El fallo concluye, por 11 votos contra seis, que las autoridades rumanas "no han alcanzado un justo equilibrio entre los intereses en juego" y "no han protegido correctamente" el derecho del demandante al respeto de su vida privada y su correspondencia.
El tribunal de Estrasburgo pone límites al derecho a controlar a los trabajadores en horario laboral y con el material de su empresa pic.twitter.com/P4fWmxRrxi
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Rumanía deberá abonar al demandante 1.365 euros por gastos y honorarios. Según la Corte europea, fallar que el citado artículo ha sido violado "ya es una reparación suficiente para todo daño moral". La sentencia, contra la que no cabe recurso, afirma que los tribunales no verificaron si el demandante había sido advertido por su empleador de la posibilidad de que sus comunicaciones fueran vigiladas, ni de la naturaleza y el alcance de esa vigilancia.
En abceconomia Las empresas podrán espiar el e-mail de un empleado si avisan previamente https://t.co/Po5ubjEGN0
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Para la Corte, el fallo no significa que un jefe no pueda revisar los correos profesionales de los trabajadores o despedirlos por usar recursos con fines personales. La clave es que "la vigilancia vaya acompañada de garantías adecuadas y suficientes contra los abusos".
Así, la advertencia del empleador "debe producirse antes de que se inicie la vigilancia, en particular si afecta al contenido de las comunicaciones de los empleados", hecho que no sucedió en este caso, según la mayoría de los magistrados de la Gran Sala del Tribunal.
La vida privada no desaparece en el trabajo: Estrasburgo da la razón a un empleado espiado por su empresa sin avisar https://t.co/Emx4Lw1wia pic.twitter.com/OCsCqTDcYb
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La compañía le informó el 13 de julio de 2007 de que sus comunicaciones por Yahoo Messenger "habían sido vigiladas del 5 al 13 de julio", y de que los registros demostraban que "había utilizado internet con fines personales".
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El 1 de agosto la empresa dio por finalizado su contrato "por infringir el reglamento interior de la empresa que prohibía el uso de sus recursos con fines personales".
Los tribunales rumanos rechazaron la queja de Barbulescu por violación de su derecho a la correspondencia después de que la empresa consultara sus comunicaciones, al haber sido debidamente informado del reglamento interior.
Los jueces europeos que votaron en contra, entre ellos el presidente del TEDH, Guido Raimondi, ven correcto el margen de apreciación adoptado por los tribunales rumanos y opinan que el trabajador "rompió el vínculo de confianza con su empleador".