Baby, la mitificación de la prostitución

La nueva serie de Netflix habla de uno de los escándalos sexuales más importantes de Italia dando de lado la crítica social

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Juguemos a una cosa. Juguemos a que tienes 14 años y vives en Roma. No en cualquier parte de Roma sino en el mejor barrio, donde está el mejor instituto, ahí donde también estudias. Todos los días te llevan en coche y en la puerta del centro ves a los padres y madres de tus compañeros/as que pertenecen a la élite de la sociedad romana. Tú te crees uno de ellos. Tienes 14 años y formas parte de un mundo que todavía no entiendes pero te han enseñado que es importante pertenecer a él. Un día, en el coche, tu madre te cuenta algo- pero no se lo digas a nadie. Ese colegio, ese uniforme, ese coche, esa élite tiene un precio, como las golosinas tienen un precio. Un precio que no está a su alcance. Pero qué podría. 

Juguemos ahora a que buscas en Google 'dinero fácil'. Eres la misma joven de 14 años, pones en el buscador soldi facili y te lleva a un anuncio de Nunzio Pizzacalla y de Mirko Ieni. No sabes quiénes son pero te prostituyen y tu madre te anima a ello para poder pagar el instituto.

El relato es sórdido y de hecho es uno de los escándalos sexuales más importantes de Italia en el que 20 menores fueron prostituidas. Se conoció como Baby squillo (prostituta infantil) y llamó la atención la historia de dos niñas de 14 y 16 años que se vendían para pagarse ropa de marca y móviles de última generación.

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Sí, el relato es miserable, pero aun así Netflix no ha tenido ningún tipo de remordimiento a la hora de llevar Baby a su plataforma, no a modo de documental crítico o de película biográfica, sino como una serie de adolescentes que como bien critica el Centro de Explotación Sexual de Estados Unidos idealiza la prostitución y la hace fingir glamurosa.

Antes siquiera de que se grabara la serie Netflix ya tuvo que dar explicaciones. "La serie está basada en hechos reales y narra las vivencias de unos jóvenes romanos que desafían las convenciones sociales en busca de la independencia y una identidad propia a través de amores prohibidos, presiones familiares y secretos compartidos", declaraban (Fuente El País). Pero tras su visionado no encontrarás ni desafío a convenciones sociales, ni independencia y mucho menos una identidad propia que se forja a base de amores prohibidos. 

Realmente lo que te encuentras es cómo han malversado la historia de unas jóvenes que perdieron la juventud por poseer unas aspiraciones que no deberían hacer propias y que en realidad se escapan a su alcance. La serie se llena de estereotipos juveniles a los que intentan dotar de sentido feminista pero que se quedan muy cortos. Según la serie: las jóvenes con las jóvenes, si hay un chico en tu grupo de amigas es porque es gay, si una chica no es tu amiga entonces es tu enemiga y si estás estresada lo mejor es salir a beber y fumar. Todo unido al hecho de que las protagonistas llegan a prostituirse explícitamente y no hay ninguna trama moral al respecto.

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En pleno #MeToo la plataforma online con más contenido para jóvenes de la red ofrece una historia que parece defender que un empresario utilice a menores para atraer a otros hombres (claramente pederastas, lo cual no se menciona en ningún momento), a sus locales. Tampoco se menciona que en este escándalo estuvieron implicados deportistas, empresarios y políticos italianos entre los que se encuentra Mauro Floriani, marido de Alessandra Mussolini, política italiana y nieta del dictador.

Lo que está claro es que ahora hay 20 jóvenes italianas que pueden entrar en Netflix y ver cómo la plataforma ha sacado partido de su historia de prostitución malversándola y mitificándola con un fin que no está del todo claro. Sin cuestiones morales que responder o una idea que inspire a las nuevas generaciones a ser mejores personas, ni siquiera una crítica a proxenetas. 
Sin duda el dinero más fácil de la plataforma.