Estudian en el Teide la descomposición de materia orgánica con bolsas de té

Con este proyecto internacional que convierte al Teide en laboratorio biológico se esperan descubrir las pautas que rigen el ciclo de descomposición de la materia orgánica

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La Universidad de Copenhague estudia en el Parque Nacional del Teide, en Tenerife, la descomposición de la materia orgánica con bolsas de té para así investigar sobre el ciclo del carbono.

En este proyecto internacional, en el que intervienen también países como Eslovenia, Noruega, Francia, Portugal, Estados Unidos y Australia, se utiliza un índice internacionalmente aceptado denominado "tea bags index" para averiguar cómo se descompone la materia orgánica en un tiempo determinado que es el mismo para todos los lugares, ha informado este sábado el Cabildo de Tenerife en un comunicado.

Para ello, utilizan como testigos pequeñas bolsas de té y de rooibos, ya que se ha comprobado que constituyen un material de experimentación idóneo para este propósito.

Técnicos del Parque Nacional del Teide, acompañados de la profesora Ana Sofía Reboleira, de la Universidad de Copenhague, que es quien lidera el proyecto, han estado trabajando en el mes de noviembre en varios lugares del parque nacional para instalar las muestras, según un protocolo estandarizado, idéntico para todos los países donde se desarrolla el estudio.



Las muestras de té y rooibos se colocan enterradas en el sedimento tiempo suficiente para que se inicie el proceso biológico de descomposición. 

Una parte de estos testigos se recogerá a los tres meses, otra a los seis, otra a los nueve y la última, a los doce meses, para ser analizadas en los laboratorios de la Universidad de Copenhague, en unos trabajos cofinanciados por la Fundación Villum y por Unilever de Dinamarca.

Según los investigadores, se espera descubrir las pautas que rigen en el ciclo de descomposición de la materia orgánica en la superficie y también bajo tierra, de modo que simultáneamente se hacen análisis en las profundidades de las cuevas volcánicas en las Cañadas del Teide, que son conocidas por poseer una rica fauna de insectos adaptada a vivir en la oscuridad.

El proyecto durará más de un año y también se desarrolla en otras partes de la isla de Tenerife, fuera del parque nacional, contando con la colaboración del profesor Pedro Oromí, de la Universidad de La Laguna. 

El estudio en el resto de la isla incluye análisis similares en la Cueva del Viento, uno de los tubos volcánicos de mayor recorrido subterráneo del mundo.