El estudio, coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona en colaboración con la de La Laguna (ULL), demuestra la relevancia biológica del sexo en los efectos de conducta y neuro-inmuno-endocrinos del envejecimiento acelerado que causado el tratamiento crónico con D-galactosa, informa la ULL en una nota.
La D-galactosa afecta al cerebro de forma diferente según el sexo https://t.co/62Gsbbvq6L #envejecimiento@canalull @UABBarcelona pic.twitter.com/DmrlKUD1iq
— EFEciencia (@EFEciencia) 19 de febrero de 2018
Su neurotoxicidad es debida a la acumulación anormal de ROS, moléculas propias de estrés oxidativo y AGEs, lípidos y proteínas modificados tras su exposición a azúcares, ambos relacionados con la aceleración del declive funcional multisistémico que ocurre durante el envejecimiento.
"La dificultad en la investigación en los modelos de envejecimiento acelerado con la D-galactosa estriba en que sus efectos neurotóxicos a nivel bioquímico no siempre se traducen o pueden ser observables a modo de síntomas a nivel conductual", indica Lydia Giménez-Llort, investigadora principal del proyecto.
Agrega que en este estudio se han podido constatar algunos de ellos de manera contundente y observar diferencias importantes entre el sexo masculino y el femenino
A partir de doce pruebas han evaluado los campos sensorial y motor, emocional y cognitivo, además de explorar los efectos en el sistema neuro-inmuno-endocrino, determinante para precisar la capacidad vital o edad biológica de los individuos.
Los resultados señalan la existencia de diferentes umbrales de sensibilidad dependientes del sexo en la capacidad funcional de los animales para cumplir con el rendimiento requerido por las tareas, de manera que la D-galactosa ejerce efectos pro-envejecimiento a nivel sensoriomotor y en el sistema inmunoendocrino en machos, mientras que las hembras muestran alteraciones en el rendimiento motor y en algunos procesos de aprendizaje y memoria espacial -capacidad de registrar información sobre el entorno y la orientación-, dependientes del hipocampo y del cerebelo.
"Los resultados más sorprendentes son los de la dosis baja de D-galactosa, que parece desencadenar efectos positivos en los machos, como un mejor aprendizaje y memoria, mientras que las hembras siguen la dosis-respuesta conductual esperada, un peor aprendizaje motor y espacial, aunque luego mejoran algunos aspectos de la memoria", añade Rafael Castro, investigador de la ULL y coautor del estudio.
La #ULL y la @UABBarcelona demuestran que la D-galactosa afecta al cerebro de forma diferente según el sexo en el envejecimiento: https://t.co/WwMWnqOVLQ #ciencia #investigación #universidad #medicina pic.twitter.com/PCyLkcWOHr
— ULL (@CanalULL) 19 de febrero de 2018
"En los últimos años la medicina específica del sexo alerta sobre la necesidad e importancia de investigar teniendo en cuenta el sexo y el género, así como considerar el factor edad, para lograr tener un mayor conocimiento de la biología a lo largo de nuestra vida y hacer una medicina más personalizada", agrega Giménez-Llort.
Por ello insiste en que el estudio demuestra esta necesidad y abunda en la idea de que los sexos masculino y femenino deberían considerarse como dos escenarios naturales excepcionales donde estudiar el papel de los factores biológicos, psicológicos, sociales y medioambientales, su interacción funcional y su impacto en la intercomunicación de las redes homeostáticas, las que garantizan el equilibro en la salud y que están afectadas en la enfermedad, a lo largo del ciclo de vida.
"Los resultados más sorprendentes son los de la dosis baja de D-galactosa, que parece desencadenar efectos positivos en los machos, como un mejor aprendizaje y memoria, mientras que las hembras siguen la dosis-respuesta conductual esperada, un peor aprendizaje motor y espacial, aunque luego mejoran algunos aspectos de la memoria"
La investigación contribuye también a profundizar en la importancia del estudio de los determinantes biológicos y ambientales, así como de los diferentes estilos y hábitos de vida cuando el proceso de envejecimiento avanza y merma paulatinamente las capacidades funcionales de un organismo que empieza a ver limitada su capacidad biológica antioxidante para contrarrestar los desequilibrios propios de la edad.