El Museo Thyssen-Bornemisza, un nuevo museo nacional

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, una nueva denominación con motivo del 25 aniversario de su fundación.

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El Thyssen se constituye como una de las colecciones privadas de pintura más importantes reunidas en el siglo XX, y la historia de su desarrollo es sin duda una de las más fascinantes del coleccionismo.



Las instituciones culturales españolas han sido objeto de una profunda transformación en los últimos veinte años, que ha dado a lugar al diseño y construcción de modernos y competentes edificios ejecutados por arquitectos de firma, internacionales que posicionan a las ciudades en donde se erigen, en el ranking de las más importantes a nivel internacional en lo que a arquitectura de museos se refiere.


En este caso, el Museo Thyssen-Bornemisza, cuyos edificio, fue concebido con posterioridad a la adquisición de sus colecciones, se singulariza por el establecimiento de las negociaciones entre el Estado y los barones Thyssen para la compra de su colección que  no se habían fraguado en su totalidad, cuando se inauguró el edificio tras su rehabilitación, ejecutada por el arquitecto Rafael Moneo, ya que el contrato de compra-venta se firmó en 1993, nueve meses más tarde de la inauguración del museo. Por otro lado, la posterior ampliación que padeció esta institución en 2004, fue objeto de la intervención de un joven estudio catalán, BOPBAA, cuyas obras dieron cabida a la colección de la baronesa, las cuales se encuentran en régimen de depósito en este museo, sin haber previamente negociado con ella un acuerdo de compra. No obstante, tales obras adecuaron nuevos espacios, usos e instalaciones en el museo preexistente, optimizando la calidad de los mismos. Tras la decisión a la creación de estas instituciones culturales se inició el proceso de la definición jurídica.


En este sentido, destacamos que El Thyssen se constituye como una de las colecciones privadas de pintura más importantes reunidas en el siglo XX, y la historia de su desarrollo es sin duda una de las más fascinantes del coleccionismo. Aunque su origen es privado, hoy pertenece a todos los españoles. Desde 2004 se suma a este legado una parte destacada de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, con más de doscientas obras en depósito gratuito que completan los estilos y géneros presentes en la colección permanente.

Actualmente, la  denominación de Nacional sirve para recalcar la condición pública de la Colección Thyssen-Bornemisza, adquirida por el Estado en 1993 al barón Thyssen-Bornemisza, y equipara el Museo con otras grandes instituciones culturales como el Museo Nacional del Prado o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Este cambio de nombre no afecta a la naturaleza jurídica ni al funcionamiento del Museo, cuyo modelo de gestión museistica es entendido como una fundación, cuyo marco teórico y conceptual, define dentro de la museología española, los programas artísticos y su difusión en la sociedad, a partir de los canales y de las herramientas que le son de su alcance.