Hace nueve años, en 2014, el precio de una vivienda en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife era de 1.173,2 euros por metro cuadrado. Ahora, en 2023, esta cifra ha aumentado hasta los 1.622,3 euros —449,1 euros más—. Es la octava capital de España donde más ha subido el valor medio de una vivienda libre. Los datos tampoco llevan a celebración al posar la lupa sobre Las Palmas de Gran Canaria. En 2014 el precio medio era de 1.347,5 euros por metro cuadrado y en la actualidad ese valor se encuentra en los 1.746,1 euros —398,6 euros más—.
De media, por tanto, ha habido un aumento en el precio de la vivienda de 423,85 euros por metro cuadrado en las dos capitales del archipiélago. Algo que no difiere de lo que sucede en el resto del país porque, según la estadística de valor tasado de la vivienda del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, hay regiones en las que el valor de compra se ha disparado un 70% respecto al mínimo alcanzado en 2014.
Encarecimiento
Además, en el segundo trimestre de 2023, según datos publicados por el mismo Ministerio, la vivienda se encareció en el conjunto de Canarias un 6%, el doble que en el resto del país —en el total de España una casa cuesta, de media, unos 1.793 euros por metro cuadrado—. Asimismo, por tipo de vivienda, la de hasta cinco años de antigüedad se encareció un 5,6% en tasa interanual y un 1,5% intermensual hasta alcanzar los 2.145 euros por metro cuadrado. En la de más de cinco años, por otro lado, el precio fue de 1.782,6 euros por metro cuadrado, el 2,9% más que el año anterior y el 0,3% superior al del primer trimestre.
Baleares encabeza este listado con un 9,1% y las islas la siguen con ese 6%. Tras ellas están Andalucía (5,7%), la Comunidad Valenciana (4,2%) y Navarra (4%). Aunque, atendiendo al precio del metro cuadrado, la más cara del país está en la Comunidad de Madrid (2.978 euros), que no experimentó ningún cambio respecto al segundo trimestre del pasado año 2022.
Casas caras, casas vacías
Al echar la vista atrás, hace veinte años en las islas había 138.221 viviendas vacías. Sin embargo, al finalizar 2021, Canarias tenía 211.331 casas desocupadas, lo que supone un aumento de casi el 53% respecto al 2001 —según datos de la tasadora Tinsa—. Esto significa que una de cada cinco casas en el archipiélago carece de habitantes, está abandonada e, incluso, a punto de caerse.
En las dos provincias ha crecido en las dos últimas décadas por encima del 50% en promedio el número de viviendas desocupadas, aunque de manera dispar según se trate de la capital, la costa o el resto del territorio insular. Por provincias, el mayor número se encuentra en Santa Cruz de Tenerife con un 26,1%, tres puntos por encima de Las Palmas, que es del 23,3%.
¿Y alquilar?
Vale, se ha descartado la idea de poder comprar una casa, toca pasar al plan b: irse de alquiler. Pero alquilar en la comunidad donde más han crecido los precios, incluso más que en Madrid y Cataluña, se convierte en una actividad de riesgo no apta para personas con problemas de salud porque ver el precio de lo mínimo en el mercado puede provocar un infarto.
El precio de la vivienda en alquiler en Canarias durante el mes de agosto subió un 18% en Canarias —unos 12,83 euros por metro cuadrado—. Se convierte, así, en la segunda más alta del país con Baleares a la cabeza, según los datos del portal inmobiliario Fotocasa. En el territorio nacional el aumento fue de un 4,7% con respecto al mismo mes de 2022 y se situó en 11,34 euros por metro cuadrado.
Adiós independencia
Entonces, independencia soñada, independencia inexistente —ni siquiera con 30 años—. Si los jóvenes canarios quisieran independizarse en solitario tendrían que dedicar casi el 100% de su sueldo para poder costearlo —el 99,4%—, según datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud. Además, “Canarias fue de las pocas comunidades autónomas en las que el riesgo de pobreza y exclusión social entre la población joven aumentó entre 2021 y 2022", expone la organización en un informe.
Comprar una casa queda lejos para los jóvenes de las islas. No hay más que sentarse con ellos en una terraza y plantearles una idea que no son capaces de imaginar ni siquiera oteando el horizonte. "Ya de por sí es muy poco factible por las restrictivas condiciones de acceso —ahorro previo, ingresos suficientes, solvencia económica—". Si se decidieran a lanzarse a esa aventura, tendrían que destinar el 64,5% de su salario solamente a cubrir los gastos de la hipoteca.