Presión más efectiva, mejor circulación de balón, más solidez (aunque Dani interveno con frecuencia), mayor agresividad en ataque, una verticalidad notable, puntería en el remate... El nuevo Tenerife de Joseba Etxeberria resolvió alguna asignaturas pendiente de la última etapa de la 'era Martí', pero, más allá de algún momento de desequilibrio defensivo, volvió a suspender en una faceta que amenaza con crear psicosis: el lanzamiento de un penalti.
El Tenerife ha fallado sus cinco últimos penaltis... con cinco lanzadores diferentesEl Tenerife 17-18 va camino de establecer un nuevo récord mundial: ha fallado los cinco últimos penaltis que ha tirado. Y además, lo ha hecho con cinco lanzadores diferentes. Desde que Juan Carlos batiera a Torgnascioli (Lorca) el pasado mes de octubre, por el que debería ser punto fatídico para el adversario han pasado Malbasic, Suso, el propio Juan Carlos, Aitor Sanz y Juan Villar, sin que ninguno haya acertado a convertir su disparo en gol.
La estadística demuestra que tiradores hay de sobra. Porque, antes de fallar, Suso, Malbasic y Juan Carlos ya habían transformado un penalti esta misma temporada. Y el capitán marcó las tres penas máximas de las que dispuso en el anterior ejercicio. Y ausente Suso, fue Aitor Sanz quien anotó el curso pasado el decisivo lanzamiento que ejecutó contra el Oviedo. Además, Villar se mostró acertado en pretemporada en el derbi ante Las Palmas.
A favor del Tenerife 17-18 hay que decir que sólo los errores de Malbasic (Osasuna) y Aitor Sanz (Barça B) han costado puntos. Mientras, los fallos de Suso (Cultural) y Villar (Córdoba) fueron corregidos de inmediato y esas acciones terminaron en gol, con tantos marcados por Longo y Casadesús. Y el error de Juan Carlos (Albacete) no tuvo peso final en el marcador, pues el Tenerife remontó ese partido con dianas del propio Juan Carlos y Casadesús.
La decisión de definir el próximo lanzador corresponde a Etxeberria, que hasta podría optar por un nuevo ejecutor, pues en la recámara quedan Longo y Casadesús. El ariete italiano marcó dos penaltis la temporada pasada con el Girona, mientras que Casadesús exhibió buenos porcentajes como lanzador de penas máximas durante su etapa en el Nástic o el Mallorca. En los pies del próximo lanzador queda la misión de que el problema no se convierta en psicosis.