias Telemundo Washington DC, la tinerfeña María Rozman. Conoce el análisis de la situación que se vive en EEUU y sus confesiones.

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Un día vi su nombre, hace tiempo, y me dije que me encantaría poder entrevistarla compartiendo un café con ella para conocer de lleno su historia. No se demoró mucho la petición cuando contacté con ella, lo que además me produjo una grata sorpresa al saber que estaba pasando una temporada en su tierra, Tenerife, junto a su familia. Ya hace tiempo, en otras entrevistas, llegó a decir: "algún día volveré a mi tierra". Dicho, y hecho, pues estará una temporada con nosotros, de momento, porque lo único que puede saberse del futuro es, precisamente, que nadie lo sabe.

María es una mujer con una energía arrolladora, pisa muy fuerte y me fascina su sonrisa envuelta con una aura de felicidad; incluso, llega a transmitir esa magia a distancia, ganando presencia metro a metro cuando se va acercando hacia mí.

Quedamos el miércoles 18 de julio en el Hotel Mencey de la capital tinerfeña (Islas Canarias). Esa expresión americana de “is what you get” (lo que su madre le alertaba: "eres quién tú eres") y que “no tienes que ser o aparentar ser otra diferente”, lo lleva tatuado en la médula desde antes de probar suerte en EEUU. Pero de eso han pasado ya 20 años. Hay cosas en la vida que se llevan de cuna.

Rozman entrevistó al presidente estadounidense Barack Obama en 2012 y 2013, y además ha logrado destacados reconocimientos por su labor periodística. Ha trabajado con distintas responsabilidades para CNN Español, Telemundo Denver y en Univision, entre otros.

Ha sido galardonada por los Premios Emmy de EEUU -galardones que se entregan anualmente como premio a la excelencia en la industria de la televisión estadounidense- en varias ocasiones. Cito la de los últimos dos años, en el 2016 con 10 nominaciones y nueve premios conseguidos. Para este 2017 ya anota tres nominaciones el canal que dirige los informativos Telemundo Washington DC. Todo un orgullo de mujer canaria de éxito.


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María Rozman en la terraza del Hotel Mencey de Tenerife | ATLÁNTICOHOY


Ken Robinson, en su libro El elemento, hablaba sobre la pasión. ¿María Rozman ha encontrado ese lugar especial donde hallarte?
A mí me encanta lo que hago. Desde siempre, desde que era muy chiquitita yo quería ser periodista, quería trabajar en televisión. Me encantaba el programa de TVEInforme Semanal. En aquella época no tenían telepromter, todo lo leían del papel y yo veía cómo bajaban la vista. Luego yo los imitaba en mi casa y sabía que eso era lo que yo quería hacer. En ese entonces no había Facultad de Periodismo, fui a Derecho y luego estudié Empresariales en EEUU y también allí Ciencias de la Comunicación.  
Pero mi pasión siempre ha sido comunicar, ser una voz que sirve a la comunidad. Y en EEUU tuve ese encuentro con esa pasión, con lo que de verdad me gustaba hacer y al ver la realidad con la que me enfrentaba cada día. Porque la comunidad de inmigrantes, al hacer informativos en español, estaba más necesitada que nunca de tener acceso a esos recursos, de saber lo que está pasando en el mismo idioma en el que ellos mismos se entienden, sobretodo, cuando acaban de llegar y que todavía no hablan inglés. Entonces sí encontré esa pasión, me gusta, me apasiona lo que hago. Quizás trabajo muchas más horas de las que debería, pero para mí no es trabajo porque es algo que me encanta hacer. Es mi elemento. No me imagino hacer algo diferente.

¿Qué haces para “desintoxicarte” de la sobreinformación, teniendo en cuenta que estamos sumergidos en infinidad de datos en internet y el papel de las redes sociales, y lograr ese punto de frescura, neutralidad y de situación de "kilómetro cero" cada día?
Esa es muy buena pregunta. Y además yo diría desde distintos puntos de vista. Hubo una época en que la gente estaba limitada en el tipo de información que recibía y de dónde la recibía: prensa, luego radio y a continuación televisión. Luego internet y las redes sociales, que son una cascada de noticias constantes donde es difícil dilucidar qué noticias son ciertas y cuáles no.  

Por una parte, tienes esa cantidad ingente de información que tienes que filtrar y creo que hasta ese punto el periodismo en lo más tradicional tiene esa labor, en el sentido de ser una fuente con credibilidad, fidedigna, para los que están buscando la noticia. ¿Cómo ser imparcial? Creo que, por ética profesional, todos tenemos que ser imparciales, nosotros estamos para informar y no para ser activistas de ningún tipo, sino llevar la noticia como es, libre de nuestras emociones o sentimientos.

¿Y cómo desintoxicarse, y responder a tu buena pregunta? Pues yo no lo logro, porque estoy conectada constantemente. Es difícil, la verdad, esto, porque hablamos desde el punto de vista de la pasión y, por eso me cuesta. Creo que es imposible porque estamos hablando de un círculo noticioso que cambia cada segundo. A mí me llamaba la atención desde EEUU el entrar a ver las noticias de Canarias, porque siempre las he seguido, y comprobar que es un ritmo muchísimo más… (lo piensa unos segundos), que no diría que lento, sino más bien que pasan menos cosas. Como, por ejemplo, que atraparon a los ladrones de una cartera en Las Teresitas y me llama la atención porque en la región que yo cubro tenemos asesinatos todos los días y ni siquiera los puedo cubrir todos. Imposible yo cubrir ese tipo de noticias, es que ni me lo imagino. 

Entonces quizás el yo venirme aquí tiene un poco de ese componente de “necesito desconectar un poco” porque es muy difícil, es muy difícil desintoxicarse y estar al margen. Creo que la única manera de tener esa frescura que necesitas a la hora de desarrollar nuestro trabajo como periodistas es mantener esa integridad, tener el presente el ángulo con el que se necesita enfocar esas noticias y no salirte de eso, es decir, mantener la objetividad.

Es un riesgo entrevistar, por ejemplo, a un Presidente, porque estás en el ojo del huracán y sabes que hay gente que va a estar no muy contenta con la entrevista, con las preguntas que hiciste. Sabes que va a haber gente que dirá por qué no preguntaste esto o hiciste lo otro.


¿Qué has aprendido de la vida?
De la vida… (María se toma unos segundos de silencio). Creo que lo más importante es que he aprendido a tomar riesgos, no el no tener miedo porque siempre uno los tiene a la hora de tomar una decisión que puede cambiar tu vida. Pero asumir ese miedo y tomar el riesgo, creo que es la única manera de avanzar, de progresar, de "tener suerte”. Las oportunidades se presentan y muchas veces no las tomas porque tienes miedo. Si no vences ese miedo, nunca llegas a hacer nada aunque te guste.  

El miedo es parte de nuestra vida, y tienes que aceptarlo y seguir adelante. Recuerdo que cuando yo me fui para allá, que eso fue un riesgo, tuve miedo porque no conocía a nadie. Y ahora el regresar también me da miedo. Pero tienes que hacerlo porque la vida hay que tomarla por los cuernos y seguir adelante. Y siempre es para mejor, aunque te equivoques y tengas que rectificar. Entonces una de las cosas que yo he aprendido es aceptar el miedo y asumir riesgos para todo lo que quieras conseguir.

¿Y asumes riesgos en el campo periodístico en tu día a día?
Sí; ya el hecho de aceptar dirigir unos informativos, con la presión y la responsabilidad que conlleva, es un riesgo. Es mucho más fácil seguir haciendo la función de presentadora en lugar de ir al paso siguiente, lo que tengo ahora como directora de informativos. Es un riesgo entrevistar, por ejemplo, a un Presidente, porque estás en el ojo del huracán y sabes que hay gente que va a estar no muy contenta con la entrevista, con las preguntas que hiciste. Sabes que va a haber gente que dirá por qué no preguntaste esto o hiciste lo otro. Es un riesgo porque te pones ahí en el “spotlight”, como decimos en EEUU. 

Todas esas cosas es más fácil no hacerlo que hacerlo. Por ejemplo, organizar la cobertura de la visita del Papa a Washington, todas estas cosas son un riesgo. Claro que lo es. Pero parece que son cosas del trabajo y a veces te dan ganas de salir corriendo. Porque si sale mal, sale mal, ahí se acaba todo… (asiente con la cabeza y se ríe con complicidad conmigo en un clima de conversación cercana).


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María pendiente a su responsabilidad en Telemundo Washington | ATLÁNTICOHOY


Quitando a un lado la libreta de la toma de datos y la de los titulares ¿En distancias cortas, qué te has llevado de las personas que has tenido la oportunidad de entrevistar? ¿Quiénes te han marcado, si te ha marcado alguna? ¿Y por qué?
Creo que siempre que entrevistas a alguien, da igual quien sea, siempre es interesante. Es una manera de ponerte en el lugar de la otra persona, sea de la calle o sea el Presidente de EEUU. Creo que aprendes a ver cómo esa persona ve las cosas y cómo está lidiando con la situación. Desde el lado positivo, entrevistas que me han marcado, obviamente las que le hice al ex-Presidente Obama tanto como periodista, siendo española y más siendo chicharrera, del barrio de Tío Pino. Tener la oportunidad de sentarme con Obama en la Casa Blanca para discutir con él su política en temas de inmigración, me ha marcado. No sólo porque fue un reto para mí, sino que fue una gran oportunidad personal de conocerle, teniendo en cuenta que el tiempo antes y el de después a las entrevistas es cuando tienes la oportunidad de conocer a la persona. Entonces me pareció interesante que personas que puedas ver tan inalcanzables desde fuera, puedan llegar a tener un lado tan humano como el que yo conocí del ex-Presidente de los EEUU. Creo que de ahí se aprende.  

Personajes que no se me olvidan, por ejemplo, es Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz. Desprende un carácter y una energía que es mágica, y que no se me va a olvidar nunca. Recuerdo que yo estaba embarazada de mi hijo; ella es maya, me puso la mano sobre mi barriga y me echó un rezo. Aquello no tenía nada que ver con la entrevista, pero surgió de manera espontánea. Sentí que es una mujer especial, con una fortaleza interior increíble, transmite mucho y, por eso, llegó a ser Premio Nobel de La Paz.

De Dick Cheney (vicepresidente de EEUU bajo el mandato de George Bush), al margen de que sea una buena persona o mala persona, tiene una energía que impone y que realmente “es oscura de siniestra”. Pero realmente es una persona que hablas con él y notas que no es, definitivamente, una persona alegre, ni dada, sino que es muy reservada. Y realmente se percibe la cantidad de poder que desprende, el poder que manejaba en la administración Bush ante la cantidad de secretos e información del que dispone este señor en su mente. Y eso se transpira por los poros.

En cada entrevista llegas a aprender y a ver la comunidad, país o sociedad en la que trabajas, sobretodo cuando son personas que tienen mucho poder te lo transmiten simplemente con su presencia, esa esfera que ellos manejan. Creo que es interesante.


Tienes una América rural que está feliz con Trump, que lo adoran y lo quieren muchísimo. Además de la parte de los ricos y súper-ricos que también están muy contentos porque la política de fiscalidad les beneficia


Donald Trump ¿Un antes y después en la vida de las personas de a pie de EEUU? ¿Qué te sugiere el personaje?
Uumm…. (manifiesta y respira hondo María). Cuando Donald Trump estaba haciendo su carrera, su candidatura primero para las Primarias como republicano y luego para Presidente, yo nunca me imaginé que pudiera ganar las elecciones. Que las haya ganado significa que la gente necesitaba un cambio, pero también pone de manifiesto que América está dividida: tienes, por un lado, la América rural y, por otro, la América de la ciudad. La América rural es una América que ha pasado por una cierta crisis, y que no tiene nada que ver con la de aquí porque estamos hablando de un paro allí del 4%-6%, yo sé que no es nada aquí pero allí sí que lo es. 

Han echado la culpa a la Administración de Obama, que fue un Gobierno mucho más progresista, que apostaba por las energías renovables. Ellos lo achacaban a Obama y sumado a su política de abrirse a la economía global. Yo particularmente pienso que esto ha tenido que ver con Obama y no con Obama. Porque el avance tecnológico hace que el trabajo de fábrica, martillo y destornillador haya ido desapareciendo; y tampoco van a regresar a eso, porque van a apoyarse más en un robot que haga mucho más trabajo. Tienes una cuestión que no tiene que ver con quién está al mando, sino que tiene que ver más con la tecnología.  

Tienes una América rural que está feliz con Trump, que lo adoran y lo quieren muchísimo. Además de la parte de los ricos y súper-ricos que también están muy contentos porque la política de fiscalidad les beneficia. Y luego tenemos a la ciudad, como Nueva York, Washington o California, que son gente más progresista y tienen mayor nivel educativo. Entienden que son promesas vacías, demagogia pura y que no vamos a ninguna parte. Entonces hay un choque bastante serio entre esas dos realidades. Hay gente que le odia, que no lo puede ni ver. Sin embargo, hay otros que lo quieren y lo apoyan. Como él dijo en una campaña: que puede salir a la calle y matar a una persona en la Quinta Avenida y todavía ganar unas elecciones. Ahora mismo en una última encuesta la gente dice que sí, que votan por él si llegara a hacer eso. Esa América profunda no entiende: ellos creen que él va a traer empleo y que él va a traer el pasado. 

Cuando él dice “Let’s make America great again” Cuándo se refiere a “again”, yo me pregunto: ¿a qué punto de la historia? ¿En qué año de la historia estuvimos mejor antes del 8 de noviembre de 2016? ¿Cuándo estuvo América mejor? Desde luego, para la mujer nunca estuvo mejor. Para gente que cree en el medioambiente, en la creación de trabajos en energía renovable, nunca ha estado mejor. Para el tema de seguro de salud, nunca estuvo mejor… Cuando dice otra vez, entonces sí que creo que quiere llevar América al pasado, y eso es lo que muchos estaban deseando. Pero el pasado ya se fue; y es imposible volver al pasado.

Con la nueva política migratoria, ese sueño de buscar una vida mejor realmente está limitado, porque pueden cerrar las puertas al inmigrante. No quieren que entre más gente. Piensan que cerrar las fronteras, construir muros, las restricciones en los viajes y visados es una manera de crear trabajo.


La mítica idea que ha guiado a los EEUU sobre el sueño americano, una oportunidad de prosperar de todas las personas. Evidentemente ¿esto ahora es quizás todo un ideal? 
Yo creo que no necesariamente es más por la política en sí, sino por la nueva política migratoria de EEUU. Pero yo sí creo que EEUU es el país donde los sueños se hacen realidad, porque a mi me pasó así. Eso sí, tienes que matarte a trabajar y nadie te va a regalar nada porque cada paso te lo tienes que currar. Y el día que lo pierdas, pierdes todo y puedes acabar en la calle al día siguiente: igual que subes, rápidamente bajas. Te puedes quedar en la calle en nada porque no hay ningún tipo de red social que vaya a cuidar de ti. Tú estás, como dicen allí, “on your own”: todo lo que consigas puede quedar en nada. 


Con la nueva política migratoria, ese sueño de buscar una vida mejor realmente está limitado, porque pueden cerrar las puertas al inmigrante. No quieren que entre más gente. Piensan que cerrar las fronteras, construir muros, las restricciones en los viajes y visados es una manera de crear trabajo. Es una filosofía de aislar EEUU que hemos visto en la Historia que no funciona. Y sabemos que el señor Trump no es “muy leído”; y ya sabemos todos que está implantando sistemas que no han funcionado en otros lugares. Sin embargo, la América profunda es la que lo está apoyando. Ahora es más difícil que nunca. Si consigues entrar, ahora hay una nueva ideología más racista que va a perjudicar a muchos inmigrantes. Entonces el sueño americano, para los que llegan de fuera, realmente es una utopía. No sé cuánto tiempo esto va a seguir, hasta que estalle porque están proponiendo crear más visados de trabajo para trabajadores de hoteles, porque es que se van a quedar sin nadie. El mismo Trump no encuentra trabajadores para sus viñedos.

¿A quién le gustaría entrevistar a María Rozman?
(Con rapidez y sin pensar la pregunta María responde con firmeza) Me encantaría sentarme a hablar con Donald Trump. Y eso es prácticamente imposible porque él está en guerra con los medios de comunicación, y prácticamente ha cerrado cualquier vía de comunicación con los medios. 


Pero estamos viendo una mayor inversión en la contratación de periodistas digitales. Yo, por ejemplo, no contrato reporteros sino “multijornalist” que son los periodistas que pueden hacerlo todo


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María consulta el móvil, desde Tenerife dirige los informativos de Washington DC TV| ATLÁNTICOHOY
¿Cómo se vive la transformación digital en un medio de comunicación de EEUU? ¿Cómo has vivido la revolución tecnológica y el papel de las redes sociales en el periodismo americano?
Pues de la misma manera que aquí en Europa. Allí periódicos tradicionales, en prensa, como el Washington Post, ya no están imprimiendo su periódico ya que han hecho una auténtica revolución digital. Además, el dueño del Washington Post es el mismo que del gigante Amazon, es un hombre millonario y está invirtiendo bastante en el Washington Post que posee mucho peso en EEUU. Ahí estamos viendo mucho la transformación digital y, en general, tanto prensa como radio y televisión, están volcándose bastante en sus páginas de internet y están haciendo mucho periodismo digital. Normalmente lleva tiempo que va de la mano. Pero estamos viendo una mayor inversión en la contratación de periodistas digitales. Yo, por ejemplo, no contrato reporterossino “multijornalist” que son los periodistas que pueden hacerlo todo, ya que van grabar sus historias y las escriben tanto para televisión como para la radio. 

Y, por supuesto, te tienes que mover muchísimo y tener un cierto número de seguidores. Pero se tiene que ver con tu credibilidad, si te adelantas sin asegurarte de hacer un ”check” te convertirás en uno más.


Ahora en las redacciones tenemos la incursión del Bigdata que marca los contenidos que interesan más a los lectores y tienen tirón digital. ¿Es una oportunidad o un riesgo para el papel del periodista? 

Si no te vas adaptando y amoldando a los nuevos tiempos, realmente sí peligra el trabajo de los periodistas. Hay una cosa que los periodistas tenemos y que no podemos perder jamás, desde mi punto de vista: es la credibilidad, ya que es la moneda de valor del periodista. Si tú pierdes la credibilidad, lo pierdes todo. ¿Cómo puedes resaltar tú por encima de esa gran cantidad de información y que todo el mundo es periodista hoy en día? Pues gracias a la credibilidad. ¿Por qué? Porque cuando tú recibes información de todas partes y quieres saber si es cierta o no, tienes que acudir a las fuentes fidedignas. Todavía hay gente, sí todavía y puede que eso vaya cambiando, que acude a ver si lo que vieron en internet lo difunden en los medios de comunicación; porque hoy en día tanto puedes encontrar noticias falsas como verdaderas, y no sabes cuál es la cierta. Entonces creo que la única manera en que tú puedes mantener la posición es siendo la fuente a la que la gente va para corroborar que esa información sea cierta. Y, por supuesto, te tienes que mover muchísimo y tener un cierto número de seguidores. Pero se tiene que ver con tu credibilidad, si te adelantas sin asegurarte de hacer un ”check” te convertirás en uno más. 

¿Qué retos tiene María Rozman?
Ahora mi mayor reto es casi más personal, aunque es profesional también, pero es volver a mi tierra y ahora estoy aquí de vuelta. Dicen que nadie es profeta en su tierra (se ríe), de todas formas, sigo trabajando como directora de noticias en Telemundo Washington DC. Pero sí es cierto que, eventualmente, sí que me gustaría trabajar en algún medio de por aquí. Para mí es un reto llegar a casa y que te vaya bien en casa, con respecto a lo que era cuando te fuiste. Lo veo más como una aventura. 

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La periodista tinerfeña en distintas situaciones | ATLÁNTICOHOY



He conseguido quizás más de lo que me imaginaba cuando era pequeñita y practicaba delante del espejo el Informe Semanal. Pero todavía me quedan cosas que quisiera hacer.


¿Te verías en un programa de TV nacional en España?
Sí, me gustaría. Y realmente mi fuerte es la política internacional. Y eso es lo que conozco mejor y llevo muchos años haciéndolo. Eso me encantaría. Sería mi "sueño español", en lugar del americano (Nos reímos las dos con complicidad)... Bueno creo que es el de muchos (nos reímos de nuevo), el de todos. 

¿Has conseguido lo que soñabas o la vida te ha llevado a caminos nuevos no esperados o visualizados?  
La vida me ha llevado a caminos nuevos no esperados o visualizados, por lo que te conté antes de tomar riesgos y aceptar cosas que nunca me imaginé. He conseguido quizás más de lo que me imaginaba cuando era pequeñita y practicaba delante del espejo el Informe Semanal. Pero todavía me quedan cosas que quisiera hacer. Me gusta la información internacional, la de política y también el tema de los scripts: he hecho en EEUU guiones para cortometrajes, y para teatro. Ambas cosas me gustan, pero no lo sé. Pero también he hecho otras cosas muy diferentes, como entrenarme con el FBI para el “civil patrol”, que es como protección civil aquí para operaciones rescate. La verdad es que soy una persona abierta, porque la cosa es seguir probando e intentándolo para seguir creciendo: tener la mente abierta. 

¿Cómo ves que la industria cinematográfica se ha fijado en Canarias como platós de rodaje?
Creo que Canarias está jugando muy bien sus cartas en ese tema, está creando oportunidades e ingresos. Poner Canarias en el “mapa” es importante porque allí ven a nuestro país como algo pequeñito y exótico Y yo, claro, pienso pues qué pensarán de Mónaco, ese país sí que es pequeño. Pero imagínate cómo verán Canarias si la península es pequeña para las personas de EEUU. Sin embargo, para el latino no lo ven así por el pasado histórico en Luisiana y San Antonio, con vinculación canaria. 

¿Quiénes han intervenido o han interferido en ti para alcanzar los logros?
Antes de salir de aquí pues, sin duda, la educación que me dio mi madre y la mentalidad de siempre de “echar para adelante”. Y de ser una buena persona. Además “is what you get”, eres quién tú eres, no tienes que ser o aparentar ser otra diferente. Ir por la calle de frente y jamás cambiar de acera para evitar hablar o ver a nadie. Me he llevado mis valores allí, los de mi casa. Creo que ha sido fundamental para mí, para lanzarme a cruzar el Atlántico. Y allí en EEUU tuve la oportunidad de conocer y aprender del director de noticias, un periodista venezolano, Roberto Cárdenas, para ampliar el punto de vista y entrar a trabajar a los EEUU. En general he tenido muy buenos jefes. Me gustan los jefes estrictos, los que me han ayudado a crecer profesionalmente. Roberto Cárdenas, Andrés Chaparro, Eduardo Zabala... Y claro, por supuesto, el apoyo de mi marido y de mis hijos, que me han apoyado siendo lo más pacientes del mundo y comprendiendo mi carrera profesional.