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Política

El séptimo día no se descansó: una semana del 20A, victimismo político y ruptura entre organizadores

Siete días después de la manifestación, los políticos se contradicen, el movimiento sufre fracturas internas y alguien manda un email anónimo señalando la financiación de los organizadores

6 minutos

Manifestación del 20A por un modelo sostenible del turismo en Canarias./ AH - JOSE WILLIS

Si algo ha aprendido la política española en los últimos años es que, para obtener apoyos, primero hay que ganar el relato. Una retórica deformada de aquella célebre frase de Miguel de Unamuno que, en 1936, se dirigió a Millán-Astray para decirle: "Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaríais algo que os falta: razón y derecho en la lucha".

La "guerra por el relato", que demuestra que para vencer no siempre hay que tener la razón, es un concepto que suena a siglo XXI, pero que no es nada nuevo. Todas las convulsiones políticas del siglo XX estuvieron acompañadas de una buena dosis de relato o, como se llamaba entonces, de propaganda. Una palabra que hoy suena a estalinismo o goebbelismo anticuado, pero que sigue a la orden del día en cada conflicto político y social que se vive en el mundo. El 20A, por supuesto, no es un caso aparte.

Ha pasado una semana de la masiva movilización del pasado sábado 20 de abril y ya se ha visto de todo. Políticos subirse al carro de la manifestación, colgarse la medalla de haber escuchado al pueblo y luego volver a sus posturas iniciales. Vicepresidentes de cabildos escandalizarse por un grafiti en el asfalto de una carretera y decir que esa acción, esa concretamente, es la que ha rebasado los límites mientras constructoras retan a Costas y continúan edificando pese a la paralización ordenada por esta. Huelgas de hambre, escraches consumados y cancelados, fisuras internas...

Convencer sin creer

Abba Evan, ministro de Relaciones Exteriores de Israel en los años 60 y 70, describía la propaganda como "el arte de convencer a otros de algo en lo que no se cree”. Dicho mal y pronto, de tratar a la ciudadanía de estúpida. 

Estúpidos es como se sintieron muchos canarios cuando vieron, el pasado 24 de abril, a Coalición Canaria, Partido Popular, Agrupación Socialista Gomera y Agrupación Herreña Independiente votar en contra de una moción de la oposición para suscribir la ecotasa, la moratoria turística, controlar el crecimiento turístico y limitar la venta de viviendas a extranjeros. Sólo unas semanas antes, el presidente Fernando Clavijo había afirmado en la Cadena SER: “Por primera vez estamos de acuerdo todos en que no podemos seguir así, las fuerzas políticas y toda la sociedad”.

El presidente creía, en las vísperas de la manifestación, que esta era una "oportunidad para caminar juntos" en los retos de las Islas. En un pleno del Parlamento, afirmó estar a favor de estudiar medidas como la ecotasa, sorprendiendo el cambio de discurso con respecto a lo que venía defendiendo Coalición Canaria. Pasada la movilización, el Gobierno de Canarias no cesa de repetir que ha tomado nota, pero no ha cedido un milímetro a las reivindicaciones del 20A, ni en el parlamento ni en sus reuniones con el colectivo independiente Canarias se Agota.

Incredulidad es lo que sienten muchos canarios cuando ven a Lope Afonso, vicepresidente del Cabildo de Tenerife, hacer un book fotográfico y un seguimiento exahustivo de cómo se encuentra la carretera del Teide después del atentado medioambiental que supuso que unos peligrosos vándalos la pintaran con espray para escribir un lema que no iba en la cuerda del Partido Popular.

Pintada aparecida en la carretera del Parque Nacional del Teide. / TWITTER LOPE AFONSO

Fractura en el movimiento

Pero no sólo los gobiernos saben del arte de la propaganda, que es de muy versátil aplicación. Aldous Huxley, escritor y filósofo británico de la primera mitad del siglo XX, ya alertó de que se consigue más con el cómo que con el qué: "La eficacia de una propaganda (...) depende esencialmente de los métodos empleados y no de la doctrina en sí". Una frase hecha muy popular, "le perdieron las formas", viene a resumir lo que ha ocurrido esta semana entre las caras visibles de la movilización, organizadores (la Coordinadora) y oportunistas (Canarias se Agota, que se fundó días después de convocarse la manifestación). En resumen, entre quienes no quisieron renunciar a la premisa de Unamuno de convencer con la razón y los que entendieron a Huxley.

Esta semana de sensación agridulce tras la manifestación ha hecho aflorar las primeras fisuras dentro del movimiento que pide un cambio del modelo socioeconómico centrado en el turismo de Canarias. Aunque este movimiento -llamémoslo así y no "organizadores", puesto que Canarias se Agota no fue organizador del 20A- ha tratado de evitar mostrar división para no perjudicar a los objetivos que persigue, pero la actividad unilateral y las acciones impulsivas del colectivo Canarias se Agota han acabado por provocar que la Coordinadora de la manifestación, integrada por una veintena de asociaciones de todas las islas, reivindique su desvinculación de los primeros.

Ni contigo, ni sin ti

No obstante, este cisma también ha sido traumático, puesto que la Coordinadora no quiere entrar en ese debate sobre las acciones de Canarias se Agota, que considera enfangante. Sin embargo, los objetivos que persiguen ambos coinciden en su mayoría, lo cual dificulta el divorcio. De hecho, hay personas que forman parte simultáneamente de las organizaciones que componen la Coordinadora del 20A y Canarias se Agota. Desde luego, no se trata de un enfrentamiento agresivo en el interior en el movimiento, pero sí de un incómodo desmarque de unos de las acciones de los otros para evitar que se les asocie con ellos.

Y es que uno de los principales problemas es que, para muchos ciudadanos que se ven representados en este movimiento pero no están dentro de su organización, resulta muy difícil diferenciar a la Coordinadora del 20A de Canarias se Agota porque la segunda ha sabido aprovechar el impulso de la primera, sus tiempos, los colores que han dado identidad visual a sus carteles y hasta sus lemas -"Canarias se agota" y "Canarias tiene un límite" se parecen mucho semánticamente- para lograr una repercusión enorme, multiplicada por la cantidad de acciones que han hecho en pocos días.

Para colmo, la falta de una portavocía única de la Coordinadora del 20A e incluso de una centralización del mensaje en una sola plataforma en redes sociales han sido la cooperación involuntaria -pero necesaria- para que Canarias se Agota haya sido capaz de acaparar el relato y la visibilidad del movimiento por el cambio de modelo de cara a la opinión pública.

Cabeza de la manifestación del 20A en Lanzarote, con los convocantes de 'la Coordinadora' a la cabeza./ EFE-Adriel Perdomo

Malestar por difundir el desmarque

Por supuesto, la Coordinadora ha tenido que desmarcarse, pero no le ha gustado que se airease mucho. El pasado jueves, Atlántico Hoy fue el primer medio en informar de esta situación dentro del movimiento tras hablar con activistas de hasta cinco organizaciones convocantes integradas en la Coordinadora y conocer sus puntos de vista sobre las acciones de Canarias se Agota. Horas después de la publicación, los organizadores emitieron un comunicado de prensa calificando el artículo de este medio de "sesgado" y asegurando que buscaba "crear discordia". Inmediatamente después, pasaban a relatar las razones que les llevaban a desmarcarse de Canarias se Agota, reflejadas todas ellas en el artículo mencionado.

Entre quienes apoyan -o incluso vertebran- este movimiento, que se conociesen las divisiones internas tampoco ha gustado. Tras unos días, en las redes sociales se han podido leer interesantes debates sobre el desmarque de la Coordinadora de Canarias se Agota y cómo afecta esto al objetivo común. También ha habido reproches en ambas direcciones. A los integrantes de la Coordinadora, por relatar a este medio la situación. A Canarias se Agota, por su unilateralidad y por sospechas sobre su financiación.

¿Quién financia?

Lo cierto es que los rumores en torno a que hay financiación de algún partido detrás de alguno de los grupos que componen Canarias se Agota y la Coordinadora han ido apareciendo en distintos momentos. Algo que, en un movimiento que se reivindica profundamente apartidista, no ha hecho ninguna gracia.

Este viernes, pasado un día de la publicación del artículo sobre el distanciamiento entre la Coordinadora y Canarias se Agota, Atlántico Hoy ha recibido un correo electrónico anónimo de "gente de una de las organizaciones convocantes" (así se han definido) que afirmaba que uno de los grupos convocantes "a través de Podemos y Si Se Puede forzó la convocatoria, presionando a los colectivos en muchas islas y ahora ya se está hablando de hacer un 'algo político nuevo', no sabemos qué".

El correo añade que esta organización preguntó al resto si estarían dispuestas a "hacer una huelga" y, después, se habló de la convocatoria de la manifestación. Tras comenzar a trabajar en esta manifestación, el correo dice: "Después vimos que se convocó una huelga de hambre que se parecía a lo que nos habían dicho antes. En esta isla somos pocas y nos conocemos todas, y las personas mas conocidas de Si Se Puede y Podemos están todas".

El mensaje continúa, aunque por cuestión de protección de datos de personas vinculadas a las protestas que aparecen mencionadas en él, este medio no reproducirá el resto del contenido. Lo que queda claro es la cantidad de giros de guión que han ocurrido en tan sólo una semana desde las movilizaciones, tanto entre los partidos que gobiernan las administraciones canarias como entre el propio movimiento. Queda preguntarse, ¿qué deparará la próxima semana?