“Salir de la zona de confort es interesante, necesario y excitante”

EN PRIMERA PERSONA: Aarón Gómez es uno de los grandes rostros del humor en Canarias. En breves fechas presentará nuevo espectáculo bajo el título 'No estoy de humor'

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Aarón Gómez es uno de los grandes rostros del humor en Canarias... y poco a poco gana presencia con sus espectáculo en tierras peninsulares. Considera que la propuesta humorística que se hace en las Islas es perfectamente exportable a la Península. En breves fechas presentará nuevo espectáculo bajo el título de 'No estoy de humor' en el Paraninfo de La Laguna.


-El humor para usted es…
Un sentido más. A través de los sentidos nos relacionamos con el mundo, lo entendemos. Sin humor, como sin empatía, es imposible filtrar toda la información que recibimos.

- ¿Hay algo sobre lo que nunca haría humor?
En petit comité suelo reírme de casi todo, sobre todo de las cosas más horribles, porque es la manera que tengo de sobrellevarlas. Pero tengo cuidado de no herir, creo que todo altavoz conlleva una responsabilidad, cuando el humor se convierte en burla, cuando está cargado de odio, por definición deja de ser humor, es bullying como dicen ahora, humillación. Aún así es un tema complejo, porque vivimos épocas de piel muy fina y también creo, como receptor y no como emisor de comedia, que cuando algo me ofende debo encontrar los mecanismos para digerirlo antes de intentar censurarlo. Cuando alguien no es capaz de entender sus emociones intenta callar al que las provoca.  De todas formas yo no hago ese tipo de humor en escena, aunque puede que más joven lo hiciera, ni me acuerdo, era menos cerebral, pero ahora no va conmigo, no me nace, y no es que lo medite y me auto censure, es que no me apetece e intento hacer lo que me apetece.

- ¿Debe haber límites en libertad expresión, como el polémico casi de Dani Mateo sonándose en la bandera?
Estoy meditando mucho sobre este tema y sigo aprendiendo, como nadie, carezco de la verdad absoluta y solo cargo una opinión que va mutando como va mutando la sociedad.  Hay una afirmación sencilla, antigua y creo que muy práctica: la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. Es una cuestión de empatía. La broma de Dani Mateo a mí no me hizo gracia, pero no porque me ofendiera, creo que hay pocas personas que puedan ofenderme y las tengo cerquita, sino simplemente porque no me hizo gracia, y ya. Es una interpretación personal pero creo que buscó transgredir, tirar gasolina a un incendio que está consumiendo el país y claro, se quemó, era una cuestión matemática. Pero creo que en un país libre puede hacerlo y también debe asumir las consecuencias sociales, que supongo esperaba.

- ¿En qué grado el humor también puede ser político?
El humor debe hacer gracia, y para ello los temas más serios siempre son los que encuentran más rápidamente el “click” que genere la explosión de la carcajada. En los entierros siempre hay un corrillo contando chistes, porque hace falta soltar presión. La política casi siempre es algo tenso y es ahí donde la comedia surge con facilidad, tanto en lo revolucionario como en lo práctico, en el simple hecho de no morir de estrés muy jóvenes. Pero como te dije antes, tampoco me nace el humor político, aunque en alguna ocasión ha aparecido, de un lado y del otro, porque nos han dejado la pelota botando. Pero hoy por hoy intento no dejar que mi ideología política, que la tengo, influya en mi comedia, prefiero hacer algo que funcione hoy y dentro de veinte años, intento no caducar con lo casi imposible que es eso, porque creo que el público que viene a verme quiere evadirse de la actualidad que nos martillea incesante. Pero como en todo, hay humoristas para todo y para todos, y eso es genial.

- ¿Qué recuerda de su primera actuación?
Nervios, ¿qué hago yo aquí?, ¿quién me manda?...y luego sentirme en mi elemento, libre, desconectado, fluido. Recuerdo recibir la carcajada del público y pensar, solo quiero hacer esto el resto de mi vida. Miro con nostalgia como funcionaba mi cabeza, en parte, en aquellas épocas de menos pensar y más lanzarse.

"La comedia está implícita en todos lados, solo hay que saber mirar. A veces creo verla donde no está y me confundo, pero errar también es una parte importante del aprendizaje de las herramientas humorísticas"

- ¿Cuál es el peor momento que haya pasado sobre un espectáculo?
Recuerdo estar empezando una obra de teatro que, francamente, no me gustaba nada. Un teatro lleno a reventar y sentirme incapaz de defenderla. Me dio un ataque de ansiedad que casi me hace abandonar la escena, me sobrepuse y seguí adelante, pero sentía esa energía del público que está viendo algo que no le gusta. Lo pasé fatal pero me sirvió para tomar direcciones en el futuro.

- A menudo presenta sus espectáculos en Madrid. ¿Qué valoración hace de esas experiencias?
Salir de la zona de confort es interesante, necesario y excitante. Si ya viajar siempre nos abre el coco, hacerlo para además enfrentarte a un público distinto lejos de casa no hace más que sumar a la experiencia como entretenedor.

- ¿Es exportable 100x100 el humor que se consume en las Islas?
Sí. Como dicen los compañeros del Supositorio, no hacemos humor canario, somos canarios haciendo humor. Hablamos de lo que conocemos, pero si consumimos durante años humor de Albacete con los chanantes o humor británico con los Python, no hay nada que impida exportar humor con acento canario.

- ¿Cómo hace un humorista cuando tiene un mal día tiene que trabajar haciendo reír?
El oficio sale, supongo que como en cualquier otro trabajo, en el nuestro el handicap es que trabajamos generando energía que cambie la situación de seria o normal a cómica, y hacerlo con un mal día, un dolor o un enfado exige gasolina extra. Pero siempre hay algo que ocurre, que se genera que lo hace posible. El público nos alimenta, literal y figuradamente.

- ¿Cómo es el proceso de creación de un espectáculo? ¿Qué les inspira?
A veces es simplemente algo que ocurre alrededor, que sabes que es una pequeña mina de oro. Otras surge en el momento, en el propio escenario. La comedia está implícita en todos lados, solo hay que saber mirar. A veces creo verla donde no está y me confundo, pero errar también es una parte importante del aprendizaje de las herramientas humorísticas. Puede ser que los humoristas seamos solo interpretes, o deformadores, o…no se, no tengo ni idea, a lo mejor solo idiotas.

- ¿Es Kike Pérez su pareja perfecta?
Las parejas perfectas son aquellas que se trabajan, en ese sentido, sí, Kike es un lujo, un tío muy gracioso con el que corro el riesgo de desaparecer en escena, ha habido mucha conversación entre ambos para equilibrarnos, aportamos cosas distintas y restarnos un poco en pro del dúo hace que al final se sume. Pero nos entendemos, nos queremos y sobre todo conseguimos algo fundamental, que es pasarlo bien sobre las tablas, cosa que el público nota.

- ¿Existe machismo en la escena del humor?
Existe machismo en todos los estratos de la sociedad. Hay mucha gente trabajando en su conciencia para que eso cambie poco a poco. En el gremio se habla mucho de esto, con las compañeras, que son cada vez más y muy graciosas. Hay una inercia masculina en casi todo, que está cambiando muy despacio, supongo que queda tiempo para igualar las cosas pero espero que estemos caminando el sendero correcto.