Domingo J. Jorge

Opinión

¿Hacia dónde estamos EduKando?

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Creo que el titular lo dice todo o, por lo menos, lo cuestiona. Pido perdón a un buen compañero, Antonio Martín, Tony, pero utilizaré un habitual comentario suyo para definir mi intención con esta primera reflexión de “EduKando”, que quiero compartir con ustedes. Así, dice el colega, y así y todo amigo, Tony Martín, “todo es lenguaje, hasta las Matemáticas lo son y la Física, y…”. Cierto, esa es la idea. No siendo nada novedoso esto hoy, pero sí totalmente utilizable, recuerdo que en una sesión de aula de aquel inolvidable Bachillerato Unificado Polivalente, BUP, el Catedrático de Lengua Española y Literatura, José Juan Pérez Pérez, invitaba a sus alumnos en 3º de BUP a coger el “Principio de Arquímedes” y entenderlo, es decir, realizar una compresión del texto en sí, desgranarlo, y les aseguro que lo hacíamos y nos llevaba a entender con soltura aquel encuentro del físico griego con los cuerpos sumergidos en un fluido. No nos echábamos las manos a la cabeza, porque un profesor tomara un texto de Física y nos llevara a contenidos de Lengua. 

Siguiendo, de alguna manera con el mismo planteamiento, como también diría nuestro amante de la Educación, y de la Lengua, y hacedor de nuestro Marco Común Europeo de la Lengua en Canarias, José Luis Vera Batista: “Ayudar a los alumnos a ser más responsables en su propio aprendizaje produce multitud de efectos beneficiosos, entre ellos, que el alumno no es sólo un alumno momentáneo de una determinada asignatura o área, sino que es un alumno de por vida. Lo que aprende puede olvidarse; sin embargo, cómo lo ha aprendido permanece más fácilmente. La formación integral de nuestros alumnos exige que los profesores tomemos posturas más radicales respecto a qué tienen que aprender y cómo lo tienen que hacer. No vamos a estar constantemente a su lado para dictarles los conocimientos que necesitan, sin embargo, es muy posible que tengan acceso a unos medios que les permitan obtenerlos por sí mismos”. A muchos, igual no nos sorprende lo que el profesor Vera, especialista en Didáctica de la Lengua y la Literatura, que lo fuera como profesor en la Universidad de La Laguna, nos describe aquí en esta publicación hecha para la revista “Recre@rte”. Sin embargo, si al lugar de publicación le añadimos el año en el que escribió José Luis Vera este ensayo, entonces sí nos sorprenderá. En 1995, ya él vislumbra esto que ahora a nosotros se nos ha de convertir en una realidad dentro del aula, pero diría yo que hasta dentro de los propios hogares, y las familias, en lo que respecta a esa gran labor de que la verdadera educación ha de nacer desde el habitáculo en el que nacen y crecen nuestros alumnos.

La reflexión que me atrevo a dejar abierta es la siguiente: ¿Somos conscientes, y lo abro a cualquier docente, cuando nos referimos a un tema determinado, de que no lo hemos de observar o trabajar con el alumnado desde una sola arista, sino que habremos de abarcarlo desde todos los frentes posibles?Tantas y tantas veces nos envolvemos en un manto sin salida -y pongo yo la primera, como el primer implicado en el error-, y me someto, o mejor someto a los alumnos, a horas y horas de un temario que no sale más allá de una realidad totalmente abstracta para ellos, los educandos. Pienso, por ejemplo, en un modelo a seguir, con el que sí se implica al alumnado, se le atrae al contenido, pero se le atrae desde su realidad vivida. Vuelvo a referirme a Tony Martín, y a todos los profesores de Matemáticas en Canarias, y de los que están más allá de estas ocho Islas, con La Graciosa entre ellas, y desarrollan el proyecto o sistema OAOA, Otros Algoritmos para las Operaciones Aritméticas. Con herramientas, como la de ofrecer a los alumnos en el aula que ellos mismos construyan el enunciado de un problema y le busquen luego la solución, y expliquen al resto de la clase tanto la construcción del enunciado como el desarrollo del problema planteado.

Por cierto, Federico García Lorca se consagró como el poeta y dramaturgo, eje de la literatura del 27; pero saben, suspendió casi siempre sintaxis. Y me paro en este detalle. Lorca con tan solo 10 años montó una pequeña obra de teatro con unos amigos, y sus primas, sin embargo una maestra se empeñó en que, si seguía en esa línea, para ella la de no estudiar los temas que se deban en clase, no aprobaría la Lengua. Seguramente, esa misma profesora, cuando vio el éxito conseguido por quien fuera su alumno, Federico, quizás entendió que sí sabía castellano, y no solo el que estaba en sus temas. Cuando recuerdo esto, miro a mis alumnos y me digo: "Qué llenos de conocimiento están y cuánto he de aprender yo de ellos".

Pero todo está en cómo veamos nosotros esta aventura de la Educación. Si nos sentimos constructores, comenzaremos a tocar el Siglo XXI, y no querremos nunca bajarnos de la nave de la Educación, y seguiremos buscando nuevos Planetas. Quizás haya llegado el momento de no pensar en dar temas, ni en desarrollar solo programaciones, sino que ha venido la Era de unirnos hacia competencias y apostar por proyectos. “Cada día sabemos más y entendemos menos”, se atrevió a decir Albert Einstein.

Este primer artículo es una pequeña ventana abierta a diferentes aspectos que quiero compartir con ustedes compañeros y lectores, para que nos sirva de espacio en el que reflexionar y hacerlo “Edukando”. ¿Sabemos hacia dónde estamos “Edukando”?