Carmen Soto: "No hay mujeres a bordo, hay trabajadoras"

La tinerfeña Carmen Soto es patrona de barco de pesca local, prácticamente la única embarcada y faenando en toda Canarias. Su meta: llegar a capitana y abrir puertas a más mujeres

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Carmen Soto (31) es patrona de barco de pesca local, prácticamente la única embarcada y faenando en toda Canarias. Aspira a ser capitana, pero mientras avanza en sus objetivos se dedica cada día a la mar, tanto en "El Vidal" como en el "Punta de Güímar", con el mismo o más ímpetu y trabajo duro que sus compañeros de profesión.

Con su implicación en su labor y sus nueve años de experiencia como carta de presentación reivindica como nadie la igualdad en el mundo de la pesca, lucha que ha recibido una distinción honorífica del Gobierno de Canarias, además de un premio nacional por su actitud emprendedora y su capacitación profesional en un mundo tradicionalmente masculino, entre otros reconocimientos.

En esta entrevista, Carmen Soto analiza para el medio digital canario AtlánticoHoy el escaso papel actual de la mujer en la pesca en las Islas y cómo podemos dar un giro a la situación, además de recordar unos inicios nada fáciles al no ser aceptada por todos sus compañeros: "Yo nunca bajé la cabeza ni dije que no era para mí".

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Carmen Soto | FACEBOOK PERSONAL

-En Tenerife existen actualmente 10 cofradías de pescadores que agrupan a cerca de 500 profesionales del sector y 340 embarcaciones. ¿Solo hay una mujer?
Ahora mismo yo soy la única que conozco. Creo que hay otra mujer, pero en toda Canarias no creo que seamos más de tres.

- Sin haber nacido en una familia marinera, ¿cómo acaba dedicándose al mar?
Lo mío ha sido una casualidad. El chico que me vendía el pescado me dio la oportunidad. Él estaba trabajando solo y empecé echándole una mano. Pues mira, al final me metí de cabeza. Siempre me ha gustado estudiar y, quitando los estudios superiores que tengo, me metí a sacarme el título de patrón local. No he seguido estudiando más aunque me gustaría tener estudios que me permitan poder llevar barcos mayores y navegar más distancia pero claro, el trabajo en un barco y los estudios no son compatibles. Tendría que encontrarme muy solvente para poder parar durante por lo menos un año y dedicarme a estudiar, porque los horarios en la mar no son compatibles con los estudios. Cuando empecé en esto ni me lo había planteado. Te puede gustar el mar, lo típico, ir mucho a la playa, pero antes de esto yo estaba en una oficina tranquilita y sentada. La vida dio ese vuelco. Ya va para nueve años en el mar y, como mucho, habré estado parada un mes o dos. 

"A mí no me cuesta trabajar y que sean todos hombres, pero por lo visto a muchos de ellos sí les cuesta trabajar con mujeres. Es un problema más de ellos que mío. Yo nunca bajé la cabeza ni dije que no era para mí. Tenía claro que eso me gustaba y quería más"

-¿Cómo fueron sus primeros años en el mar?
Para dedicarte a la mar, independientemente de si eres hombre o mujer, tienes que estar hecho de una pasta especial. Este trabajo es vocacional, te tiene que gustar. Si no te gusta, esto no lo soportas. El primer año es duro porque quieres saberlo todo y a lo largo de todo este tiempo me he dado cuenta de que cada día aprendes algo. Me faltarían vidas para aprender todo lo que se debe saber de la mar. Fue duro porque a los hombres les cuesta acostumbrarse a mi presencia, porque es un sector masculinizado, y, aunque puedes ver mujeres pescaderas, en las ventas o cuando llegas a los puertos, pescando dentro de un barco no las hay. Es verdad que escuchas, queriendo o sin querer, comentarios bastante desafortunados y un poco duros. Ya después de los dos o tres primeros años la cosa empieza a cambiar porque ya te ven siempre y se acostumbran.

Soy una persona muy activa en redes sociales, muy sociable con los demás, en los puertos, me gusta el compañerismo... Eso va en la actitud de cada persona y te ayuda a irlo llevando. Es verdad que los primeros años te sientes un poco descolocada porque es algo que quieres hacer, que te gusta, pero te cuesta ubicarte en un sitio en el que reamente eres tú la única mujer que hay. No es algo habitual. A mí no me cuesta trabajar y que sean todos hombres, pero por lo visto a muchos de ellos sí les cuesta trabajar con mujeres. Es un problema más de ellos que mío. Yo nunca bajé la cabeza ni dije que no era para mí. Tenía claro que eso me gustaba y quería más. Este ritmo de vida, el trabajo, el sacrificio, no creo que lo aguante cualquier persona que diga que le gusta simplemente la mar.




-Tripular el barco, reparar redes, saber de mecánica y capturar camarones son algunas de sus funciones, las mismas que podría realizar cualquier compañero. ¿Por qué no hay más mujeres en puestos similares?
Pienso que las capacidades de las personas no van regidas por su género. La mecánica y la electricidad no me gustan nada, pero sin embargo, algo que a los hombres no se les da muy bien, por decirlo de alguna manera, como el papeleo, el tener las cuentas al día, a mí sí se me da bien. Es complementario. No todos tenemos las mismas capacidades ni cualidades. A mí lo que me gusta es pescar. Yo soy patrona pero, por ejemplo, cuando voy con mi compañero en otro barco generalmente me gusta más estar en la cubierta con los chicos, incluso siendo un trabajo mucho más duro, pero pienso que no tiene por qué estar vinculado al género.

Que no haya más mujeres embarcadas no sé si tiene que ver con que tenemos una visión de la vida diferente o porque los hombres, que son los que mayoritariamente deberían darle la experiencia a las mujeres para poder dedicarse a esto, no están comprometidos con el acto en sí de que las mujeres se embarquen. De hecho, antiguamente se embarcaban más. Conozco mujeres mayores que se embarcaron, sus hijas, sus hermanas… Eso dio un vuelco y las mujeres empezaron a quedarse en tierra como pescaderas, barrenderas, llevando asuntos del barco, pero no se embarcaban. Y es en el punto en el que estamos ahora. Es muy complicado ver a una mujer embarcada, pero como patrona de barco nunca me ha venido una mujer a pedir trabajo. Quizás podrían pensar que como soy una chica tendrían un poco más de ventaja o una oportunidad por eso, pero no han venido. Sin embargo, sí conozco a mujeres que tienen los títulos de marinero-pescador y de patrón local y no se dedican ni a nivel autónomo, lo que puedo llegar a entender porque es un riesgo y no tienes experiencia, pero tampoco las ves como marineras o como patronas en barcos.

"Con el mar, el que la pelea la gana. Tienes que salir, buscar, y hay veces que te vienes con las manos vacías, tienes que jugar con muchos factores como la meteorología, con lo que es una empresa flotante, con la gente que tienes a bordo… Nosotros, si no pescamos, no ganamos"

-¿Y por qué entonces las mujeres con esa titulación no se dedican a ello? Ya no es cuestión de que no se planteen esa profesión de pequeñas, sino que se forman para ella y luego no la ejercen
En lo que dices tienes razón. Cuando estabas en la escuela no te decían que tú podías ser camionera, bombera, pescadora o agricultora, ni trabajos vinculados directamente a los hombres como mecánica, obras, o con un aguante físico superior al habitual. Sin embargo, cuando doy charlas a los niños, o en mi pueblo de Candelaria, así como en el Instituto Marítimo Pesquero de Santa Cruz yo sí lo he dicho. A los niños y niñas les pregunto si les gustaría dedicarse a la mar y a muchos no se les guía a ese ámbito a no ser que en tu familia haya alguien dirigido hacia la pesca. El relevo generacional viene dado de la mano de que sea algo más familiar que por vocación o porque te digan que tienes esta opción sobre la mesa.

- ¿Y sobre ser capitán? A los menores, cuando se les pregunta, ambos sexos querrían ser capitanes, pero a medida que cumplen años, las niñas dejan de levantar la mano...
Es así. Me cuesta encajar eso hoy en día estando yo en la situación en la que estoy. Ven la pesca como algo imposible. Les parece más sencillo ser médico, una carrera muy complicada, o cirujano, muy especializado, que algo como la pesca que es más práctica que teórica. No voy a decir que es fácil, porque no lo es, pero la gente ignora lo que cuesta conseguir un kilo de pescado. No están concienciados y esto le pasa a la sociedad en general. Te estoy hablando de adultos, de niños, y de todas las personas que no tienen un vínculo directo con la pesca. Con el mar, el que la pelea la gana. Tienes que salir, buscar, y hay veces que te vienes con las manos vacías. Tienes que jugar con muchos factores como la meteorología, con lo que es una empresa flotante, con la gente que tienes a bordo… Nosotros, si no pescamos, no ganamos. No es que tengamos sueldo fijo. 

"En relación a la mujer y la pesca, en Canarias estamos peor que en otras comunidades autónomas"


-Problemas como la poca visibilidad del trabajo, la necesidad de mejoras laborales; el reconocimiento de enfermedades profesionales que nos afectan especialmente o la escasa presencia en los órganos de toma de decisiones” son algunos de los principales problemas.¿Está Canarias peor que otras comunidades en este aspecto?

Sí. En relación a la mujer y la pesca estamos peor. Estuve en Galicia, el año pasado en la Conferencia Internacional de Mujeres de la Pesca, con representantes de países africanos, Indonesia, etc., además de mujeres de Galicia, Andalucía, de todo el Mediterráneo, muchas del Cantábrico, País Vasco, etc. En presencia femenina a bordo y en cuestiones de mando hay una gran diferencia con Canarias. Una pasada. No entiendo cómo aquí, rodeados de mar, tenemos ese pensamiento.

- ¿Cómo podemos fomentar la “empleabilidad” de las mujeres que quieran dedicar su profesión al sector?
Informar y formar, pero desde chiquititos. Lo que no es normal es que desde la escuela no se les enseñe, y más aquí. No te estoy hablando de fuera, sino de unas islas rodeadas de mar, donde los niños y niñas no saben de dónde viene el pescado en pleno siglo XXI. Quiero que los niños vean una opción en la mar, que a lo mejor les termina gustando. Tienes que hacerlo atractivo también, enseñarles que no todo es malo, sino que hay mucho bueno, mostrarles la realidad. Conozco muchísimas carreras universitarias en las que cuesta mucho más trabajar en ellas una vez que consigues sacarlas. Sin embargo, la pesca, algo que a nivel de estudios es muchísimo más sencillo, te ofrece muchísimas oportunidades laborales a bordo. El abanico que tiene fuera, porque no solo estamos hablando de la pesca, sino de la acuicultura, además de los diferentes servicios dentro de un barco y fuera de él. Funciones hay, pero claro, si no tienes a nadie que esté vinculado directamente con la pesca o que le guste y te introduzca en el tema, olvídate. No vas a tirar por ahí. Sobre todo necesitamos centrarnos en la educación, que se les de la opción a niños y niñas, porque aquí no hay mujeres a bordo, sino trabajadoras a bordo. Da igual. El sexo es lo de menos. Podemos hacer lo mismo. Los dos tenemos manos, pies, cabeza, y cada uno con sus cualidades.


- Usted está muy implicada en iniciativas como un Puerto Violeta y todas las que impliquen la lucha por abrir puertas a las mujeres. ¿Animaría a más mujeres a embarcarse?
Sí. Te tiene que gustar, pero para eso lo tienes que probar. Si lo pruebas y te gusta, te puedes dedicar a muchas cosas. Te puedes embarcar como marinera, como patrona, en máquinas, en puente, en cubierta, etc. Hay un montón de opciones. En Canarias hacen falta profesionales en la mar. Cuesta muchísimo encontrar marineros competentes porque, generalmente, todos están ocupados. Hay trabajo y si encima tienes aptitud, no solo actitud, a los armadores, que generalmente son hombres, eso les gusta. Te darán la oportunidad. Pero también tienes que ser insistente. No que te digan que no y a la primera lo dejes. No solo porque seas mujer. Hay que darse a valer, tener seguridad en uno mismo, ser profesional. Invitaría a las mujeres a que conozcan este mundo y lo intenten porque yo me he ganado la vida bastante bien, no me ha hecho falta dedicarme a otro tipo de trabajo en estos ocho años. Trabajo muy bien con mis compañeros y me gano la vida.