Muchas particularidades y peculiaridades merecen una descripción.
El núcleo fuerte –agrega– es esa ubicación del viñedo en la finca de nuestro abuelo, en la que se dio otra vez el impulso necesario al proyecto. La fase final era rematar con la bodega a la entrada del viñedo, en plena entrada de carretera general de acceso a Vilaflor y al Teide; por esa zona pasan buena parte de los millones de turistas de la Isla, con un potencial enorme para el concepto en alza del enoturismo. Mientras no se desarrolla el proyecto, la bodega está radicada en la casa familiar, de 1790, en el casco histórico de San Miguel y catalogada como Bien de Interés Cultural. Tiene otro tipo de encanto y ha puesto de acuerdo a la familia para que todos estuviéramos en la misma línea.
Encanto especial también en el estilo y diseño de etiquetas.
Es muy importante la imagen y el diseño. Todo lo que nos gusta lo es por impacto de la fase visual y hemos optado por hacer algo elegante pero que llame la atención, que refleje una marca sencilla pero reconocible en las distintas gamas. Está esa más divertida con nombre de animales como La Jirafa, y un packgaging actual y potente como es el caso de Bambú -en este caso del perro sí existe y vive en la finca-, un buen vino, una imagen divertida y que rompe los esquemas.