May acuerda con la oposición británica un mecanismo contra el acoso

El Ejecutivo ha tenido que enfrentarse en los últimos días a sonados casos de conductas inapropiadas o abusos de carácter sexual contra políticos de todos los grupos

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La primera ministra británica, Theresa May, acordó hoy con otros líderes políticos implementar un "nuevo mecanismo independiente de agravios", tras las denuncias interpuestas en los últimos días contra políticos y diputados del Reino Unido.

En una reunión celebrada en el Parlamento con los dirigentes de otras formaciones, como el laborista Jeremy Corbyn, se consensuó un sistema "completamente" nuevo destinado al personal que trabaja en Westminster (sede del Legislativo), lo que supone, según la líder tory, un "importante paso adelante".

El Ejecutivo ha tenido que enfrentarse en los últimos días a sonados casos de conductas inapropiadas o abusos de carácter sexual contra políticos de todos los grupos, en los que se han visto involucrados el número dos del Gobierno, Damien Green, y el ya extitular de Defensa Michael Fallon.
En su encuentro de hoy, May y el resto de dirigentes acordaron crear, en lugar de la actual línea telefónica habilitada para estos casos, otro sistema de recursos humanos de apoyo para gestionar "cara a cara" las eventuales quejas.

Este último mecanismo se introducirá a finales de este mes, mientras que el procedimiento de agravios estará disponible en 2018, reveló May al término del encuentro.

"Tristemente, en los últimos días hemos visto un número de acusaciones contra personas de todos los partidos políticos y es importante que se investiguen de manera imparcial y algunos (de esos casos) se han trasladado correctamente a la policía", dijo May.

La "premier" admitió que, "si esto no le ha ocurrido a uno, es difícil darse cuenta del impacto que puede tener para la víctima de este tipo de comportamientos. Tiene un impacto duradero en las personas".

Por ello, consideró "necesario hacer más para frenar estos abusos de poder", al tiempo que mostró su satisfacción por haber acordado junto a los otros líderes "un importante paso adelante".

"Es importante que solucionemos esto y siento que hayamos tenido que ver casos de abuso de poder, demasiados, en los últimos años", añadió.

En una reunión celebrada en el Parlamento con los dirigentes de otras formaciones, como el laborista Jeremy Corbyn, se consensuó un sistema "completamente" nuevo destinado al personal que trabaja en Westminster (sede del Legislativo), lo que supone, según la líder tory, un "importante paso adelante".

En una declaración previa durante una intervención hoy en el marco del congreso anual en Londres de la patronal de empresarios CBI, la política tory recalcó que es necesario "actuar ahora" para devolver "una cultura de respeto" a la vida pública y asegurar que todo el mundo "puede trabajar en un entorno seguro".

El nuevo procedimiento de agravios parlamentario ofrecerá métodos seguros y confidenciales para que las víctimas presenten sus denuncias y estas sean investigadas.

La gente podrá seguir teniendo "relaciones por consenso mutuo" y "formando relaciones de amistad" en el trabajo porque el problema, apuntó May, no son estas, sino "el abuso de poder".

En esta sucesión de casos de acoso y abuso, el último afectado por la polémica fue el "número dos" de May, Damian Green, que ha calificado de "falsas" las denuncias publicadas en los medios de que la Policía encontró pornografía en su ordenador cuando fue investigado por otro motivo en 2008.
El caso más polémico ha sido el de Fallon, una figura clave en el Gobierno de May, después de que una periodista -Julia Hartley-Brewer- revelase que el exministro le puso la mano en una rodilla en 2002 durante una cena.

También la líder del grupo parlamentario conservador en la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, se quejó al Gobierno sobre Fallon, al que acusa de haberle hecho un comentario "obsceno" hace más de cinco años, algo que el político "tory" ha negado "categóricamente".

Además, se investiga al secretario de Estado de Comercio Internacional, Mark Garnier, a quien su antigua secretaria le ha acusado de haberle pedido que fuera a comprar "juguetes sexuales", mientras que el Laborismo ha suspendido al diputado Kelvin Hopkins por presunto acoso sexual a una joven militante.

También en el seno del Partido Laborista, Clive Lewis ha negado abusos tras revelarse que es investigado por la formación.