"O te lanzas tú o permite que alguien te dé el empujón que necesitas"

Lo primero que uno percibe al hablar con Elena Pérez Jerónimo es que se siente absolutamente feliz con lo que hace. "Disfruto muchísimo porque me he reinventado y cocreado, porque he transitado estos caminos para llegar hasta donde estoy ahora y he diseñado mi propia idea de negocio", asegura la directora y fundadora de CoCreandoT: Coaching & PNL. Ella es, además, directora de las jornadas Lánzate, iniciativa que le ha permitido hacer realidad su sueño y dedicarse profesionalmente al coaching y la programación neurolingüística. 

La también bloguera de AtlánticoHoy subraya que su principal propósito es facilitar procesos de cambio, personales y profesionales, "porque otra realidad es posible y tú puedes diseñarla". "Si quieres cambiar algo, ¿a qué esperas?", afirma con total seguridad. Así que, si deseas reinventarte, cambiar de trabajo, si te has quedado sin él, quieres ser tu propio jefe y atreverte a ser feliz con lo que haces, esta profesional del coaching te dará las claves en las III Jornadas Atlánticas Lánzate, que se celebran el 4 y 5 de noviembre en Tenerife.

- Es trabajadora social, periodista, mediadora familiar, civil y mercantil.¿Cómo se llega al coaching? 
"Yo trabajaba en la Administración Pública ocupando diferentes puestos. Tuve la gran suerte de entrar como trabajadora social en el Servicio de Atención Primaria, pude coordinar equipos en situaciones de crisis e incluso ocupé un puesto en la alta dirección. Después, empecé a cuestionarme si donde yo hacía mi trabajo se utilizaban las herramientas más adecuadas para poner en valor y sacar lo mejor de las personas. Me dio una especie de crisis personal, sobre todo cuando trabajaba más de cara a los servicios sociales, donde nuestro papel es decirles a las personas por dónde tienen que ir, qué nos tienen que traer o tramitar, y yo me decía: esto no funciona, a mí ya no me hace feliz. Me pregunté: ¿esto es lo que yo quiero hacer? Sabía que sí porque mi vocación la tenía clara desde los doce años, trabajar con personas, hasta el punto en que recuerdo que le decía a mi madre “ya tengo la solución mami, me puedo ir a las misiones”. En esa época no te planteas que haya una carrera que te lo permita y mezclas la idealización con el juego. Es entonces cuando empiezo a coquetear con estas historias un poco para mí. 

Empiezo con el neurocoaching y hago una primera formación en Tenerife, donde ya empiezo a tomar decisiones importantes en mi vida, como renunciar a puestos de trabajo, romper con mi pareja... Son cambios importantes a nivel personal y profesional. Esto me hace seguir indagando en programación neurolingüística y formarme ya como coach profesional. Aparte, si me pongo delante de una persona, la puedo entender perfectamente porque yo también lo he pasado antes y sé que va a poder salir, unas con más facilidad que otras, porque a mí esas herramientas también me ayudaron. No siempre funcionan, ojo, a todas las personas, pero si hay un sector de la población que lo que quiere es cambiar, conseguir objetivos, entender la realidad de otra manera, tener pensamientos más positivos, cambiar el chip en general o un poco de empoderamiento, esas herramientas van bastante bien. 

- Prolifera la figura del coach. ¿Este mundo tan lleno de competitividad y exigencias necesita tanta motivación? 
"Me encanta lo que planteas acerca de la competitividad porque es algo que sigue estando ahí. Sin embargo, a mí me gusta más la gente que tiene la idea de que compartir es sumar. Sé que vivimos en un mundo competitivo, pero quiero que las personas descubran que no siempre competir es la manera de llegar, que estas nuevas maneras nos pueden orientar más a compartir que al competir. A veces también vemos que somos muy autoexigentes, mega responsables, y aquí hay un punto de darnos demasiada caña, por utilizar un lenguaje más llano. Este nivel de exigencia a veces, lejos de acercarnos a los objetivos, nos llena de rigideces, de contracturas, dolores de estómago, porque el cuerpo también acaba gritando. Está bien ser perseverante, responsable, constante, tener objetivos y ser un poco exigentes, pero, ¿hasta dónde? ¿Por qué en vez de estar siempre en la mega exigencia no puedo pensar que puedo disfrutar y ser feliz con lo que hago? 

-¿Por qué hay más mujeres que hombres en sus conferencias? ¿A las mujeres nos falta motivación?
"Creo que atraigo más a un público femenino que a uno masculino. Cada vez tengo más hombres en talleres y sesiones, pero a nosotras nos cuesta menos ver esa mirada y encontrarnos en esos espacios de debate, de mirar hacia adentro, de crecimiento personal. Van llegando hombres, pero algunos de ellos van aún muy por detrás, aunque los que llegan están igual de abiertos que nosotras. Puede ser que igual les motiva más el desarrollo profesional, que es con lo que trabajo yo, pero también esa mirada al interior. Cada vez veo más a las mujeres con la idea de centrarse en su negocio o en una línea emprendedora, hacer cambios en el equipo y, al final, esto acaba saliendo".

- Las 12 ponentes que participarán en las mesas de experiencias son mujeres.
"Ya hay 12 mujeres. Me encantaría tener tropecientas, pero no acabaría nunca el evento. Ellas vienen a poner en valor qué les entusiasma, cuáles son sus proyectos, en qué han acertado, cuáles han sido sus fracasos, para que los participantes puedan tener referencias de que sus caminos son los mismos, pues en todos aparecen las dificultades, etc. ¿Pero qué hacemos con esto? Teníamos el foco en el emprendimiento, pero, por suerte, lo hemos ido abriendo con vistas al intraemprendedor. Por ejemplo, tú trabajas para una empresa, pero aportas ideas, haces propuestas ¿eres emprendedor o no? Esto pasa dentro de la Administración Pública. Mi compromiso está en poner en valor que hay muchísimas mujeres que lo están haciendo muy, muy bien y que no siempre se les visibiliza, al menos de la manera que a mí me gustaría. Eso ha estado presente desde el primer 'Lánzate'". 

"Con ‘Lánzate’ ocurren cosas maravillosas. Hay muchas personas que empezaron a desarrollar sus proyectos después de haber estado en el evento, han abierto tiendas o líneas de negocios y van a ir a contar sus experiencias. Aunque no sea tu momento, solo con acudir ya se te va abriendo el paraguas de la mente"

- ¿Cree que tenemos conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres? 
"Me gusta este enfoque porque las primeras jornadas se llamaban 'Lánzate. Primeras jornadas atlánticas para el emprendimiento en femenino' y tenían que ver con sumar, cooperar, generar redes de apoyo, crear desde otra óptica, etc. Creo que todo tiene que ver mucho con el empoderamiento. Al final, lo interesante sería el equilibrio entre lo masculino y femenino, porque nosotras también tenemos que resaltar la firmeza, aunque muchas mujeres lo tenemos arraigado, pero creo que el empoderamiento lo estamos tejiendo desde la suma y, bueno, es un poder igual". 

El segundo Lánzatefue en La Palma y trataba de conseguir tus objetivos.Aparecen los miedos, las resistencias, los yo no sirvo para esto, lo quiero dejar. El truco está en poner objetivos y decir: me dirijo hacia aquí. Eso es lo que me ha llevado al tema del entusiasmo. Cuando trabajamos por objetivos y vamos consiguiendo cosas, estamos poseídos por el entusiasmo. Siempre encuentro personas que, aún teniendo objetivos y sabiendo que pueden llegar, se sienten desenchufados,con la batería descargada, y llegan los ‘no puedo, estoy agotada’.Pasa cuando estamos en el camino de algo que no queremos hacer o no estamos poniendo proyectos en marcha desde el desarrollo de nuestros talentos. Me pareció un tema interesante porque, ¡yo me considero tan entusiasta! Además, pensé que debía compartir esto con muchísimas más personas entusiastas y con las que lo tienen perdido. A veces estamos muy rodeados de zombis, y otras trabajo con personas que me comentan que ‘no les queda otra’. Depende de la realidad de cada uno".

- ¿Cuáles son las principales claves que el público busca en usted?
"Por un lado hay personas que están en ese punto. Quiero algo pero no sé hacia dónde voy. Otras ya están en el camino pero necesitan darle un giro a lo que están haciendo. A algunas les gusta lo que están haciendo, pero quieren crecer o tomar decisiones importantes. Trabajo con bastantes empresarios, por ejemplo, que buscan motivación, generar bastante confianza en los equipos de trabajo o mejorar en el tema de la comunicación. Trabajo mucho con un programa que se llama ‘Del propio respeto al poderamiento’. Es mi programa estrella. Lo estoy desarrollando ahora mismo a través de la Administración Pública en bastantes ayuntamientos. Luego, hay personas que quieren lo mismo pero a nivel privado. Empezamos por la autoestima, esa mirada hacia el interior de en qué punto estoy yo. ¿De verdad me conozco, me acepto y me quiero o hay cosas que quiero cambiar?" 

 
-Pero el cambio da miedo. ¿Las personas hoy en día están dispuestas a bucear por su interior, a conocerse?
"Cuando contratan el servicio profesional es que quieren, al igual que cuando van a a las conferencias, talleres, etc.  Hay momentos en nuestra vida en que esto nos puede asustar, yo lo entiendo. Saber quién soy, cuál es mi luz, sombra, qué necesito cambiar, entre otros aspectos. Por ejemplo: me enamora de mí que puedo ser simpática y no me gusta tanto cuando se dispara mi pronto. Creo que necesito cambiarlo. Esto sería un ejemplo práctico. Nos da miedo, pero cada vez son más las personas que dicen: ¿Por qué no?" 

"Acabas enamorándote de ti. A partir de ahí todos los caminos se abren, es como si nos invadiera de repente la luz. Las cosas comienzan a caminar de otra manera. Empezamos a trabajar la comunicación asertiva, las relaciones, la queja y la acción, también cómo se transitan y qué regalos tienen para mí los miedos. Terminamos poniendo en valor cuál es nuestro talento y qué es lo que quiero hacer y pasar a la acción. Estos planes marcan la diferencia".

- ¿Cómo conseguir que a los asistentes le llegue el mensaje y se quede en ellos, que el mismo no se disuelva pasado unos días?
"La persona tiene que querer incorporarlo. Algunas van y, aunque les ha encantado, no están en el punto de querer hacer el cambio. En el tema de ‘Lánzate’ ocurren cosas maravillosas. Hay muchas personas que empezaron a desarrollar sus proyectos después de haber estado en el evento, han abierto tiendas o líneas de negocios y van a ir a contar sus experiencias. Aunque no sea tu momento, ya se te va abriendo el paraguas de la mente. Lánzate es uno de esos eventos a los que hay que ir y ver lo que pasa en directo porque se nos cambia la cara, se mueven cosas a un nivel muy interno, nos vamos con el corazón un poco tocado del amor, el respeto, de todo lo que se pone en valor".