El primer intento

Luis Padilla nos habla este lunes de la primera oportunidad que tuvo el CD Tenerife de competir en categoría nacional con al acceso a la liguilla de ascenso a Segunda División.

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Antes de ganarse un puesto en las categorías nacionales en el año 1953, el CD Tenerife ya intentó acceder al fútbol profesional. La primera oportunidad la tuvo tres años antes, después de que la Federación Española de Fútbol autorizara al “campeón regional de Tenerife” y al “campeón regional de Las Palmas” a disputar una fase de ascenso a Segunda División con Ceuta, Melilla, Toledo e Imperial de Murcia, representantes peninsulares –o norteafricanos– de los grupos de la zona sur de la Tercera División.

Pese a la ignorancia geográfica mostrada por los dirigentes federativos nacionales a la hora de distinguir la provincia de la región, en el Archipiélago se acogió la medida con satisfacción. En Gran Canaria, además de satisfacción hubo movimiento: sus cinco mejores equipos, con el Marino y el Victoria a la cabeza, aprobaron la creación de un 'equipo único' que reuniera a sus mejores futbolistas. Y así nació la UD Las Palmas. Mientras, en Tenerife hubo un amago de unión liderado por Iberia y Price que no fructificó.

Y luego también hubo mucha controversia. Tan pronto se alcanzaba un acuerdo para que el CD Tenerife fuera el representante insular en la liguilla de ascenso… como se aseguraba que ese derecho correspondía “al campeón regional”. Así que el torneo empezó sin saber si habría premio para el primer clasificado o si ese derecho estaba ya asignado a la entidad blanquiazul, que tenía la ventaja de tener un Stadium de su propiedad. Las dudas se pagaron con la disputa de un campeonato agotador, con diez jornadas en poco más de un mes.

Al final, como el “campeón regional” fue el 'designado' CD Tenerife, no hubo dudas sobre el representante insular en esa liguilla. Y justo es decirlo, los blanquiazules contaron con la colaboración del Hespérides, que le cedió a sus mejores elementos: Cándido, Agustinada, Arturo, Méndez, Florencio y Melquíades. El Real Unión, mientras, prefería traspasar a la Península a jugadores como Óscar, Perla o Agustín. Así, con discrepancias y en medio de las dudas, el Campeonato Regional de Tenerife llegó a la décima y última jornada.

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Tenerife 49-50, en su primer intento de ascenso.

En la cita tomaron parte seis equipos (Tenerife, Norte, Hespérides, Price, Iberia y Real Unión) y el Tenerife llegó a la última jornada como líder invicto, con seis victorias, tres empates… y un punto de ventaja sobre el Norte. Y ese 16 de abril de 1950 visitaba El Peñón para medirse al Norte con la obligación de lograr un empate para proclamarse campeón. Para ello, su técnico, Andrés Llombert, alineó ese domingo a: Candido; Chano, Agustinada, Llanos; Melquíades, Villar; Juanito, Ledesma, Antonio, Lorenzo y Florencio. 

Un gol de Antonio 'el Loco' adelantó a los blanquiazules, Quintero empató luego para los portuenses y, a partir de ahí, el Tenerife, liderado por Villar en el centro del campo, pudo aguantar el empate (1-1) hasta el final, sumar el punto que necesitaba y disputar “con todos los honores” la liguilla de ascenso a Segunda División. Antonio, con doce goles en sólo seis partidos, fue el máximo realizador de este campeonato que permitía al Tenerife afrontar su primer asalto a las categorías nacionales. Dos semanas después caía (1-2) ante Las Palmas en el Stadium y empezaba a despedirse de su sueño.