El ‘arrepentimiento’ de Sandreani

“Donde dije digo, digo Diego”. Mauro Sandreani (Italia, 1954) recurrió a este viejo dicho español el 3 de octubre de 1999.

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“Donde dije digo, digo Diego”. Mauro Sandreani (Italia, 1954) recurrió a este viejo dicho español el 3 de octubre de 1999, cuando se enteró que no era lo mismo una dimisión que una destitución. Sobre todo, que no era lo mismo a la hora de abandonar un club de fútbol y negociar luego la indemnización. El día antes, en los vestuarios del Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, le había dicho a los jugadores: “Yo me voy y ustedes se quedan. Y ustedes tendrán que sacar esto adelante”. Y luego les advirtió: “Tengan mucho cuidado, porque se pueden ir a Segunda B”. Minutos después, ante los medios de comunicación, comunicó su marcha. Bueno, en realidad puso su cargo “a disposición del consejo de administración” que presidía Javier Pérez. En definitiva, presentó su dimisión.

Sin embargo, tras llegar a la Isla y hablar con su agente se arrepintió de su dimisión. Y se mostró “dispuesto a seguir”, convencido de “sacar al equipo adelante”. Desde un punto de vista optimista se puede decir que el Tenerife 99-00 no iba mal clasificado y que venía de empatar como visitante. Y que después de siete jornadas, era decimosexto en la tabla, con tres puntos de ventaja sobre los puestos de descenso. En un análisis más realista convendría añadir que, tras una década en Primera División y un descenso inexplicable, las expectativas del Tenerife 99-00 eran máximas: no bastaba estar en la zona templada y tenía que ascender por obligación. Además, el punto sumado había llegado en el campo del colista y después de que éste remontara un 0-2 adverso con un par de jugadores menos.

Por el camino, los blanquiazules habían perdido (2-0) el clásico regional ante la UD Las Palmas en el debut liguero y sumaban cuatro jornadas sin ganar. Algo muy duro, en Segunda División, para un equipo que en su pasado más reciente le había quitado dos ligas al Real Madrid, había jugado unas semifinales de la Copa de la UEFA y había acogido en el Heliodoro a la Juventus o el Lazio. Eso sí, aún no se había planteado un ultimátum al técnico, que en Getafe apostó por: Navarro Montoya; Slovak, Ballesteros, Lussenhoff, Basavilbaso; Emerson, Pablo Paz; Simutenkov (Javi López, 46’), Tiago, Pinilla (Barata, 78’); y Mista (Pier, 59’). Al minuto de partido, Pinilla adelantó a los blanquiazules y Mista hizo el 0-2 al inicio de la segunda mitad.

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Sandreani durante la concentración de pretemporada en La Palma.

Todo ello, ante un colista que  jugaba con diez desde el primer periodo y que a la hora de partido se quedó con dos menos, nueve contra once. Sin embargo, el Getafe empató (2-2) y pudo ganar. Sandreani vio “cosas muy raras en un club con 3.600 millones de presupuesto y jugadores de gran nivel”. Y dimitió en el vestuario. Al día siguiente, ya se ha dicho, se arrepintió. Pero Javier Pérez no aceptó su cambio de opinión. Compareció en rueda de prensa y aclaró es que “Sandreani no seguirá como entrenador, pues el consejo de administración entiende que él ha tenido dudas, lo que nos obliga a tomar decisiones que no queríamos”. Y anunció que “no habrá problemas para llegar a un acuerdo con el técnico y sus ayudantes”. No los hubo... previo pago de casi 50 millones de pesetas a Sandreani, Severini y Cleante Zat.

Eso sí, Sandreani puso fin a su carrera como entrenador. Unos meses en el Treviso en 2001, amén de unas colaboraciones recientes con Antonio Conte en la Juventus y en la selección italiana, fueron su bagaje posterior como técnico. A cambio, desarrolló una exitosa carrera como comentarista en la RAI.