Las heridas del coronavirus en la sanidad

AtlanticoHoy / EFE

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Silla de ruedas en un hospital dependencia. / Archivo
Silla de ruedas en un hospital dependencia. / Archivo
En las últimas décadas España ha presumido de su sistema sanitario como uno de los mejores del mundo pero nunca antes se tuvo que poner a prueba tanto como desde hace un año, cuando la pandemia le acorraló con hospitales saturados, ucis desbordadas y unos profesionales sanitarios al límite de sus fuerzas.El tsunami de la pandemia se llevó por delante citas, tratamientos, nuevos diagnósticos, cirugías... que se tuvieron que posponer con unas consecuencias que en muchos casos han supuesto agravamientos del estado de salud de los pacientes de distintas patologías. 

CONSECUENCIAS EN LOS PACIENTES

De hecho, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), durante la primera ola se retrasó el 21 % de nuevos casos no diagnosticados de cáncer porque la covid se ha comportado como "un agujero negro" y absorbió todos los recursos humanos, terapéuticos, tecnológicos y diagnósticos.Más datos de las consecuencias del latigazo del coronavirus en la salud: el 44,3 % de los pacientes crónicos ha sufrido algún cambio en su atención y el 25,2 % ha tenido dificultades para conseguir su tratamiento farmacológico, con datos de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).La covid ha impactado también en patologías como las cardiacas, de tal forma que la mortalidad hospitalaria por infarto de miocardio se duplicó durante la primera ola de la pandemia, pero, además, en este largo año pandémico, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha detectado que "las listas de espera -que han aumentado- se han asociado a un incremento de la mortalidad". 

AUMENTAN LAS LISTAS DE ESPERA

Los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad, que abarcan desde enero a junio de 2020, muestran un aumento en la media del tiempo de espera de 55 días para una intervención no urgente en comparación con el mismo periodo del año anterior.En esos meses se realizaron un total de 716.163 operaciones, lo que supone una reducción de un 36 %. En total, hasta el 30 de junio, 691.508 personas se encontraban en lista de espera, 20.014 más que en el mismo periodo del año anterior.Además, un tercio de los pacientes, el 33,8 %, llevaba esperando su operación más de seis meses, 18 puntos más que en 2019. Cifras todas ellas que para Sanidad eran una muestra del impacto que la primera ola tuvo sobre la actividad habitual de los hospitales.

LOS HOSPITALES, AL LÍMITE

Durante los meses más duros, los hospitales han tenido incluso que improvisar unidades de cuidados intensivos en otros emplazamientos y las autoridades han tenido que adecuar espacios como recintos feriales u hoteles por los miles de casos que ingresaban cada día.Solo en el verano pudieron respirar, pero la vuelta de las vacaciones empezó a asfixiarles otra vez con una segunda ola y otra tercera que no terminamos de dejar atrás. En doce meses las ucis de centros públicos y privados han prácticamente triplicado su capacidad inicial, que era de algo más de 4.400 camas.Son un poco más de 9 camas uci por cada 100.000 habitantes cuando países como Alemania, por ejemplo, tienen unas 30.Sin ese incremento hubiera sido imposible absorber el tercer repunte de la pandemia registrado tras las navidades, en el que la carga de las ucis ha llegado a superar el 40 % solo con pacientes covid; hoy rozan el 25 % con más de 2.500 enfermos ingresados en estas unidades. Un dato que les haría imposible soportar una cuarta embestida del virus. 

LA ATENCIÓN PRIMARIA, CON UNA "PRESIÓN TREMENDA"

Pero no solo los hospitales han soportado el estrangulamiento de la covid, el primer nivel asistencial, la atención primaria, ha sufrido una "presión tremenda", tal y como subraya el presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Antonio Fernández-Pro.Y es que más del 90 % de los pacientes que han tenido que ser ingresados pasaron antes por las consultas de Primaria, según Fernández-Pro.Datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) muestran que en un año "normal", como 2018, los profesionales de Primaria llevaron a cabo alrededor de 31 actos médicos al día, mientras que, por ejemplo, en agosto de 2020 aumentó esa actividad una media del 32 %, con alrededor de 42 pacientes diarios. 

LA TELECONSULTA LLEGA PARA QUEDARSE PERO SIN MEDIOS

Los centros, que han diseñado al igual que los hospitales circuitos para pacientes covid, se han tenido que adaptar a las circunstancias como han podido, y la teleconsulta, según Fernández-Pro "ha llegado para quedarse".El problema, según los profesionales, es la falta de medios.El presidente de la SEC, Ángel Cequier, señala a Efe que la telemedicina se ha usado por necesidad pero "el país no estaba preparado" porque no es solo "coger el teléfono y llamar al paciente", sino que requiere una infraestructura "más extendida y compleja". 

LOS SANITARIOS, EL PILAR DEL SISTEMA

Junto con los mayores, han sido uno de los colectivos más azotados por la pandemia; la población quiso agradecérselo en forma de aplausos cada día a las 8 de la tarde, aunque con el pasar de las semanas el estruendo inicial desde ventanas y balcones se apagó. Pero ellos siguieron trabajando, ola tras ola sin apenas tiempo para recuperarse de una a otra.Mucho se ha hablado de la escasez de sanitarios; el Ejecutivo trató en octubre de paliarla con un decreto que autorizaba a las comunidades la contratación de personal sanitario extracomunitario o que no haya conseguido plaza en la pasada convocatoria de médicos internos residentes (MIR), lo que en la práctica permite añadir unos 10.000 profesionales más al sistema.Al del agotamiento y envejecimiento de la plantilla, Hernández añade otro problema, y es el de los "contratos que dañan la salud de los trabajadores. Contratos de aquí te pillo y aquí te mato, de forma que la respuesta de cuidado al capital humano es bastante pobre". 

LA REFLEXIÓN DE LOS PROFESIONALES

Han sido doce meses de pandemia que han dejado al descubierto las carencias de un sistema, según los expertos, que no estaba diseñado para disponer de golpe de, por ejemplo muchas camas de intensivos, según Hernández.No obstante, sostiene que España contaba "con un servicio sanitario de alta calidad y, además, eficiente porque era más barato y tenía unos indicadores entre los mejores del mundo"."Sigo pensando que el servicio de salud es bueno, entre otras cosas y quizás la más importante, porque es público, universal y tiene un personal extraordinario", argumenta el portavoz de Sespas.Por su parte, Cequier, que lamenta el daño que han hecho los recortes en los últimos años, lo resume así: "La covid lo que ha hecho es descubrir que no teníamos la mejor sanidad del mundo".

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