En Canarias hay una alta prevalencia de amebas de vida libre en aguas y suelo y se registran cada vez más casos de queratitis, sobre todo entre usuarios de lentes de contacto. Sin embargo, se desconoce si los casos de encefalitis registrados en las islas se deben a una ameba, pues cuando no se encuentran virus o bacterias se considera que esta enfermedad no estaba diagnosticada previamente o es de origen desconocido.
Este Instituto de la Universidad de La Laguna cuenta con un Laboratorio de Amebas de Vida Libre que se prepara para acreditarse como centro nacional de referencia en este ámbito, aunque en la práctica actúa como tal desde hace unos diez años pues pertenece a la Red de Investigación Cooperativa en Enfermedades Tropicales, afirma en una entrevista a EFE su director, Jacob Lorenzo-Morales.
En el Laboratorio se reciben muestras procedentes de todo el país de posibles casos de queratitis o encefalitis para determinar si el causante es una ameba de vida libre, explica el investigador.
Se trata de un grupo de protozoos, los animales más antiguos en el planeta, y se dividen entre las que practican el parasitismo, pues necesitan otro organismo para vivir, y las que no, que son las de "vida libre". Estas últimas viven en el ambiente y pueden parasitar a otro organismo si así lo deciden, detalla Jacob Lorenzo-Morales, quien precisa que el Centro para el Control de las Enfermedades de Atlanta (Estados Unidos) considera a las amebas de vida libre patógenos "emergentes", pues cada vez hay más casos a nivel mundial de afecciones causadas por sus diversos géneros.
Una de ellas es la Acanthamoeba, que vive en agua y tierra y que puede colonizar las lentes de contacto, con lo que degrada la córnea hasta provocar una queratitis que podría desencadenar incluso en ceguera.
De esta forma pueden producir una encefalitis, una inflamación del cerebro, capaz de provocar una muerte muy rápida, entre uno y siete días después de la infección. De ahí que en EE.UU. se les denomina ahora amebas comecerebros (brain eating Amoebae).
Jacob Lorenzo-Morales indica que en Estados Unidos aumentan los casos de niños y jóvenes que contraen una encefalitis letal tras zambullirse en parques acuáticos, lagos o ríos sin control de amebas, y también se ha incrementado la investigación en este ámbito porque el problema de estos patógenos es su capacidad de formar una fase de resistencia (quiste).
Lorenzo Morales precisa que en España no hay normativa que considere la presencia de estos patógenos en aguas, mientras que en Australia o México se ha establecido que debe haber "cero amebas" por litro de agua de abasto y recreo.
Los investigadores del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública colaboran en este aspecto también con los veterinarios, que envían muestras de animales cuando no se identifica un agente patógeno que ha causado una enfermedad mortal, y se han encontrado, sobre todo en gatos y perros, que era provocada por amebas.
De hecho, el año pasado se encontró la primera encefalitis por ameba de vida libre en un perro, añade Jacob Lorenzo-Morales, quien detalla que los animales pueden infectarse al empaparse el hocico de agua en charcos o fuentes.
Pero no se contrae una infección causada por amebas por beber agua del grifo, ya que éstas son eliminadas por los ácidos del estómago, tranquiliza el investigador.
No obstante, también advierte de que las amebas actúan además como "caballo de Troya", pues algunas de ellas son capaces de portar virus y bacterias y virus "realmente" patógenos, como la Legionella o el adenovirus que causa diarreas.
Al respecto el investigador detalla que en un estudio a punto de culminar sobre la proporción de amebas de vida libre en aguas de recreo y de abasto en Canarias, que fue financiado hasta diciembre de 2016 por la Fundación CajaCanarias, se ha encontrado que hay un porcentaje bastante alto de estos organismos, y muchos infectados por virus y bacterias.
También con el Departamento de Biología Marina de la Universidad de La Laguna se ha colaborado para estudiar eventos de mortalidad repentina en erizos de mar sin ningún patógeno evidente que los provocase, y en los que también se encontró la presencia de una ameba de agua cálida.
Basilio Valladares: “El Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de la ULL es una obra de todos” https://t.co/dj4uCnkeRq
— ULL (@CanalULL) 2 de marzo de 2016
🔬🌡El Instituto de #EnfermedadesTropicales y #SaludPública de #Canarias es #investigación #desarrollo e #innovación#ULLdivulga#CienciaULL pic.twitter.com/2slMM4qmPS
— ULLmedia (@ULL_media) 11 de enero de 2017