Chicago, Los Miserables, Jersey Boys,... poner música a sucesos del pasado es algo que en el mundo del musical se ha celebrado mucho, o eso al menos indican las listas de los musicales más taquilleros de Broadway. Lo que nadie esperaba (hasta 2015) es que un musical que narra la vida de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, se llevara al escenario con nada más y nada menos que bases de hip hop y rap y que gozara de gran éxito. Atraídos por esta obra la compañía de teatro Mandrágora Laboratorio Cultural, conformada por artistas amateur, se ha atrevido a adaptarla para representarla en los escenarios canarios. Y el éxito en la venta de entradas no tardó en llegar.Con todos los boletos vendidos para la función que este sábado 17 de abril presentarán en el Paraninfo de la Universidad de La laguna, ya están programando nuevas fechas para futuras representaciones. AtlánticoHoy ha hablado con Ariadna Simó, quien junto con Melodie Pérez, dirige
Mandragora Laboratorio Cultural, para conocer este joven éxito interpretado por artistas también muy jóvenes.
¿Por qué decidieron representar este musical?
Decidimos llevar a cabo este musical porque ha tenido un éxito tremendo en Broadway. Es novedoso, fresco, diferente y nos apetecía mucho salir de la línea clásica y probar a trabajar otros géneros. Y la verdad es que no nos equivocamos porque nos lo estamos pasando mejor que nunca.
¿Cómo realizaron la adaptación; el preparar las coreografías, vestuario y las canciones en versión original?
El proceso de adaptación del musical fue bastante más sencillo de lo que esperábamos. Reconocemos que comenzamos con un poco de incertidumbre porque desconocíamos si al elenco le iba a gustar, le iba a motivar.
Son unas bases de hip hop y rap muy muy rápidas y pensamos que les iba a costar muchísimo más pillarlo y desde el primer ensayo nos encontramos con que todos se sabían las letras, todos estaban muy motivados con los ritmos, muy motivados con las coreografías. El nivel de inglés del elenco es digno de cualquier último curso de escuela de idiomas.
Y preparar las coreografías ha sido como ir a jugar, cada ensayo ha sido como ir a jugar con tus amigos y amigas.¿Quiénes conforman el elenco?
Jóvenes actores y actrices amateur que llevan formándose desde hace ya muchísimos años.
El elenco está conformado por personas que apuestan por la calidad, el rigor escénico, por una cultura segura. Han demostrado que a pesar de su juventud son tremendamente responsables y nos han permitido poder trabajar con ellos de una manera segura, en estos tiempos de inseguridad. Es un elenco que no deja de sorprendernos, a pesar de que creemos que después de tantos años de trabajo con ellos ya les conocemos, conocemos sus matices, sus movimientos, sus limitaciones, nos han demostrado que no tienen límite. Y que el aprendizaje es algo constante. Cada día hay lugar para algo y al final son ellos quienes se han convertido en maestros nuestros.
¿Cree que con musicales más actuales como Hamilton es más fácil acercar a los jóvenes a la cultura del musical?
Sí, definitivamente.
Desde el momento en que rompes una línea clásica y usas algo más actual la gente se engancha. Está claro que Lin-Manuel Miranda, el creador de musical, en ese sentido se le encendió la bombilla de manera magistral y entendió que algo histórico adecuadamente contado puede ser universal y creo que ese es uno de los puntos claves de Hamilton.
¿Cómo les ha afectado la pandemia?
La pandemia nos ha dejado con incertidumbre y mucho miedo. Prácticamente desnudos de trabajo, porque está claro que el volumen ha descendido de una manera estrepitosa y sí que es verdad que
hemos tenido que estar constantemente revisando las medidas, reduciendo aforos, no hemos podido convocar a todo el elenco al 100 % porque estábamos superando el límite de personas, no siempre todos los locales estaban dispuestos a cedernos el espacio para alquilar para ensayar. Ha sido piedra tras piedra en el camino que hemos intentado sortear y esperamos haberlo logrado con éxito.
La historia de Hamilton
Hamilton narra la vida y obra de uno de los padres fundadores y primer tesorero de Estados Unidos, Alexander Hamilton, olvidado o eliminado de la historia debido a sus humildes orígenes, sus ideales progresistas y por no seguir las normas sociales de la época. Lin Manuel Miranda, productor, escritor y compositor de la obra, encuentra en Alexander un espejo en el que pueden mirarse todos los inmigrantes que han ayudado a construir uno de los imperios más grandes de los últimos siglos. Decide contar esta historia en clave de hip-hop, r&b, blues, jazz y numerosos estilos más que nacieron en este país y los personajes los interpretarán jóvenes actores y actrices y un cuerpo de baile racializados que ponen en valor el crisol cultural en el que se fraguaría Estados Unidos desde el primer momento de su camino a la independencia.
