El imprescindible del verano

Reportaje AtlánticoHoy. Hablamos con empresarias de uno de los mejores negocios del verano, las heladerías

Guardar

Featured Image 3731
Featured Image 3731
¿Cucurucho o vasito? ¿Cuántas bolas quieres? ¿De qué sabores? Son las tres preguntas que responden gran parte de los españoles, unos más que otros, cada verano para enfrentarse a las elevadas temperaturas estivales.

Hablamos uno de los productos por excelencia del verano, el helado artesano. Un postre o merienda (o cuando apetezca) que ha evolucionado con el tiempo, sobretodo en la diversidad de los sabores, pero que mantiene la esencia de su existencia: su frescor.

Y frescor es lo que necesitan los canarios en este caluroso verano, que acumula ya varios avisos de altas temperaturas. Caminando por las calles de Santa Cruz de Tenerife puedes encontrar infinitas localizaciones para sentarte a tomar tu sabor favorito o quizá arriesgarte a probar nuevos; lugares que ofertan el consumo de helado, pero que no es su negocio principal. Por ello, nos acercamos a heladerías artesanales para que os cuenten su historia y el secreto de su éxito.

Image

La Heladería La Tentación en el barrio Buenos Aires | ATLÁNTICOHOY


En la calle Fernández Navarro, en el barrio de Buenos Aires encuentra la Heladería La Tentación, regentada por su dueña Ángeles Hernández, y que el pasado 7 de julio cumplió cuatro años de apertura. “El principal secreto del mejor helado artesanal es tener buena calidad de producto”, explica la propietaria del establecimiento que hace esquina con la calle Leoncio Rodríguez. “Viene de Italia, pero lo elaboramos aquí”, reconoce Ángela sobre el secreto.


“El principal secreto del mejor helado artesanal es tener buena calidad de producto”


A pesar de lo turístico de la ciudad y de lo impulsivo para el turista que es tomarse un helado refrescante en mitad de un paseo, Ángeles confiesa que su clientela el turismo “se nota poco”. La lejanía de la zona del puerto de Santa Cruz y la localización en un punto en el que en su alrededor no se destaca ningún elemento emblemático de la ciudad, otorga a la clientela local el rol protagonista del consumidor de La Tentación. “La nutella es el sabor estrella para los clientes”, asegura la heladera.

Image

Ángeles Hernández es la propietaria de La Tentación | ATLÁNTICOHOY


En la zona centro de la capital, en la calle del Pilar, se encuentra la conocida Mio Gelato. Su dueña, Isbel Medina, sube desde las oficinas para hablarnos sobre cómo se trabaja para desmarcarse de la competencia. “Lo primero que se hacen las cosas con muchísimo amor y el producto de principio a fin es de primera calidad. Después, yo creo que es clave la atención al público”, resalta.

Venezolana, aunque de padres canarios, la empresaria relata su aprendizaje en el sector. “Vinieron heladeros maestros italianos que nos formaron y trabajamos y estudiamos en la Universidad del helado en Bolonia”. Por ello, Mio Gelato también trabaja con producto italiano.

Image

Mio Gelato se ha posicionado en el centro de la capital | ATLÁNTICOHOY


A diferencia de la Heladería La Tentación, Isbel señala que en su establecimiento “los sabores estrellas son el Yogur, el tres leches y la meriendita canaria”, pero sí comparte que la clientela habitual es el capitalino. “El publico de Mio Gelato más importante es el adolescente y luego está el fiel público local, la gente de Santa Cruz, que valora la calidad del producto”.


“En Tenerife realmente hay una cultura de comer helados en verano y no en invierno, pero después de cinco años de arduo trabajo que llevamos creo que el canario se está acostumbrando a comer helado todo el año”


A pesar de las suaves temperaturas medias anuales de las Islas Canarias, y concretamente en la capital de Tenerife, no parece que eso se convierta en un incentivo para la consumición de helado los 365 días. “En Tenerife realmente hay una cultura de comer helados en verano y no en invierno, pero después de cinco años de arduo trabajo que llevamos creo que el canario se está acostumbrando a comer helado todo el año”, explica Isbel.

Image

Los clientes tiene muchos sabores donde elegir | ATLÁNTICOHOY

Por el nombre de Flor de Tartas igual no te suena -todavía-, pero si te hablo de La Flor de Alicante y eres un fanático de los helados y de la leche merengada, reconoces esta parada obligatoria en la calle de la Rosa. Hoy sus recientes dueños son una joven pareja italiana, Igor y Marta. Él de camarero, ella de pastelera. Y es que el nuevo negocio en la emblemática esquina ha girado hacia la pastelería, aunque van a recuperar parte de la esencia de la heladería, con el propio apoyo de Julio, el dueño ya jubilado de La Flor de Alicante.

“Julio es una persona que todavía tiene alma y que cree en los jóvenes, porque ahora mismo parece que los jóvenes sean todos unos locos perdidos”, comenta Marta, de 25 años. “Si no fuera por él, no hubiésemos llegado ni a abrir. Ni bancos, ni inmobiliarias, ni nadie te ayuda o cree en ti. Nosotros le estamos pagando un alquiler y el mismo es nuestro fiador, porque el alquiler es bastante alto. Dijo que quería que los chicos entren aquí a trabajar. Tuvimos una suerte increíble, es un encanto”, añade con emoción.

Image

Marta es la empresaria pastelera de Flor de Tartas | ATLÁNTICOHOY


Aunque, el negocio principal es la pastelería, la pareja está esperando las máquina para hacer los helados, que le propio Julio le va a ofrecer, para diversificar las oportunidades y aprovechar la fama y recuerdos que arrastra el local con el paso de los año. “Lo clásico seguro. Chocolate, una buena vainilla, sabores de frutas y por qué no, cuanto más raro sea el sabor más me gusta, que yo soy media rara, como sabores de arroz”, reconoce entre risas.


“Lo clásico seguro. Chocolate, una buena vainilla, sabores de frutas y por qué no, cuanto más raro sea el sabor más me gusta, que yo soy media rara, como sabores de arroz”


Son las ideas que tiene en mente Marta a corto plazo. Ideas que nunca dejan de generarse en las mentes de los empresarios heladeros. Cada vez hay más sabores para una mayor demanda en los últimos tiempos. ¿Innovar o asegurar? Puede que en el fondo no sea tan relevante, porque al cliente lo que se busca es refrescar. Ya sea en cucurucho o en vasito.