Duelo a pistola en el Heliodoro

Luis Padilla nos recuerda un curioso episodio entre Paco Brito y su entrenador, 'Moncho' Lamelo.

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FRANCISCO BRITO ARCEO (TENERIFE, 1958) estuvo casi una década en el CD Tenerife y siempre fue titular. Mediocentro creativo de gran presencia física, jamás le faltó lucha y entrega. Ni cariño a unos colores. Aplicado tácticamente, rara vez pedía el sitio. Quizás por ello jugó doscientos encuentros de liga como blanquiazul, pero sólo hizo un gol. Conocido en el fútbol como Paco, en la actualidad es el presidente de la Unión Popular de Langreo, de la Tercera División asturiana. Y aún mantiene el curioso récord de ser el jugador tinerfeño que más derbys ha disputado contra la UD Las Palmas, al aprovechar un período en el que blanquiazules y amarillos coincidieron frecuentemente en Liga, Copa del Rey y Copa de la Liga.

Con el Tenerife asentado en la Segunda División B, la temporada 80/81 la empezó como titular. Dirigía entonces al equipo José Ramón Lamelo, conocido como el Coronel por su pasado militar, quien no tardó en hacer algunas rotaciones que llevaron a Paco al banquillo. El futbolista no aceptó muy bien la suplencia y, tras no jugar ante el Ferrol en un choque que el Tenerife ganó (2-0) con trece tinerfeños y en el que Lamelo apostó en mediocampo por el trío David-Alberto-Salvador, decidió pedir explicaciones al técnico. Así que el jueves 6 de noviembre de 1980, tras el entrenamiento en el Heliodoro, acudió al vestuario del entrenador para analizar su situación personal. La charla empezó de forma correcta y Lamelo aportó sus razones técnicas.

El intercambio de pareceres se convirtió primero en un cruce de acusaciones y más tarde en una agria discusión. Educada, pero agria. A punto ya de terminar la conversación, el futbolista expresó su frustración y lamenó no poder zanjar la polémica en otros términos, más propios de la calle. A trompadas, vamos. Fue entonces cuando Lamelo, gallego él, sugirió en tono irónico que estaba de acuerdo con que las ofensas había que resolverlas en un duelo. Y Paco, quizás por no entender lo que decía aquel señor, no rechazó la propuesta. “Brito, si quiere batirse en duelo, estoy dispuesto”, dijo el entrenador con tono solemne. El centrocampista no comprendió a lo que se refería el técnico y, antes de que mediara palabra, Lamelo le preguntó: “¿Con armas o sin armas?”.

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Paco Brito Arceo.

Fue entonces cuando, mientras Paco aún seguía estupefacto, Lamelo abrió una gaveta de la modesta mesita que tenía en el vestuario y agregó: “Elija usted, Brito”. Paco apenas tuvo tiempo de mirar lo que allí había. Ante la visión del primero de los pistolones, que no parecía precisamente de juguete, huyó sin mirar atrás. Con el tiempo, Paco recuperó la titularidad. Pero tras ese episodio, no consta que más jugadores del CD Tenerife le pidieran explicaciones a Lamelo.