El apagón de Endesa en La Gomera ha certificado la obsolescencia de los sistemas eléctricos que la compañía tiene en Canarias. La mitad de esos generadores ya superó su vida útil en 2020, una circunstancia que explica —en parte— que las Islas hayan registrado a lo largo de los últimos años, además de este último, varios ceros energéticos en Tenerife, La Palma o El Hierro. Frente a esa problemática realidad, una de las soluciones a medio plaza para mejorar la red del Archipiélago pasa por la conexión entre islas: aporta fiabilidad al sistema, reduce costes y permite avanzar en la descarbonización de la comunidad autónoma.
Así lo desarrolla el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) en el informe Canarias por la transición energética. Estrategia de la generación gestionable, donde explica que "en el nuevo modelo energético, las interconexiones eléctricas interinsulares juegan un papel fundamental para lograr una mayor integración de energías renovables y avanzar hacia la descarbonización. Por este motivo, el fortalecimiento de las interconexiones será una prioridad en el desarrollo de la red de transporte durante los próximos años".
Tres recomendaciones
El trabajo del ITC, además, dibuja un triángulo para apuntar las tres ventajas técnicas y económicas —una en cada vértice— por las que recomienda apostar por las interconexiones entre islas: mayor integración de las energías renovables; contribución a la seguridad y continuidad del suministro eléctrico en los sistemas interconectados; y aumento de la eficiencia de los sistemas interconectados.
A la hora de entrar en detalles y explicar esas tres razones, el ITC argumenta que en materia de energías renovables "a medida que la capacidad de interconexión aumenta, también lo hace el volumen de producción renovable que un sistema es capaz de integrar en condiciones de seguridad y calidad de suministro. Esto es debido a que la energía renovable que no tiene cabida en el propio sistema se puede exportar a otros sistemas eléctricos vecinos, en lugar de aplicar políticas de corte".
Más seguridad
Además, también analiza que "ante la falta de producción renovable o problemas en la red, se puede importar energía del sistema al que se está interconectado". "Las interconexiones también aumentan de manera considerable la robustez del sistema eléctrico, pudiendo adoptar políticas de coordinación entre sistemas eléctricos individuales para gestionar las necesidades de reservas rodantes", se puntualiza en el texto.
Las interconexiones eléctricas "y, por ende, los intercambios de energía", se detalle en el documento del ITC, "son el respaldo instantáneo más significativo a la seguridad de suministro".
La eficiencia aumenta "con la capacidad que queda libre en las líneas y que no va destinada a la seguridad del suministro, se establecen diariamente intercambios comerciales de electricidad aprovechando la diferencia de precios de la energía entre los sistemas eléctricos interconectados". "Estos cambios", se añade, "permiten que la generación de electricidad se realice con las tecnologías más eficientes. Así, la energía fluye desde donde es más barata hacia donde es más cara".
Lanzarote-Fuerteventura
En Canarias, en la actualidad, sólo hay dos islas interconectadas eléctricamente en Canarias: Lanzarote y Fuerteventura. El sistema se caracteriza por tener un comportamiento prácticamente lineal, compuesto por una única línea de 66 kV desde la subestación de Mácher (Lanzarote) hasta la subestación de Matas Blancas (Fuerteventura), conectando ambas islas a través de un cable submarino a 66 kV y 60MVA —la capacidad real de la interconexión entre las islas es de 35 MW en sentido Fuerteventura - Lanzarote y de 30 MW al contrario—.
Esta línea aporta una segunda vía para la evacuación, transporte y alimentación de las demandas de electricidad en ambas islas. El enlace, además, garantizará la cabida del máximo de generación de energía eólica e incrementará el apoyo mutuo entre Lanzarote y Fuerteventura para maximizar la integración de energías renovables y conseguir reducir costes de generación.
Para 2025 también esta previsto que entre en funcionamiento el enlace entre Tenerife y La Gomera, un proyecto que empezó a tomar cuerpo el pasado mes de marzo. Esta interconexión permitirá a La Gomera disponer de mayor robustez para incrementar la seguridad y calidad de su suministro eléctrico y lograr una mayor contribución de las energías renovables en comparación con la situación actual. El proyecto se incluye como parte de los ejes: Los Olivos 66 kV, Chío – Drago 66 kV y el enlace submarino Chío (Tenerife) – El Palmar (La Gomera) 66 kV.
La interconexión de Gran Canaria con Fuerteventura y Lanzarote aparece recogida en la planificación de la red de transporte de energía eléctrica 2015-2020 como actuación futura. Ese proyecto debería contribuir a robustecer el sistema eléctrico de las tres islas al formar un sistema eléctrico único y aprovechando las capacidades de generación renovable y de gestión energética a través de almacenamientos que existirían en años venideros en estas islas. El empalme debería aportar una mayor y mejor gestión de la generación de ambos sistemas y, por ende, una reducción de los costes.
Este enlace submarino se realizaría entre la futura subestación de Guerepe en Fuerteventura (132 kV con E/S en Gran Tarajal – Cañada de la Barca 132 kV y en Matas Blancas – Jarres 132 kV) y Barranco de Tirajana III en Gran Canaria, mediante un cable en corriente continua.
Los beneficios de este nudo entre Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote serían la reducción de las emisiones de CO2 en unas 240 ktCO2-eq, o lo que es lo mismo, más del 6% de las emisiones del sistema conjunto; la reducción de los costes variables de generación estimado en 62 millones de euros; y la reducción de las necesidades de nueva potencia (aproximadamente de 127 MW) lo que supone un ahorro en términos de costes fijos de generación de unos 30 millones de euros.