El Tenerife tira la toalla

Paupérrimo. Así podría definirse, una semana más, el juego del CD Tenerife. Los blanquiazules no pudieron sumar de tres ante el Reus y dejaron escapar las pocas opciones que quedaban vivas de alcanzar los playoff. Villar igualó el tanto inicial de Jorge Miramón, pero luego los insulares no supieron encontrar la tecla del éxito. 

Los primeros 45 minutos volvieron a mostrar la peor cara del conjunto blanquiazul. Una semana más, el cuadro dirigido por Joseba Etxeberria saltó al terreno de juego de manera dubitativa. Tanto fue así, que los locales se adueñaron rápidamente del control del esférico. 

La figura de Yoda comenzó a emerger en el Municipal de Reus. El veloz extremo era un constante quebradero de cabeza para la zaga tinerfeña. Solamente la figura de Dani Hernández evitaba que los catalanes inauguraran el electrónico. 

Sin embargo, en el minuto 11 de partido llegó el primer zarpazo. Un balón colgado al área insular fue despejado de manera errática por los defensores tinerfeños. De ello se aprovechó Jorge Miramón para, con un zapatazo fortísimo, fusilar las redes de la meta defendida por el arquero visitante. 

Pasaban los minutos y la dinámica no variaba. Hasta que en el minuto 22 llegó la jugada que lo condicionó todo. Olmo, capitán del Reus, vio la cartulina roja directa por una supuesta agresión sobre un contrario. A partir de aquí, el Tenerife se lanzó a por la igualada. 

Fue en ese entonces cuando Villar cogió galones. El atacante andaluz, recuperado totalmente de sus problemas físicos, recibió el cuero en banda derecha y sacó a relucir su magia. Recortó a su par y superó la estirada de Édgar Badía con un remate de exterior exquisito. 

Tras el paso por vestuarios el duelo bajó enteros. Demasiados. Y es que pese a jugar con un futbolista más, el Tenerife no encontró manera alguna de hacer daño a su rival. Más bien era su contrincante el que merodeaba la portería blanquiazul. 

La entrada al verde de Fran Carbiá supuso una botella de oxígeno para los catalanes. El atacante buscó a Luis Pérez y le ganó la partida en cada uno de los enfrentamientos. Solo su falta de eficacia de cara a gol evitó que el Reus se adelantara. 

Etxeberria por su parte buscó un cambio radical con los cambios. Sin embargo, el técnico vasco no encontró respuesta por parte de sus pupilos. Tanto fue así, que Édgar Badía fue un mero espectador en el segundo tiempo. 

Finalmente el Tenerife sumó su quinto encuentro consecutivo sin conocer la victoria. Dejando escapar así, las pocas aspiraciones que quedaban vigentes para poder colarse en los puestos de playoff durante el final de temporada.