La felicidad no se busca
En primer lugar debes saber que no hay un código estándar que te llevará a un estado absoluto y constante de dicha. La búsqueda de la felicidad, entendido como los pasos para estar siempre en un estado de goce, supondría que hay una forma de llegar a un sentimiento de manera artificial y que este no cese. No se puede plantear el obtener un estado de bienestar absoluto. Por ello es importante que no te plantees la felicidad como una meta que lograr sí o sí ya que esto supone crear una expectativa que puede condicionarte y estresarte.
Si se plantease que hay un camino hacia la felicidad se debería entender que el camino también ofrece momentos de felicidad siempre y cuando sea el camino con el que te sientes cómodo y las decisiones que tomes en él te lleven allí donde quieres estar. Este pensamiento tiene como padre al psicoterapeuta argentino Jorge Bucay quien explica que, “no hay fórmulas mágicas ni recetas infalibles para conquistar la felicidad. Pero sí hay un primer paso a realizar: ser conscientes de que existe una felicidad posible y necesaria.”
Quienes te rodean son parte fundamental en tu felicidad
Uno de los factores más importantes en la felicidad es el sentimiento de pertenencia a una comunidad o una relación, de esta manera sientes que formas parte de algo mayor lo cual reconforta. Según Emily Esfahani Smith, autora del libro El arte de cultivar una vida con sentido defienden que, “cuando los demás nos tratan como si les importáramos, como si fuéramos una persona importante para ellos, entonces es cuando sentimos importantes y que tenemos un valor”. Esto implica que para sentirte feliz rodearte de personas que te hagan sentir apreciado/a es fundamental y puede servir como elemento recurrente cuando necesitas ser querido/a.
Dotar de sentido a la vida
La felicidad implica que comprendemos que la existencia tiene un porqué. Para dotar de sentido a la vida es importante tener un propósito que implique que existe un objetivo que explique tu vida . No se trata de marcarnos una meta y entender que no serás feliz hasta que no la alcances. Los objetivos pueden ser situaciones diarias que te den satisfacción o simplemente descubrir el tipo de persona que quieres ser, la actividad que quieres desempeñar en tu día a día, los viajes que deseas realizar, etc, todo lo que sirva como pequeños ideales que te lleven a un estado de alegría.
Ser desgraciado te puede ayudar a valorar la felicidad
La felicidad constante es uno de los mayores mitos de la psicología. Es importante que la desdicha forme parte de la vida para que se valore más los momentos en los que esta no está presente. La disparidad de sentimientos son los que finalmente llevan a la valoración de la felicidad según elfilósofo André Comte-Sponville, quien también defiende que solo quien ha sufrido realmente puede encontrar la dicha, así que no hay que temer por los momentos más tristes de la vida.
Haz lo que necesites hacer
La felicidad está relacionada directamente con sentirse realizado. La única forma de alcanzar esa realización es con el descubrimiento de aquello que te hace sentir bien. Muchas veces ese sentimiento puede chocar con el entorno en el que te mueves, lo cual puede suponer un muro que dificulte en la realización. Ser felices es una decisión de hacer, decir y pensar aquello que se necesita hacer, decir y pensar. La libertad es fundamental a la hora de ser dichosos.
La felicidad es una predisposición
Sí es cierto que hay personas que pueden estar más dotadas para la felicidad. Sus hábitos, el despertar de buen humor o buscar siempre diferentes opciones a las adversidades pueden implicar una predisposición a sentirse bien contigo mismo. La felicidad es también un trabajo al que debes dedicarle un tiempo y esfuerzo para comprender qué te hace desdichado y cómo puedes comenzar a tomar decisiones que te ayuden a prosperar.
