Señoras y señores, con el Imperio Británico hemos topado. Nunca mejor dicho, Canarias es ahora mismo el perro flaco, al que todo son pulgas. Lo que pasa es que el mordisco de la pulga del Reino Unido es doloroso e insoportable. Estos hijos de la Gran Bretaña o de la Pérfida Albión, nos la volvieron a jugar anoche.

Dios Salve a la Reina, porque ella no nos va a salvar a nosotros. Y menos aún el Gobierno Conservador del Periodista Boris Johnson, inestable y errante donde los haya. El día en que el Sector Turístico brindaba con champan por la autorización de los test de antígenos a los turistas, nos quedamos sin turistas otra vez. Los ingleses nos volvieron a quitar de los “corredores seguros”, exigiendo a sus ciudadanos, nuevamente, la cuarentena al volver.

Sinceramente creo que el Sector está gafado y ni peregrinar mil veces a la Virgen de Candelaria, le va a dar oxígeno a este asunto. Las casi ínfimas esperanzas de salvar al menos unos cientos de miles de visitantes, las tiró ayer el Gobierno de su Graciosa Majestad por la taza del váter. ¿Qué esperaban de unos tipos fríos, que solo ven estadísticas y números?

Nuestros contagios y fallecidos suben, y ellos, a pesar de tener en su país un nivel de contagios que casi duplica el nuestro, desaparecen del mapa. El británico viene en su mayoría a Tenerife. Nada más que decirles, ustedes son personas inteligentes. Los que tienen el sueldito seguro, y alguna formación política anti todo, incluido nuestro actual modelo turístico, estarán tranquilos y hasta contentos.

He vivido allí, y es verdad que los ingleses son raritos y hasta medio toletes, pero seamos claros, nosotros nos hemos “buscado la ruina” y montado un buen “mierdero” (como dicen los colombianos) del que no sé si vamos a salir enteros. Ah...y este fin de semana, cuando muchos estén preparando la fiesta, y el alcohol y el amor corran por sus venas, que recuerden donde dejaron la tarjeta del paro. Me temo, que los próximos meses, la van a manosear bastante.