Historia de un matrimonio es una tarta. Es una tarta que ves en el escaparate de una pastelería de La Laguna. Que planteas un largo rato en comprar. Que compras y que llevas con cuidado a tu casa tanteando los posibles sabores que se esconden y que puede que no vieras a simple vista. En mi imaginación ese sabor es cítrico, porque en mi imaginación Historia de un matrimonio es cítrico.
La película de Noah Baumbach (lectores, intenten no olvidar este nombre) nos habla del Sistema y de sus debilidades, del Matrimonio y sus debilidades, con un intimismo que obliga al lector a ensuciarse con lo que ve. Scarlett Johansson y Adam Driver son dos personas rotas en la pantalla. Ella, Nicole, es una actriz brillante con una opinión en segundo plano. Él, Charlie, es el director que todo joven sueña con ser, pero quien tiene ahora que enfrentarse al cambio, a meter los dedos en la tarta y pringarse para saber cuáles son sus ingredientes.
Óscar a mejor escena
Si hubiera una categoría a mejor escena este año la ganadora sería indiscutible. Sin improvisaciones, este momento de Historia de un matrimonio pasará a la historia por quebrarnos el alma.
Gran escena!! Historia de un Matrimonio pic.twitter.com/zrMjQ2PGUa
— Gladis López Blanco (@GladisLopezB) January 13, 2020
La actuación de ambos te deja quieta en el sillón esperando que venga alguien a rescatarte a lo Oficial y Caballero, es entonces cuando aparecen Laura Dern, Ray Liotta y Alan Alda como abogados de las partes. Pero no es para recatarse, sino para hundirte un poco más. Ellos son los malos, los manipuladores, quienes revientan el cariño y las miradas cómplices de quienes alguna vez durmieron abrazados. Ellos son el abismo que separa la intimidad de Charlie y Nicole. Ellos son el abismo en el que van a parar las relaciones. El atajo duro, más bien. “Cuando todo esto acabe tendrán que solucionarlo los dos juntos”, dice Bert Spitz, abogado de Charlie. Es el único en la película que sabe lo que es el desgaste emocional de un divorcio y obviamente es ignorado.
Laura Dern como Norah Fanshaw
Historia de un matrimonio es otra tarta agria con la que ríes y te estremeces a partes iguales. De esas películas cuyo final montas tú mismo en tu cabeza para poder encontrar un sentido. La apuesta de Netflix por películas profundas y con mensaje parece atisbar que nos volveremos a quedar 'estaqueados' en el sillón esperando a que vengan a salvarnos, a lo Oficial y Caballero.