"Escribir y leer en varios idiomas ha cultivado mi humildad"

David Guijosa (1981) es poeta y traductor, nacido y residente en Suecia, cursó la Licenciatura de Filología en la Universidad de La Laguna;

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David Guijosa (1981) es poeta y traductor, nacido y residente en Suecia, cursó la Licenciatura de Filología en la Universidad de La Laguna; en la Ciudad de Aguere ha transcurrido buena parte de su experiencia vital; ha publicado libros de poesía y recientemente realizó una lectura de su obra en el Instituto Cervantes de Estocolmo; ha publicado, entre otros, los libros de poemas 'flygbiljetter' (billetes de avión), perteneciente al libro 'Planeta Turista, Poesía Reunida' (Amargord, 2014), 'volvemos en breve' (Playa de Ákaba, 2017); su último libro se titula 'tiempo sin detener' (Trea, 2018). Ha traducido del sueco la poesía de Anne-Marie Berglund, en el libro 'El alba en pedazos' (Alhulia, 2007), y poemas de Tomas Tranströmer y Lasse Söderberg incluidos en 'Ars Poetica' (Pre-textos, 2011).

- Recientemente participaste en una actividad literaria en el Instituto Cervantes de Estocolmo. ¿Cómo se vive la realidad cultural en Suecia desde la condición de emigrante? ¿Qué ha significado en tu itinerario como autor contemporáneo el hecho de escribir en varios idiomas a la vez?
Supongo que hay un choque, un período de ajuste bastante áspero, es un tiempo en el que se busca un espacio y un tiempo en el que poder ser uno mismo sin sentir que te traicionas demasiado. La nostalgia y la sensación de traicionarse es lo más duro, hay que pasarlo, hundirse aquí o volver. Con respecto a Suecia, la cultura de las islas y la sueca son muy diferentes, todos los días que paso en Suecia trabajo para adaptarme. Es un proceso interesante y exigente.

Escribir y leer en varios idiomas me ha ayudado mucho a compensar nostalgias y supersticiones regionalistas, por decirlo de alguna manera. Escribir en varios idiomas, que es también leer y escuchar en varios idiomas, ha cultivado mi humildad.

"La nostalgia y la sensación de traicionarse es lo más duro, hay que pasarlo, hundirse aquí o volver"

- Después de la publicación del libro "tiempo sin detener" con la editorial Trea, ¿en qué proyecto de escritura poética estás trabajando en la actualidad? ¿Qué contacto mantienes con la literatura canaria?
- "tiempo sin detener" junto con el libro anterior “volvemos en breve”, publicado en una edición limitada en la Colección Letras del Mediterráneo del sello Playa de Akaba y al cuidado de Guillermo de Jorge, son un intento por navegar mi traslado vital desde las islas a Suecia y lo que eso significó, son textos más o menos poéticos,  haciendo un recorrido a mi nueva realidad y encajando en ese recorrido mis obsesiones de siempre. Después de pasar ese proceso estoy trabajando en un libro de poemas en sueco, titulado "glosor" (vocabulario).

Mantengo un contacto continuo con la literatura en general y por supuesto, en ese sentido, con la literatura que se hace en Canarias o en cualquier otro lugar. Leo, escucho y veo todo lo que puedo.

- El ámbito de la traducción también forma parte de tu trayectoria literaria, tras la participación en el Taller de Traducción de la Universidad de La Laguna, ¿cuáles han sido los rumbos de esta faceta como traductor al español de autores de relevancia internacional?
Entre otras cosas trabajé con la traducción de los subtítulos de un largometraje documental de Juan Alfredo Amil, "Héroes Modernos", fue una experiencia muy interesante. Más adelante, junto con Albert Herranz, empecé el proyecto  de traducción "Södertexter" que nos mantuvo ocupados un tiempo hasta que por razones personales hemos tenido que ponerlo en pausa. En ese tiempo tradujimos  al español autores y autoras que escriben o escribían en sueco y, a la vez, del español al sueco tradujimos poesía actual escrita en el ámbito español.

En general, intento mantenerme activo en todas mis facetas creativas, incluida la traducción, hay varias novelas de autores suecos que me interesan y me encantaría traducir por el tema que tratan en sus obras, pero no he encontrado el tiempo.

-Tras haber desarrollado diferentes experiencias de creación literaria alrededor del fenómeno turístico ¿Qué opinas sobre la imagen de Canarias residiendo en el exterior? ¿Qué echas de menos de las islas?
Bueno, Canarias desde el exterior, es decir desde el exterior en el que estoy yo y con las limitaciones que eso supone, porque generalizar es al final un ejercicio de estimación muy propenso a la falacia, es básicamente un lugar al que se va de vacaciones. Parece que España en general es también vista como un destino turístico, se va de visita y a vivir después de jubilarse, habría que hacer una buena encuesta para saber algo más. Pero, partiendo de lo que decía sobre que Canarias es solo un destino vacacional, me parece triste que no haya llegado más lejos que a ser un destino de visita o un cementerio soleado para gente harta del frío. Y en eso hay una responsabilidad compartida entre visitantes y anfitriones, que han logrado que Canarias se haya reducido a un detalle de postal y una maquinaria de extracción económica. Hay que seguir trabajando para mejorar esa dimensión tan estrecha que es hoy en día el fenómeno turístico, puede ser mucho más a nivel humano.

Lo que echo de menos de las islas es mi familia, mis amigos, su mar, el ritmo de su gente y su clima, y echo de menos que no me diera las oportunidades profesionales que me ha brindado y me sigue brindando Suecia.
-Y finalmente, además de la escritura poética y la traducción literaria, también estás explorando el mundo de la fotografía. Háblanos del sentido de la imagen en las redes sociales y las posibilidades de la búsqueda de una poética personal a través de los dispositivos electrónicos.
Trabajar con imágenes para mí es importante a nivel poético, como una reflexión más en el lenguaje. Las fotografías que publico en Instagram (@menosletra) pertenecen al trabajo que estoy haciendo con el libro "glosor". Es el intento de aproximarse a la realidad a través de todos los filtros que debemos atravesar para estar en ella y los problemas de incomunicación que eso implica. Los idiomas son uno de esos filtros, la imagen es otro filtro, cómo se produce esa imagen en el móvil (todas las fotos las saco o se sacan con un móvil), y luego cómo eso se inserta en el filtro de comunicación de la realidad que es una red social. Capas de filtros comunicativos para buscar el contacto. En eso indago en el libro "glosor", que es mi intento de comunicación y literatura en sueco, y las fotos son parte de esa indagación. De hecho, las imágenes aún pasarán por un proceso más que todavía no se ve en Instagram, pero para ver cómo todo encaja al final tendrán que esperar a que finalice el proceso. Dicho esto, aquí está solo explicada mi intención, luego lo que vean los lectores es otra cosa, pero bueno, me hago la fantasía de que igual nos entendemos.