El futuro de las letras canarias

Nacen con la tecnología, narran desde el cuerpo y descubren su identidad, los jóvenes escritores canarios irrumpen en la escena literaria de las Islas uniendo referencias millennials con los problemas insulares. Este 21 de febrero el Día de las Letras Canarias tiene una doble celebración. La primera es la figura de la escritora gran canaria Josefina de la Torre, a quién le dedicarán el programa de actividades anual. La segunda es que el futuro de las letras sigue vivo. 

Aida González Rossi, Andrea Abreu, Santiago Jatib, Alba Tavío o Katya Vázquez Schröder son algunos de los jóvenes que, dentro de esta generación, han ganado notoriedad por su calidad. Tienen como referentes a Félix Francisco Casanova, Benito Pérez Galdós, Pino Ojeda, Nivaria Tejera, Rafael Arozarena e incluso la misma de la Torre.

Se apoyan, se leen e incluso se corrigen (según nos cuentan), la nueva generación de poetas canarios asume el relevo literario y marcan su propio ritmo.

A Aida González Rossi (Tenerife, 1995) le gusta jugar con los límites entre poesía y narrativa, pero en su obra lo importante es mostrar el 'yo' sin vergüenza. Estudió Periodismo en la Universidad de La Laguna (ULL) donde ahora cursa el Máster de Género y Políticas de Igualdad y fue la ganadora del Premio de Relato Breve Julio Cortázar de la ULL en 2017. "Lo que a mí me interesa de la literatura es su poder como herramienta para hacer ver, cómo funciona como “primera voz” sin elementos intermediarios", explica. 

Sus referentes canarios pasan por Natalia Sosa, Nivaria Tejera, Rafael Arozarena, Luis Feria y también "por supuesto Félix Francisco Casanova, que yo creo que cualquier escritor/a de Canarias a quién le preguntes te va a decir Félix Francisco Casanova", bromea la joven escritora. Sobre Josefina de la Torre dice pecar de conocer lo básico de su obra pero que gracias a que ahora su nombre es protagonista de las Letras Canarias sus obras estarán más a mano y que podrá adentrarse un poco más en su figura. "Pero es uno de esos nombres que resuenen y te acercas de una manera muy superficial pero no llegas a adentrarte, que es algo que quizás nos pasa mucho con las figuras de Canarias". 

La escritora destaca cómo la insularidad también se ve reflejada en su generación. "Los escritores/as de mi generación estamos empezando a entender lo que el territorio hace en nuestra escritura, porque estamos situados en la periferia, en la que estamos también literariamente, y creo que eso es algo que no es que está ocurriendo exclusivamente a nuestra generación, para nada", comenta. Y añade, "pero sí que creo que es un movimiento de la vida que quizá se da un poco a la edad que tenemos, que es un poco esa vuelta a tierra de uno y de una". 

Sobre su futuro la escritora bromea con un "ya veremos". "Terminé un libro que trata un poco mi identidad en relación al lugar en el que crecí, que es un pueblo del sur de Tenerife (Granadilla), un libro de poemas en prosa. Tengo otro librito por ahí también. Esas cosas van saliendo, al final no puedes preverlas del todo porque a lo mejor estás escribiendo algo que no lleva a nada", concluye. 

La periodista y escritora Andrea Abreu (Tenerife, 1995) espera con ansias a que sea 15 de abril. Un miércoles, como cualquier otro, en el que saldrá publicada su primera novela, Panza de Burro (Barrett, 2020), editada por la también periodista y escritora Sabina Urraca. El fanzine Primavera que sangra y el poemario Mujer sin párpados  (Versátiles Editorial, 2017) son la carta de presentación de esta joven icodense, quien admite que le preocupa mucho la relación con el cuerpo, la sexualidad, la identidad en toda su amplitud, el capacitismo, la vida de barrio, la ruralidad, la precariedad, la salud mental, las agresiones sexuales, "y un largo etcétera", comenta. 

Abreu siente que las personas que crean en las islas son una isla al mismo tiempo. "Puede que porque me parece que no existe un panorama tan tan claro, me creo la imagen de que cada personita está en su casa escribiendo en soledad, rodeada de su realidad particular y, como resultado, cada obra es un mundo nuevo", opina. En la lista de escritores canarios que le han marcado primero van los nombres más jóvenes Tomás Redondo Velo, Yeray Barroso, Alba Sabina o Rodrigo García Marina. "Pero sobre todo Aida González Rossi", explica, y es que ambas escritoras fueron compañeras de Periodismo en la ULL. La lista de referentes cercanos sigue con Sabina Urraca, su editora y cuyo libro Las niñas prodigio supuso un antes y un después para Abreu. 

"A Josefina de la Torre la recuerdo especialmente porque fue de las pocas autoras mujeres y, además, canarias, que nos introdujeron en el instituto. Aprovecho para decir que ojalá nos hablasen de más autores y autoras canarias. En el colegio, en el instituto en la universidad", reivindica. "Pienso que, por ejemplo, las figuras de Nivaria Tejera, Mercedes Pinto o Natalia Sosa me hubiesen interesado mucho más que la de Josefina de la Torre. Ojalá me hubiesen hablado de las tres y no solo de una", admite la escritora. 

Poesía, relato corto y el ensayo llenan las páginas firmadas por Santiago Jatib (Argentina, 1996) pero lejos de acomodarse en un género el escritor se centra en el mensaje. "Como creador, considero que las categorías hay que cuestionarlas y reformularlas continuamente, buscando los formatos que más se adapten a lo que se necesita comunicar en cada momento, pero sin ningún miedo a abandonarlos y a generar otros espacios para la expresión cuando las exigencias creativas llaman a ello", opina. Publica en sus blogs En la Guerra y la nada y Lugar de las preguntas y ha escrito dos poemarios sin publicar Si el corazón nos tiene a bien (2015), Canción del refugiado (2017) y El lugar de las preguntas (2018).

"Para quienes escribimos en 2020, creo que hay ciertos temas que cobran muchísima importancia por las implicaciones que tienen en relación a cómo vivimos y reflexionamos diariamente", manifiesta Jatib. Sus obras tratan la experiencia entorno al cuerpo, las identidades, la tecnología y la relación con los entornos sociales y ambientales en que se localizan las personas. 

Cuestiones que también preocupan a sus compañeros escritores isleños. "El archipiélago es, y lo ha sido históricamente, un microcosmos geográfico y cultural que no para de generar escritoras y escritores brillantes, con discursos y planteamientos estéticos muy originales y gran solvencia intelectual. Creo que el valor del patrimonio literario de las Islas Canarias no es algo que sea objeto de discusión", opina el escritor. 

Pero lejos del sentimiento isleño, escribir literatura esconde una problemática de la que habla Jatib. "Quienes creamos en Canarias, como nuestros compañeros y compañeras del resto del país, sufrimos de una situación de terrible precariedad. "Cerca del 80% de las personas que escriben en España cobran menos de mil euros anuales por ejercer su oficio, y esto en Canarias se suma a que casi la mitad de la población de las islas se encuentra en riesgo de exclusión social", critica. Y encuentra una salida, "es fundamental que se produzca, tanto en el ámbito institucional como en el de la industria editorial, un cambio de paradigma en la concepción que existe sobre la literatura y sobre quienes la producimos, y que se arbitren los medios para garantizar que el oficio de escribir comienza a valorarse y a remunerarse de forma digna y adecuada".

Mercedes Pinto, Pedro García Cabrera o Emeterio Gutiérrez Albelo son los primeros nombres de escritores canarios que le vienen a la cabeza a Jatib. "Luego hay muchísimas autoras y autores que están escribiendo ahora, desde distintas edades, identidades étnicas y de género, situaciones socioeconómicas, etc. Gente como Antonio Carmona, Elena Villamandos o Andrea Abreu López, entre muchas otras compañeras y compañeros, están generando mensajes y formas de comunicar muy valiosas", sentencia. 

Jatib trabaja ahora en un poemario nuevo bajo el título Sueños en el que trata los procesos de construcción y reconstrucción de memoria que permite a las personas funcionar como sujetos conscientes. "Es un libro que funciona como una especie de laboratorio para preguntarse sobre cuestiones que considero fundamentales para la construcción de la identidad subjetiva de las personas, y que pretende arrojar interrogantes profundos al lector/a. Es un proyecto con el que he aprendido mucho, y que espero publicar en algún momento". 

Al hablar con Alba Tavío (Tenerife, 1992) sobre Josefina de la Torre destaca uno de sus poemas, uno de esos con la soledad característica de la escritora del siglo XX. "Pero no me dejes sola. | Dime palabras y ritmos | y gestos para el alcance | y voces acompasadas. | Pero no me dejes sola. | No es presencia ni vaivén | ni caminito seguro | ni ruedecitas del aire | ni luz, ni sol, ni mañana. | Es un presente, constante, | aquí, cerca, más, despierto, |vivo, alerta, repetido, | único instinto posible. | Dime tu palabra intacta | de luz repetida y libre. | Pero no me dejes sola."

Principalmente centrada en la poesía, Alba Tavío es la autora del poemario El ojo de los cuervos (Ediciones en Huida, 2018), pero admite que "pronto quiero probar suerte con la novela y el teatro". En su blog Cerebro Herido un poema bajo título 2020, en él, el verso "2020 sangrará bestias crecerán crecerán crecerán y brotarán alas". Quizás como premonición a su segundo poemario, de poemas breves, que formará parte de una colección de poesía llamada Caserón de la infamia (Algani Editorial). Tavío prefiere no centrarse en la temática porque lo "puede abordar absolutamente todo y siempre será válida e importante". "Creo que es más necesario hoy en día exigir calidad en lo que se publica", sentencia. 

Entre escritores canarios que le hayan marcado destaca a Benito Pérez Galdós. De sus contemporáneos admite que "actualmente hay una oleada de escritores con mucho talento en las islas. Gente joven, con una literatura fresca y mucha fuerza. Me gustaría destacar los trabajos de Andrea Abreu López, Ainara Oleaga, Paula Ramos Mederos y Aida González Rossi. Me gusta mucho nombrarlas y tenerlas presentes, porque darán mucho que hablar". 

"Me parece que el tema más importante que se debería abordar hoy en día es aquel de que todo lo personal es político y elevarlo y darle ese fundamento", comenta Katya Vázquez Schröder (Argentina, 1997) sobre las cuestiones que son importante tratar en la literatura. Admite que el género que más le apasiona es el relato corto, "incluso más que la poesía". De hecho, en 2018 fue la ganadora del Premio de Relato Corto Félix Francisco Casanova. "Quizás lo que más me gusta es encontrar esa idea que te deja knock out, como diría Cortázar", explica Vázquez Schröder sobre escribir relatos. 

Nació en Argentina pero lleva viviendo en las islas muchos años. Josefina de la Torre fue una de las primeras autoras que leyó al llegar a Tenerife. "Me gustó tanto ese "me busco y no me encuentro". Después la estudié en la carrera. Me parece una figura digna de que se le dedique todo este año de las Letras Canarias, una mujer que no logró ser silenciada", señala la joven escritora.

Admite ser fan de sus compañeros escritores Tomás Redondo Velo, Aida González Rossi y Andrea Abreu. "He encontrado aquí una tradición literaria impresionante, sobre todo muchos jóvenes muy interesados en escribir. Compartimos lo que hacemos, nos ayudamos, nos leemos, nos corregimos, unos a otros", cuenta.   

Este año saldrá a la luz su primer poemario: Entre los interludios (Ediciones La Palma). "Es un proyecto individual en el que vuelco idas y venidas de todo el mundo", explica. Y termina diciendo: "Se sigue leyendo mucho pero nunca se dejará de escribir".