Este verano, conecta contigo

Para poder estar presente en lo que hago, la extenuación y el agotamiento físico y/o mental, no son el camino.

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Es probable que en estos días estés disfrutando de tus merecidas vacaciones. Quizás estén cerca o, por el contrario, aún tengas que esperar para poder gozar de este deseado tiempo de descanso.

Quiero compartir contigo que durante mucho tiempo no entendía esa necesidad de desconectar y, de hecho, era de las que esperaba y me adaptaba a las necesidades de otras personas, las iba posponiendo, me incorporaba antes al trabajo si era necesario, etc.

Con los años he aprendido a escucharme y atender más mis necesidades. Una de ellas es descansar y desconectar. Que conste que de vez en cuando me lo salto y, cuando voy un paso más allá, me siento menos creativa, más aturdida, me cuesta más conectar las cosas, me siento irascible y no puedo prestar la atención que quiero a las cosas del día a día. En definitiva, me resulta mucho más difícil mantener mi centro y estar conectada.

Así que, cada día que pasa, tengo más claro que para poder estar presente en lo que hago, la extenuación y el agotamiento físico y/o mental, no son el camino. Al menos no es lo que, en este momento, quiero para mí.
También soy consciente de que este es uno de los peligros de hacer lo que me hace feliz, y considerar el trabajo una aventura o una fiesta. De ahí que alguna vez cruce esa línea.

En los últimos veranos he ido mezclando descanso con aprendizajes y experiencias. Esto me da la posibilidad de seguir nutriendo mi cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Te cuento en que he puesto el foco, por si te sirve de ayuda para este verano.

1.- Cuidar la alimentación. El año pasado estuve en el Instituto de Salud Natural Ann Wigmore, en Puerto Rico. Toda una aventura descubrir la alimentación crudivegana. Este es un tema que siempre me ha atraído y voy incorporando cosas de diferentes corrientes. Así que, aprovecha para curiosear e incorporar nuevos hábitos alimenticios. Mi gran descubrimiento en este sentido ha sido que a través de la alimentación puedo, no sólo equilibrar mi energía sino, también, mi estado emocional.

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A través de la alimentación puedo equilibrar también mi estado emocional| IMAGEN PROPIA

2.- Actividad física. Yo aquí soy fija-discontinua. Sin embargo, me siento infinitamente mejor cuando incorporo cualquier actividad física con constancia. No sigas aplazándolo: si no quieres correr, camina; si no quieres hacer senderismo, date la oportunidad de hacer paseos largos; si no quieres apuntarte a la piscina, disfruta de nadar y flotar en el mar. Bailar también es una maravillosa opción.

3.- Haz eso que llevas mucho tiempo aplazando. Lee el libro que tanto tiempo lleva sobre la mesa de noche; visita a ese/a amigo/a con el que llevas un año intentado quedar; ve a cenar a ese restaurante del que tanto te han hablado; visita un lugar diferente; etc.

4.- Busca espacios para conectar con la naturaleza. Tenemos la gran suerte de vivir en una tierra mágica llena de rincones de una belleza indescriptible. El sol, el mar, la montaña son lugares en los que podrás cargar las pilas y salir renovado/a.

5.- Encuentra espacios para disfrutar del silencio, de tu voz interior y de tus pensamientos, sin ruidos externos o interrupciones.

El verano, igual que los comienzos de año, son momentos vitales en los que nos proponemos incorporar nuevos hábitos y espacios que nos ayuden a conectar con nuestro ser. Son esos momentos “escusa” en los que, cuando logramos incorporar nuevas rutinas, generan cambios indispensables para que nuestro día a día sea un camino hacia nuestro crecimiento personal o profesional.

No olvides nunca que, solo haciendo cosas diferentes obtendrás diferentes resultados.