Santiago Negrín

Opinión

Entre tijeras y pactos...

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Un conocido cargo público me dijo: “carajo, eso es abrir la Caja de Pandora”, cuando escribí, la semana pasada, lo de congelar incluso recortar el sueldo a los empleados públicos. Efectivamente, tocar los sueldos de los funcionarios, en el sentido que sea, es un “mierdero” impopular en el que ningún político quiere verse envuelto. Pues el Presi Ángel Víctor (conocido como el “extintor”), ya ha dicho que sí, que probablemente eso va a ocurrir, por impopular que sea.Aviso a navegantes, textual: “Si no tenemos recursos, habrá que hacer recortes, si la Economía lo exige”. Y sí, me da a mí que la economía lo exige. Blanco y en botella, no es vino de La Matanza. El Presi subiendo el tono: “Aquí no tenemos una caja como el Rey Midas, para sacar fondos”. Listo para sentencia: o se congela el sueldo o se les baja a los empleados públicos, porque además ya hay antecedentes de sobra.Tanto el Presidente como el propio Consejero de Hacienda, el Vice Román Rodríguez, se habían mostrado hasta este pasado mes de agosto (las hemerotecas son ruinitas) absolutamente contrarios a cualquier modificación del gasto público, aduciendo que esto no entraba en las políticas de un Gobierno Progresista. Como cambia el cuento...Casi mejor, para los 70.000 empleados públicos que merodean por la administración, que se les congele el salario, porque si se aplica la revisión del IPC, tal y como está el consumo (asustado y metido dentro de la cueva de Alí Babá...), igual hay que bajárselo. Yo siendo funcionario, no protestaría demasiado no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad.La verdad es que el bueno del Presi Torres, estaba desatado ayer. El hombre se tiró también al charco del futuro del Pacto Floripondio diciendo que creen que terminarán el mandato, pero: “Canarias es una tierra donde los Gobiernos, por referencia histórica, no terminan sus mandatos y que ojalá éste pueda ser una excepción...”.¿En qué quedamos, acabamos la fiesta o cerramos el chiringuito por primavera? Uy Sr. presidente, eso se llama “enseñar la patita por debajo de la puerta”, como hacía el lobo feroz, salvo que usted no es un lobo feroz (no es su talante...) ni tiene a Caperucita detrás de la puerta. Todo está por ver.